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cir, las plantaciones de café y cacao, aunque ya el auge s baldias, que representaban el 2 por ciento del te- ro lo habia condenado a muerte desde 1926. 1. Las 400.000 hectdreas totalizaban las tierras Estas plantaciones de café y cacao, explotadas en ¢ot a Juan Vicente Gémez, a algunos de sus herederos nes precapitalistas en sentido absoluto,” dependian para su , y las haciendas y hatos incorporados al patrimo- sistencia de los suministros del capital comercial-usuratio | como consecuencia de la ejecucién de hipotecas so- centros urbanos, que, en manos de la burguesia importa de los propietarios deudores al Banco Agricola y portadora, constitwia el lazo de unién con el mercado capit exterior, desequililtado por Ia crisis de 1928-1933. La mul de latifundistas, médianos y pequefios propietarios rurales, nes no estuvieron en capacidad de satisfacer las deudas con! con el comercio local y con el Banco Agricola y Pecus ue realizado el primer Censo Agropecuario en el primer documento que permitié estimar con mis 10s elementos de la propiedad territorial agraria. el 75 por ciento de las tierras aptas para la agricul: sen Bs. 111,882,606, no estaba cultivado, y apenas (0, unas 729,974,000 hectAreas, con un valor de in de cultivo en condi. arias, con la més primitiva técnica y sin inver- | La totalidad de los fundos, incluyendo las hipo- es, ventas y otros ingtesos, tenfan un valor de Una muestra” significativa de esta situacién, expres una lenta agonfa del latifundio venezolano, lo constituye cho siguiente: en el tiltimo afio de la dictadura petrolera’ Vicente Gémez, en 1935, el Banco Agricola y Pecuario t potecas sobre 800.870 hectireas, y de éstas, 586.276 hect 74 por ciento, estaban improductivas y habian sido aban por sus propietarios. El cuadro completo de esta situ ruina se completa al observar que en las regiones produel café y cacao, de cada seis plantaciones, tres estaban emt Naor de los hatos equivalia a Bs. 480.484.763, inclayen porel: Banoo, Agricola y¢Pacastio.y, dos poricli qa is del valor de la tierra: Bs. 71.201.037 por concepto de Solamente se encontraban libres de deudas las haciendag ingresos, y Bs. 39.601.983 por concepto de gastos funcionarios gomecistas de cierta significacién." y salatios. El 20 por ciento de los fundos, cuyo valor n Bs. 102.444.397, estaba gravado con hipotecas en \co Agricola y Pecuario; el valor de esas hipotecas jezolano, y de cuya dependencia del capital comercial-usurario y el endeuds coubvies. oiled asjesse ernie posse, PE OULD a. RA SE. US por la propia naturaleza de la propiedad territorial agea ec dF as ming dele, epee ae BE a Ruin asm auicho ati foliar la. dictadues petrolers. de Juan Vicente arrollo de la economia minero-extractiva y de las rep AHA COOSIErRy AREAS eBl DEED | Sey EMO de la depresién de 1928-1933, aunque si es cierto que a capital comercial-usurario sobre los fundos cen- némenos aceleran esa crisis congénita, cuya magnitud prende con sélo observar que el rendimiento promedio is del Censo Agropecuario, realizado por el especia bol de café apenas asciende a 180 granos, en el afio 193%, Venezuela ha estudiado con mayor solvencia cien- to que en otros paises latinoamericanos en aquel mism@ n agraria,"® revela el grado de concentracién de tendimiento promedio equivale a 800 granos por d¢bol anos de un escaso niimero de propietarios, en tér- ntes. De acuerdo con esa investigacién, en los Es Tang, 2 ‘Aragua, Carabobo, Trujillo, Tachira y el Distr En 1936, el Estado venezolano registraba propiedi 41,902 hectireas eran de propiedad particular les equivalentes a 400.000 hectareas, sin incluir en esta iales 1.829.628 pertenecian solamente a 1.320 propieta- 488 489 , que el 78 por ciento dé Trujillo, Tachira y Distrito Federal. Sobre la ba a de un propietario de 0s suministrados por el Censo Agropecuario de abitantes. Las 512.274 h reconstruir el tipo de actividad econdmica desem reas restantes estaban controladas por 34.570 medianos y 151 campesinos. En efecto, 1.289 tenian fundos fios propietarios."* Y pagaban, en conjunto, una renta anual de 745.053 '8 eran pisatarios y pagaban una renta anual a los pdehlo talbetChy 0 de Bs. 1.159.468; 3.737 eran medianeros y_ 16.737 fras denotan que en tanto 35.890 personas poseian tierras eM Ocupantes, en las tierras baldias condicién de grandes, medianos y pequefios propietarios, 6514 personas que habitaban en el campo, carecian de tierras, Col s pagados a los peones asc tando Ia inves , en términos mas especi 8.472 por concepto de 16.767.162 jornadas de la. dos Miranda, en tas regiones centrales, y 1: se trataba de trabajo no venezolanos, es posible comprender con mayor clar do de concentracién de la propiedad territorial agraria, El Estado Miranda tenia una poblacién de 216.527 hab tes, de Ia cual se consideraba como poblacién rural 166.920, or para hom: sonas. La superficie de este Estado estaba representada pot oS SATION AON OD ct mil hectireas, y de ellas de propiedad particular 655.054 fh peenioacesioarecth ussisulerd reas, el 82,5 por ciento de la superficie total. Solamente 406 purecibla 4a luctivos nacior sonas posefan 557.516 hectéteas, lo « icaba que el dog icolas apropiadas mil de la poblacién controlaba el 85 por ciento de la tierra Im 1¢ 398.642, el 27 por ci porada al dominio privado. Las 97.537 hectireas