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Índice

1. Nacimientos de la filosofía (1): acerca de la sabiduría mítica ……..……..…….....……..3


a. La transición………………………………………………………………..……7
b. El lenguaje …………………………………………………………………...….8
2. Nacimientos de la filosofía (2): los investigadores de la physi ……..…….………..…...11
a. Tales y Anaximandro ………………………………………………………..…11
b. Heraclito y la mentalidad Homérica ……..……..……..……..….…....……..…12
c. Parmènides ……..……..……..……..……..…………..……..……….………..14
3. Apología de Socrates, Platón ...………………………………………….……………...15
a. La apología …………………..…………………………………..……….....…15
b. La muerte: Apología y Fedón ………………………………………..……...…15
c. Nietzsche y Hobbes ……………………………………………...………….....16
4. Relatos filosóficos: el poder de la función poética. ……..……..……..…………..…….17
a. Platón ……..……..……..……..….……..……..……..……..….…..………......17
i. Fedro ……..……..……..……..…….……..……..…………....……...17
ii. Fedon ……..……