restantes tenecian a 3.285 personas." Estado Tr tuna poblacién de 242.605 habll tes y una superficie de 740.000 hectireas; la poblacién rural cendia a 183.817 personas y las tierras incorporadas al do privado a 141.234 hectireas, el 20 por ciento del total te 23, personas controlaban 47.391 hectiréas, lo cual expé que el 34 por ciento de la tierra apropiada pertenecia al uno diez mil de 1a poblacién. Las 93.843 hectareas restantes pert de Bs. 98.953.043, corres cian @ 10.434 personas. En consecuencia, en el Estado Tl cacao Bs. 8.202.14 10.457 grandes, medianos y pequeiios propiel trolaban el 20 por ciento de la superficie territorial, 1 campesinos carecian de tierras..” Estas cifras refutan. ung macién bastante generalizada sobre “la inexistencia de lai io en el Estado Trujillo”. El cuadro integral del latifundio en 1937 se completa al secvar las actividades productivas que realizaban 10s 69M campesinos que no poseian tierras en los Estados Miranda; pecuario de 1937 se reve transforma a pet s Miranda, Arag Federal —centrales—, Truj 490 vado, 863.705 estaban registradas como tierras para la crit pastoreo; 499 grandes propietarios controlaban 781.670, por ciento, y 2.076 medianos y pequefios propietarios 82.040 hectireas, el 10 por ciento. Esta transformacién de tras aptas para la agricultura en potreros de ceba, se traduj el desalojo de millares de familias campesinas en los Vall Aragua y Tuy, que tradicionalmente constituian el grane Distrito Federal." En 1941, la-poblacién venezolana, excluida 1a cott diente al Distrito Federal y a los Territorios Federales, to ba 3.437.937 habitantes. De esa poblacién se consider rural el 65,2 por.ciento, es decir, 2.241.252 habitantes. La cién rural econémicamente activa (considerando como propictarios y no propietarios, productores de bienes rias que ptestaban servicios), representaba apenas el 27 por to, esto 5, 605.353 personas. Ello significaba, en otras pal que de cada 3,7 personas que habitaban en el campo vened una trabajaba y 2,7 vivian del trabajo de la primera.” La extensién territorial —excluyendo nuevamente al to Federal y los Territorios Federales— ascendia a 69, hhectireas, de las cuales estaban incorporadas al dominio do (sin considerar las tierras propiedad de la nacién) 23.2 hectireas, el 33,4 por ciento. Esas tierras estaban discal en los términos siguientes: 19.928.849 hectireas, el 85 iento, consideradas como aptas para las actividades. p 2.582.302 hectireas, el 10,8 por ciento, aptas para la expl agricola, pero incultas, y 708.773, el 3,4 por ciento, en si de cultivo."* En 1941, incluyendo las tierras propiedad de la 59.014 propietarios posefan 3.437.648 hectareas, con el te orden de distribucién: 2.568 latifundistas, el 4,4 por del total de propietarios, concentra 5.888 hect 78,8 por ciento de las tierras incorporadas al dominio pi 56.446 medianos y pequefios propictarigs, el 95,4 por eit total, posefan apenas 731.795 hectireas, el 21,3 por cient@ tierras ocupadas. El nimero de grandes, medianos.y propietarios, segiin el Censo de 19. to de la pobl: «Smicamente ac 492 yecuencia, de la poblacién agricola econémicamente ian de tiesras 503.797 personas, el 91 por ciento del nte orden de distribucién: 185.069 campesinos aban la tierra sobre la base de pagar al latifun- trabajo, en especie 0 en dinero; 297.977 formaban de peones-jornaleros agricolas y devengaban 100 en especie, trabajando en las plantacio- nte también cultivaban la tierra en calidad de Censo de 1941 (sirvientes, trabajadores domésticos ayudantes, trabajadores sin remuneracién, cuando se as que prestaban servicios sobre la base de reci- latifundista).* in Preparatoria de la Ley Agraria de 1945, infor. 30.500 propietarios, grandes, medianos y pequefios, es de hectireas de tierras aptas cultura —excluyendo las haciendas incorpotadas_al nacional—. Esta relacién arrojaba un promedio de nte unas 6.000 hectareas por propictario; de esos ctireas, solamente estaba en si nde la tierra sticas NY grandes propietaios 121 151 34 7 145 94 no o a 21 56 37 El promedio de concentracién de la tierra en manos del sector del campesinado venezolano sometido a escaso mimero de propietarios, en estos Estados, se aprox) que todavia subsiste en algunas re al 80 por ciento, Sélo en uno de ellos, en Trujillo, aparenl cual coloca a esa categoria social en real es- te presentaba un saldo favorable. Aparentemente, porque, bre y, no pocas veces, de esclavitud disimulada, ha demostrado Salvador de la Plaza," a pesar de que en wos de peonaje —verbales o escritos—, el peén rec tado habia tres veces mas fundos de menos de 150 hectii ‘0 una reducida superficie de secano y, a cambio en Miranda, por ¢jemplo, lo que podria inducir a pensar se comprometia a trabajar en el cul- distribucién mas équitativa de la tierra, se observa, por on del café durante tres dias a la seman do, que 21 propietarios poseian, cada uno de ellos, mis que cada uno de los 406 de Miranda, y ademés ent Trujillo mero de campesinos sin tierras superaba al Estado Miran obstante la extensién de tietras no apropiadas, Las plantaciones de café, sobre todo en los Andes, fe} taban el sector mis importante del latifundio nacional hi afios 1928-1933, cuando comienza su decadencia; hasta mento no se observan modificaciones cualitativas en el global de relaciones de produccién, que en las haciend: be de la plantacién. Cuando los salarios se calcula nuaban! presentando un cardcter precapitalista; la mano 's realizadas, se pa z6n de cincuenta cén que podria considerarse asalariada era retribuida mediante var por cada almud de café recolectado y traslada y el incremento del frea de cultivo de las plantaciones central de la plantacién. Como estos salarios se zaba sobre la base de adjudicar a los campesinos zonas ja pulperia de la hacienda, el endeudamiento de fiosas que ellos rozaban, limpiaban y sembraban, y, luego gies y sus familias completaba el cuadro de dependencia berse beneficiado con dos o tres cosechas, entregaban al ia social. En periédicos que circulaban dista. noticias de casos de S campesinas que tenian jones endeudadas con los amos di habfan trabajado sus ascend Los minifundios cafeteros representaban un escaso 1 volumen total de la produccién, ademds de estar li grandes latifundios cafeteros por via de infinidad de for tos ‘pa Ia renta de la tierra, 1a medianeria, el beneficio y los sis contrato para el estableciminto de nuevos fundos. No hablarse de verdadera inversién capitalista, y si se Negara tar beneficio del café era una actividad de tipo list representaba una parte tan pequefia del pro explotacién cafetera que, todavia en afios 1 la exportacién de café trillado no sobrepasaba nunca de la cuarta parte de la exportacién de café venezolano, los buenos tiempos”."* La situacién politica de Venezuela a partir de 1936 i a. cuarta tid a la opinién publica tener conocimiento sobre las Xx; crisis profundizada por el desarrollo de un ca- 494 495 pitalismo de periferia, interferido en sus fundamentos es, pisatarios, jornaleros-conuqueros y “gente del ve- pital monopolista internacional. En 1937, la produccién nes, en conjunto, formaban la mano de obra de producto basico en la alimentacién popular, ascendia Ja renta anual recibida por los latifundistas, por Hones de toneladas, produccién que descendid a 2364 rrendamiento de la tierra a los campesinos, ascen el afio 1954, y a 317.000.000, en el afio 1955. Esto 715, sin incluir el valor de la renta-trabajo y de la que en 1937, Venezuela producia 52 kg de maiz por @ ¢ eran las dominantes. Sdlo en 1944 comenzd tante, en tanto que en 1955 producia sélo 18 kg de mi la Ley del Trabajo en las zonas rurales de la regién, bitante; en la prictica, un déficit absoluto del 72 por ei esién de las ligas y sindicatos campesinos, y eso en Este déficit se acentuaba, desde is elementales (principio de salario igual a traba- mo, debido al incremento de la pobla da de ocho horas y iacién del trabajo por sis- bitantes, en el afio 1937, pasé a unos 6.000.000 de habi vacaciones, utilidades, dias feriados, horas de tra- 1955. El déficit que se observaba en relacin al maiz eri en la produccién agricola, En efecto, ella permitia, gosto de 1944 se realiz6 la primera reunién en la 1937, un consumo per capita de 180 kg, proporcién qui Trabajo del Estado Aragua, en Maracay, para did 90 kg, en el afio 1954, y a 52 kg, per capita, en el al .go de peticiones presentado por los peones de Se entiende de la produccién del Distrito Ricaurte. El inspector del Trabajo en de la importacién de productos agricolas, multiplicada a el doctor Fernando Padilla Arteaga; los represen- misma fuerza que se constataba la crisis del latifundio. latifundistas Comunidad Casanova Hermanos, pro- Hacienda Santo Domingo, fueron los doctores Fe ay Augusto Marquez Cafizales; los representai 9s fueron los peones Miguel Castillo y Raimundo orados por el doctor Angel J. Marquez y el en- te Federico Brito Figueroa. El pliego de peticio- yechazado por los representantes de los latifundistas ones conciliatorias: latifundio sgativos sobre la pobl indo un movimiento de transfet Una muestra de esta afirmacién general lo constituyem bios desarrollados en los.iltimos veinte afios en las fi to, en fe propietari wecientos cuarenta y cuatro, 80 por cento de las tier ; ompaecieron a eta. Inspec fant : di anova y AUS ie Soe a sy pequefios prop jee Cafizales, en su caricter de representantes principales de la selan el 20 por ci esta cultivo de la cana ‘Casanova Hermanos, propietaria de la ""Haci dominaba en el 60 por ciento de las haciendas, el café Jos sefiores Raimundo Sambrano y Mi ganaderia en el 10 por ciento, los frutos ‘del Sindicato de Trabajadores Age arroz, etc., en el 25 por ciento. En las m n de discutic previamente el PI abner nes Po el eferido Sinditto conta Tos patro piedades dominaban los frutos menores, y en las formag J Santo Domingo, en representacién de fos de la cit sign precaria —conucos—, los cultivos’ de secano.™* ae es viet «Ge 1a lle ote Las relaciones de produccién tipificadas por la rea loctor Casanova, en ejtcicio de Ia representacion, express I ic pedimento el primero del Pliego de Peticiones fue gen feudal —en trabajo, especie y dinero—, el peona pd a Sy a cay cat heeal tae rechos secundarios de piso y pastos, regian la vida de I ico que no ha podido das y permitian a sus propietarios apoderarse del ph via porque actualmen- 496 497 Sento que se ha cumplido desde menor de tation cntenos enh mi por caant Se conprnier 3 a os cs, cl repre ain de inferorded part compel oducts de ls demi empresas 5 Fadl fue de Gictoes atmostercs, eu ninero desiual de puede la empresy, si fado nero de’ psoas de las ocasioncs, Al cuato pediment, quero hacer no ahulutamente de base puss gue slo st ha espedido a Tos cortadores de caa por haber nc dono del trabajo, por cya de diecocho se negaon a trabajar Tas drdenes dl su do. En ver de un despido en ye podriamos una huelge sjadones que fa siguiente fucron ee cron. patcpaas cqeremes hacer ida nunca ha sic nets oport lo ha habido ea cl tuida por parte del 0 pe dos y cada uno de los puntos qu sentado con caticter confl parte, a la Inspect del Trabajo hace constar que, luego de Ia exposicién hecha por 498, ex sobre los puntos con- ‘el Pliego de Peticiones, y que en pataz” mencionado en esta acta de di farlos Rivas, anciano de se de edad ja Hacienda Santo Domingo, , muy querido del Sindi , por concef jones no pagadas desde la fecha de promulga hecho es significative y digno de ser resefiado, porque 44 escasas horas de la capital de la Repiblica y a ocho afios 499 de la promulgacién de la Ley del Trabajo. Cabe pensar fa Ia situacién en las més lejanas regiones del pais. En el limitado tiempo de catorce meses, di aleccahee'de:1945, od aladicstos'y lime cam pesiaall 0 Ricaurte evitaron noventa y cinco desalojos y veinticineo @ cios promovidos por los Iatifundistas de la localidad campesinos arrendgtarios. Fl sistema de desalojo era el conocido en el pasado venezol ‘nucos 0 acusar a sus ocupantes de atrasos en el pago de la anual. El caso mis conocido de desalojo fue promovido Sucesién Urdaneta, Maya —antiguos funcionarios gomedi quienes conscientemente lanzaron el ganado sobre las sh de Ios cultivadores de Tiquire, Guac mita; las acciones d tular de ese Tribi gido de Eloy Tarazona. Sin embargo, pesinos pagaron renta por el cultivo de la ti Ricaurte. Este cuadro ha variado en los tltimos afios. El gry liar de mayor poder econémico, representativo de me agraria, incorpors a sus dominios la mayoria de las antigi ciendas que se extendian desde el valle hasta las serraniaty anexé a sus plantaciones, explotadas con criterio capitalista tuna avanzada técnica, logrando que la zona que, en 1945) tituia la excepcién en el conjunto de las relaciones de pi cién, se transformara en la forma econdmica predominaal términos cualitativos. Las antiguas haciendas de cafia de que subsisten en condiciones de explotaci6n precapitalistay mente suministran la materia prima a los centrales amu modernos. Este es un aspecto de los cambios ocurtidos, pero s€ tatan otros. Un grupo familiar trad una exupress Horeca y productora de enlat miliar, que habia incrementado sus propiedades apoyado inatnvcibaes del Estado durante ln\époce gomecistyy ail parte de cllas a empresarios extranjeros que también expl industria de enlatados. Algunos propietarios se lanzaron a 500 capitalista de sus terrenos, en 1950-1958: unos se arrai- Y quienes obtuvieron beneficios se incorpora wvamente a las capas parasitarias y rentistas de la bur- los veinte grandes propietarios registrados en 1943, se mantiene aferrado a su antigua hacienda, elaborando '; productos y en iguales condiciones precapitalistas Jat, este hacendado no es ausentista. hechos, circunscritos a un rea del tertitorio nacional, teflejo de una situacién que se ha generalizado en los ‘¢ a‘ios, impulsada por la especulacién capitalista de Los ejemplos huelgan en todas las regiones del pais. proyect6 la carretera Caripano-Caripito y hubo nece- que esta via dividiera en dos el Valle de San Bonifacio, Dis ‘ero del Estado Sucre, cinco especuladores, apoyados en s de la Ley de Bosques y Aguas-se apoderaron de hectireas previamente denunciadas como baldias, ex- jos campesinos que las cultivaban y, en 1957, las ven Estado venezolano: jidado Valle de San Bonifacio cayé, como una mal- a horda birbira de los testaferros de Ia recién semi- dura. Convergieron alli dos tipos de aprovechadores: fel Ministerio de Obras Pablicas de valorar y pa: ] y aquellos que apresuradamente se de- ‘a acusar grandes lotes de terrenos."¥ ey Agraria —la primera storia venezolana— pro: 1945 no fue aplicada; a los pocos dias de entrar en ‘¢ derogada por los realizadores del golpe militar del y en lugar de aquel instrumento juridico, la Junta “ia de Gobierno expidié un Decreto contra los des- campesinos y sobre predios riisticos, que no se tradujo en ‘cin eficaz. Una nueva Ley Agraria, elaborada con colonizar las tierras baldias y no de romper el lati- jpromulgada én 1948, y a los pocos dias anulada por lores del golpe militar del 24 de noviembre. fl juego de leyes que se promulgaban un dia y se dero- siguiente, fueron distribuidas, en 1945-1947, unas 73.770 ‘entre 6,000 familias campesinas, Se trata de antiguas poradas al patrimonio nacional, a causa de los juicios instaurados contra los terratenientes y funcionarios 501 , enriquecidos con los bienes del Estado. A finales de 1947 transformaciones mencionadas han carecido de la fuer- nueve colonias agricolas, con una extensién de 45,000 fe para eliminar la unidad de explotacién latifundio- i a razén de 5.000 hectéreas por colonia y de 10 hectireas Por el contrario, se observa una tendencia hacia una campesina, que en nimero de 2.000 estaban asent ia de propiedad en términos latifundistas, la incorpo- aquellas colot H sle més tierras nacionales al patrimonio privado de nuevos Paralelamente a estos hechos, en la quinta década, $@ ® propictarios, la degeneracién de las tierras distribuidas taté un proceso dg inversién de capitales en algunos |a Reforma Agraria en nuevos minifundios y la per- la produccién agropecuaria y en limitadas zonas del pai lia de relaciones de produccién tipicas del latifundio, Este sin realizada por empresarios nacionales solos, pero tam! lo disimula ni siquiera las respetables inversiones de asociacién con capitalistas norteamericanos y con ayuda fil iadas en los iiltimos afios en algunos renglones de ra del Estado, por intermedio de la Corporacién Venezol ‘én agropecuaria; la productividad registra un lento ; Fomento. De esti manera, comenzaron a transformarse © expansivo, sobre todo en relacién con la expansién ‘ antiguos latifundios en empresas eapitalistas rurales, dedi tes sectores de la produ venezolana; y, a pesar la explotacién de la cafia de azicar, algodén, arroz, a i se observa un aumento relativo de la poblacién activa | rivados de la leche, etc., caracterizadas por la inversion di Wa en la agricultura, su participaci6n en la formacién del { acién de maquinarias y ténicas modernas, el ieto territorial bruto desciende del 5,4 por ciento, en 1936, que subsistian con reminiscencias de produccién y modal pr ciento, en 1958, y con respecto al total nacional. ipicas del latifundio. | grado de concentracién de la tierra, el dominio que so- Este elemento de cambio, ni la especulacién capitalis lt ejerce un escaso niimero de propictarios, no sufte alte- la trad I agraria, modificaron la fn la década 1950-1960, segiin se desprende de los resul 1a latifundista de la propiedad de la tierra en Venezuela tle los Censos Agropecuatios; en 1950, el 41,6 por ciento porinea. Se constaté un fendmeno de transferencia de lades de explotacién disponia, en forma de propiedad, dad agraria y el desarrollo de formas econémicas capital or ciento de las tierras cultivables; en 1961, el 44,4 por el campo, pero el latifundio, forma arcaica de explotacién, otacién poseia en forma de propie. talecié en el cuadro de la vida ecc ‘I to de Jas tierras. El incremento relativo del niimero de latifundistas ascendia, segiin los cilculos de los arios, registrado en los documentos oficial Gialstas, a 3.338 grandes hacendados, quienes, monopOl ieee ean ce ee 20,804,673 hectireas, cifra_equivalente al 89 por ciento erecta Sst aioe includ pnigades de. propiedad territorial agraria del pais; en 1950, el niime ale grandes hacendados estaba representado por 3.422, qui j conjunto dominaban sobre 17.403.120 hectareas, el 80 por modalidades de posesién de la tierra —arrendamiento, de la tierra en condiciones de cultivo y aproximada la, ocupacién y condiciones mixtas—, no presentan una ciento del territorio nacional. La tierra indi lin sustancial, aunque en términos relativos la proporcién or esto: listas superaba, e datarios desciende del 15,2 por ciento, en el aiio 1950, or ciento, en el afio 1961; en términos absolutos, ese des. menos significativo: de 35.60 aio 1950, a 33.500, lio 1961. En esta reducci6n se refleja, un poco, la actitud tativa de muchos terratenientes, ante la perspectiva que presenta con la Reforma Agraria de vender tierras desva sobre el 3. po rra en condiciones de explotacién, y desde sectores mas ricos de la bi Ja posesién de 503 lorizadas a elevados precios, y por esto se orientan a no ivadas, y el 55,6 por ciento a las tierras piblicas nacio- darlas, prefitiendo venderlas al Instituto Agratio Ni le es un aspecto del, problema, pero es neces: La tendencia que se refleja en las cifras registradas en si en efecto, Jas tierras entregadas a las familias cam- cumentos oficiales es el aumento de las unidades repi # {ueron adquiridas a precios fabulosos, tratindose general- contratos de aparceria, en cifras relativas, del 6,4 por clef terrenos impropios para el cultivo, resultando en la el afio 1950, al 8,6 por ciento, en el afio 1961. En térmi # beneficiados ademas de los antiguos terratenientes, una solutos, de 14954 unidades de explotaciin, en el afio I neritica intermediaria entre aquéllos y el Estado. vene- 27.383, en el afi0"1961. Lo cual significa un incremento Casos hay a la vista como para ilustrar esta afirmacién 12.428 unidades de explotacién regidas por contratos dé pero bastaria por ahora con recordar lo ocurrido con ceria. En consecuencia, ademés del incremento del grado le Ia expropiacién mediante compra del latifundio Pi- centracién de la tierra, se constata un’ incremento del en Guacara, Estado Carabobo, en cuya distribucin los fundio.™ ‘ favorecidos fueron los campesinos, y si un grupo de po- dos a las instituciones que pasticiparon en la ope- LA DISTRIBUCION DE LAS TIERRAS CULTIVABLES EN VENEZUELA CONTEMPORANEA 2 a practica, el grupo social que mayores beneficios ob- (Segin propiedad y formas de tenencia)¥® ‘fon la actual politica de distribucién de tierras, es la bur- fentista, peculadora y burocritica, que moviliza sus cone- Censo de 1950 Hinancieras y sus influencias politicas y valoriza de modo ——_—___— Jas tierras que presume serin compradas por el Instituto Sprig Mec bececciae? ae » Nacional, y mis atin presiona para que a ‘compradas tenencia % hhect. % tarentes de todo valor desde el punto de vista agricola. RS ot iit th 5. dine unto, las familias campesinas que reciben tierras en estas Propietarios 41,6 83,2 ones, continéian emigrando hacia los centros urbanos. ‘Arrendatatios 152 33 ‘Aparceros 64 22 Okupantes y |AROLLO INDUSTRIAL DE VENEZUELA CONTEMPORANEA MONOPOLIOS FINANCIEROS formas mixtas desarrollo del capitalismo nacional (entrabado por el pe- ha economia estructuralmente latifundista, y luego depen La estructura latifundista, y las derivaciones quell ilel capital monopolista internacional), marcha de modo reflejan, no ha sido modificada sustancialmente en los i las primeras décadas del siglo xx. En lineas generales, siguientes a la aprobacién de la Ley Agraria, Des Mlirmarse que la, industria manufacturera, como tal, no ta 1962 fueron distribuidas 1.525.658 hecti i el perfodo que el petrdleo se apodera de los fundamen- 56.772 familias campesinas, correspond Ia economia venezolana. Desde los afios posteriores a la Ja distribucién realizada en el aiio 1959, y 748.767 a la di Guerra Mundial hasta 1936, se observa la incipiente ci6n del aio 1960, cuando ellas fueron més elevadas. El lak de los centros artesanales hacia formas de pequefia y dio tradicional fue afectado por esta politica de distribucl industrias, tan reducida que no es posible considerar tierras muy le rorque sélo el 44,4 por ciento de Ia sintoma de un cambio estructural; Caracas, Valenci rireas entregadas a los campesinos correspon WY ¥ Maracaibo se destacan como niicleos donde esas acti 504 505 Distrito Federal, regién donde se concentraba un) mas © de las empresas denominadas “industriales”, el eapi- cial ascendia a Bs, 131.192.258,48, superior, en conse nsiderado entonces como “capital industeial”. En esta diferencia con toda seguridad era mayor, en ‘edominio estruetural de la economia latifundista y ones ¢ influencia en las otras actividades productivas. , en los smediatamente anteriores a ‘vidades se presentan con més fuerza, especialmente Ia indi textil, la cual acusa diez telares, con una inversién de dos nes de délares y capacidad para elaborar el 50 por ciento di ‘god6n consumido en el pais. El cuadro de este neonato dé Ilo industrial 1o completan tres fabricas de tabaco, tres ca rias y algunas plantas para la fabricdcién de cemento, ch mantequilla y papel Las estadisticas registran “unos ocho mil establecimi Iamados industriales"” en el afio. ba no eran a jue los modestos talleres artesanales le incipiente indul 3] e ae Gaeiiiba amen taal realimente’iinprodutva) ala sah pesca isa sented ell atrundio,y.en el madamente cincuenta mil personas, dedicadas a la produce tovcane L ARea ORT dependencia de las aguardiente, papelén, melaza, queso, ademas de los renj Paes antes mencionados.* El capital invertido en estas empress tesanales y semiindustriales ascendia a. Bs. 128.221.199,75, lamente las que aparccian registradas de modo impropio Fess babel idestriad moaliiegieas. yodelracerd oy °hte/s0l oN Beer ena rcs desordenadamente distribuida laced thle pion Ahaha Gap ca scinvertida en el terttorio nacional, en término de im- 1.711.298,50, invertidos en veintidés talleres: cuatro destin a oe ae acre ene, Ja construccién de estructuras metilicas; dos a fabricar col Fee VAUERA ARR PFLID acnielghlangeses do, de tela metdlica; dos a la elaboracién de mucbles de hiert0) i petaten Metkinnstplictrs de algunos politi rrerias y cinco claboran diferentes manufacturas metilicagy yse medidas de proteccién arancclaria que favorecieron el | monopolista invertido en el pais, penetraba por un y salia por el otro, hacia las naciones metropolitanas 0 Has areas subdesarrolladas, quedando s6lo en Venezuela El cay nacional se orientaba basicamente hacia las iento de importantes renglones de la industria ligera, espe- siones de tipo parasitario, como el préstamo a interés, las a industria textil, que logré estabilizarse sobre la base lisposiciones proteccionistas: 1") Un alto arancel para el tecas, las especulaciones rentisticas en general y al comerth importacién, cuando no se congelaba en los bancos. En jul 1937, el-medio circulante (oro amonedado, plata, niquell y tes bancarios) ascendia a Bs. 520.127.908,79; el 55 por ci esta masa de capital, es decir, Bs. 283.054.265,88, estaba di tado en los bancos. De ella seria necesario deducir, adi Bs. 88.878.877,90 que representaba el respaldo en oro di billetes. De modo que la existencia monetaria en circulaci lo equivalia a Bs. 149.189.845,01, cifra que expresaba la in dad y timidez congénitas del capital venezolano, ante los fi que podrian acarrearle las inversiones en empresas indus is donde la capacidad adquisitiva de la poblacién’ traba los més bajos niveles."* portado, para facilitar el cultivo de esta materia pri el pais, y 2%) Un alto arancel a los productos textiles im. ara propiciar el desarrollo de ese sector de |; lis medidas proteccionistas, s6lo de modo aparente, esta la industria mariufacturera venezolana; cierto, por otra jue aceleraron el proceso de transformacidn del sistema de rtesanales en niicleos capitalistas urbanos, y lo a las dificultades ocasionadas por la guerra, fa to de factorfas industriales, pero incidieron en de los costos de produccién y en los precios de venta, na falsa sensacién de progreso, progreso ficticio depen. ge 307 diente de los créditos sumit rados por el Estado, dey éste a su vez, de la renta petrolera. En sintesis, un proceso ias, obstaculizado en sus bases dit de desarrollo por el dominio de la estructura latifundista, ducia el mercado interior a una capacidad irrisoria de com rimas importa. fs un reduci lo —definida en sus objetivos fun- 509 ja en muchos aspectos— fue P: las décadas iacién de la Corpora: a ies de bolivares, en el aio 1956; pero en esta industria, que tas norteamer cuarta década tenia caricter nacional, comienza a parti- fensamente el capital norteamericano; el capital inverti- s plantas para la fabricacién de rayén o seda artificial fue do de dependencia del capit x 1a Celanese Venezolana, empresa filial del consorcio al, que ya. slon Celanese Corporation of America. Esto que ocurre ¥r0,,impulsando "9p lustria textil tiene validez para los otros renglones de iccién industrial: hasta empresas tradicionalmente vene- t 5, como las de tabacos y cigarrillos, devienen en simples su- ‘ vo capil norteamericano del tabaco y pierden su lusvalia producida por iva denominacién. 0, inversi \cién a la produccién y desde el Angulo de las magni luctivas, Venezuela vivitia una etapa de intensa indus- n. En efecto, el indice de crecimiento de la industria rera —considerando 1953=100— pasa de 64,7, en talista y de ficti 7 1950, a 223, en el afio 1959, excluida la refinacién petro. 9 cual significa un incremento de 3,5 veces en una década, a que el producto industrial bruto se mueve con una ‘ones impuestas eranual media del 15 por ciento, superior al nivel, partir de 1950, el crecimiento del sed por otros paises de estructura econémica similar a la nufacturero venez0 Imente contribuyen @ y solo comparable al nivel que presenta el Brasil.™* car la perspectiva que presenta en el periodo de la Segundi iado este incremento, no en términos aislados, sino co- Mi fenémeno de conjunto y en el contexto del desarrollo ge- -conomfa venezolana contempordnea, se observa que el crecimiento industrial, como participante en el PTB, te aumenta dos y medio puntos al ascender de 9 por el afio 1950, a 11,5 por ciento, durante el aiio 1959. inferior a la que se constata en otros paises de si- uctura a la venezolana. ¥ si, ademés, se considera ese > de la industria manufacturera con relacién con los tores de la economia nacional, se observaria que en 1959, es Io superan,’en los siguientes términos: petrél Into; comercio, 15,3 por ciento, y servicios, 14 por ciento, el agravante de que el sector agricola disminuye su par- in de 7,9 por ciento, en 1950, a 6,3 por ciento, en 1959, jue expresan que el incremento industrial apenas compen- vez impulsa una gran demanda y como resultado un aume ficit en agricultura. Estos dos sectores —agricultura e in- Ja produccién. El capital invertido en la industi unidos representan el 13,8 por ciento, es decir, las dos partes del comercio y servicios, que totalizan 29,3 por ia afuera’”, y se trans progresivamente en una j6n_importadora misma fuerza del gasto petrdleo, qu 510 su dista de la produccién ageop conjuntamente i © agricultura de subsi frenan el desarrollg industrial que su baja producfvidad, su sporte terrestre, ma rcaderias de todo género, act ieras y aéreas y de corporaciones nacioi 050, esp nes dle consumo, del d na sobre ingenios azucareros, rel fas de seguros. nos, pero de mod se apodera de la n m: na, todavia entrabada por el peso de la estruc lista y precapitalista de la economia importadora de , exportadora de petréleo y mineral de hierro. Es el regido por el capital financiero, surgido para domi actividad econémica del pais, incluyendo la produc ddustria licorera, la madera para los muebles, las fibrag jas materias primas de origen dustria textil. Fs, si se quiere, un retroceso de las for » Fenglones basicos de la produccién agropecuai es de impale jo comercial y los precios. El capital financiero ravante del caso, por tres vias: apoderindose de la me Geomerciod cstin’regidos par IME préstamos y participando directamente, a titulo pobdescblettelsen is Caste io) las empresas industriales y de lo fundamental de la pro agropecuaria EI modelo del monopolio metropolitano pisa terreno \dustria manufacturera venezolana y de ella se aj iéndola a las necesidades del capital financiero, en cada 1950-1960. Desde luego que con antecedentes en los anteriores, sobre todo en los meses inmediatos a la Segunda ra Mundial. Ya en 1946 se constituyen algunos, uno de | fue el trust Grace & Cia. Venezuela.S. A., filial de un coi norteamericano, representado por cuatro accionistas de i tctividad industrial realmente nacional ial, queda reducida a renglones mar, smico del monopolio. En la dinémica d eto de Venezuela— se unen dos verti representada Wor, y la nueva fuerza e% idades parasitarias propias del comercio importador ei 312 bis los paises semicoloniales y neocoloniales, pero domina cul vamente el poder del capital financiero. El poder econémico manifestado por la banca en 1a i década es decisivo en el desarrollo de los monopolios veil nos. En los nuevos bancos marchan unidos el capital ext y el capital usurasio nacional, primitivamente acumulado poy de la especulaciéi, del peculado y del fraude. Es una uni ‘grada en la que domina cualitativamente el modelo de cal nnanciero’ norteamericano, se imponen su destreza ro en la que también subsisten los hé representados por, el prestamista y el usurero. La banca del pais recibe dinero del Estado venezolano pendiente éste, a su vez, de la renta petrolera— al 5 por Jo presta legalmente al 12 por ciento, pero obtiene hasta’ ¢ el 20 por ciento, interés que es recibido en buena parte en mento de entregar el dinero al acreedor, asi se trate de mos para las inversiones industriales 0 de los llamados mos individuales. Esta tasa aumenta debido a las modal de seguros y reaseguros, dominadas por el capital de esa banca, duefia también de la industria por via de las soci anénimas, cuyos directivos estin unidos al capital bancario posicién influyente en las instituciones financieras. .. Es el vicioso de la reproduccién del capital financiero en un pal deja de ser subdesarrollado” para transformarse en pais lonial, Los beneficios son imponderables. He aqui alguns tras: hace cuatro afios se constituy6 un banco para desarroll0, vivienda y actividades hipotecarias, con capital de Bs. te banco, en la actualided, regista un capital nominal il entre 120 Estados Unidos, el capital invertido en hipotecas obtiene vados beneficios en tan limitado espacio de tiempo. En ¢6 el Federal Housing Administration, instituto que tiene por lidad avalar los préstamos hipotecarios concedidos por versionistas particulares, quienes solamente obtienen un i cuando de viviendas tipo propiedad ho tia aproximadamente entre el 3 y 5 por ci de recuperar el capital invertido a los veinte o veinticineo 514 stos beneficios los considera aceptables el capital norteame- -onsta en el Informe de Recuperacién de Ia Alianza ado en Ja prensa de Estados Unidos en ‘orme fue redactado por u ntegrado por David Rockefeller, presidente del Chase tan Bank; Emilio Collado, vicepresidente y director de la 'd Oil New Jersey, y por Walter Reston, vicepresidente del First National City Bank of New York. Pero con n a Venezuela, esos beneficios no se consideran satisfac y, en consecuencia, se trata de que ellos “aseguren una pensacién verdaderamente razonable jodo cuando se asoci Jes impone su politic su concepcién y ines monopolista, pero a los gritos de libertad de em. intervencién del Estado “en el campo de las fuerzas vi ladamente bajo la consigna de “planificacién de los aspectos fun or considerar es iis, 08s En aquellos pases en que el Eao ie Ia econo, su poder cs ta rece y ls que reel rneai nio de los monopolios privados en la vida econémica de Ja empresa Protinal es una més de un conjunto monopolis- cin. Pero de hecho el espiritu de monopolio esté ahog Hipico de las formas econémicas desarrolladas en Venezuela desarrollo de la mediana industria y de las actividades prdnea: el grupo Mendoza que, entre otras, controla y cuarias de modestos recursos, explotadas con criterio ca ne participacién en fabricas de cemento, envases de No por accidente es una de las empresas, dependiente del reteras, constructoras, cervecerias, financiadoras, ceré- polio que con més fuerza reclama "el imperio de la liber ndmica”, la que ts lesiona directamente los nicleos dé alizacién, importacién, bancos, prensa, radio y televi- ismo realmente nacional que pugnan por desarrollarse, cio en bienes de consumo, dinero y valores, préstamos He. squflum cjemplo eéoncréto»Lascultivadoeaa vivienda popular. Empresas que explota en. asociacién les que en el Estado Portuguesa se dedican a la siembra fupos nacionales, el capital norteamericano y recursos estén en inexcusable necesidad de aceptar las condiciones »8 del Estado venezolano, nanciamiento impuestas por la empresa Protinal, filial es este el nico monopolio (venezolano en su raz6n nopolio Mendoza. Esto, en raz6n de que en Venezuela, mnal en ta funcién que desempefia en el desarrollo cepcién del Banco Agricola-y Pecuario, no existe un it del pais), existen otros. El grupo Vollmer-Zuloa- bancario que acredite dinero para cultivar el maiz, ast los Je ellos. La electricidad —con excepcién de la empre sarios tengan contratos firmados con entidades industrial al CADAFE— esti controlada desde sus origenes por un ces de satisfacer los compromisos adquiridos sobre compl familiar tradicional, cuyas actividades en el campo eco- go del maiz cosechado. icin en el pasado con Ricardo Zuloaga quien en su En 1944, el equipo mecénico para cultivar maiz en Fepresenté el espiritu de progreso del empresario capita- péeflle 4050 fetes equivalia ‘Bs. 11900 y los 100 ergata acer eae he teenage Bee te grano, en promedio, se vendian en Bs. 50; en 1964, el tribucién del azicar y sus derivados. mecénico para cultivar de maiz una superficie igual, est " presentado por Bs. 39.400, en tanto que el maiz se vendia @ pacién, y en muchos casos predominan, en activi- los 100 kg. En otras palabras, la inversin se elev6 hasta inadas con fabricacién de licores, electricidad, pro- por clento y'cl precio, del mstz descendi6 en cl 44 poll tribucién de azicar, bancos, seguros y créditos, ur industriales exigen que las cosechas se inicien en la prim Bi est ulema teatanelins cocneresta comentan cena de septiembre, perfodo en que el maiz presenta un uecién agropecu: porcentaje de humedad, el 18 0 20 por ciento de su Baill eg 8h i800 delok lasot gua co que infla los fletes y obliga a someter el grano a un ete ra ete mah T ot de secado”, que se efectia'en maquinarias de Protinal, MOI ord cre naciccode a tele Ce Bs. 1,50 los 100 kg. Esta empresa, ademés, control Blea hal Rickles Geet contrato, los servicios de aeroaspersién Agricola y Pecuario habia fijado el precio del maiz en Bs, 100 kg y Protinal lo pagaba a Bs. 28, debido al dominio, polista que ejerce sobre los cultivadores empresariales suministra los créditos, controla los servicios y adquiere sechas. ales por su orig fil y programa trazado. Nos referimos a las corpora 516 a5

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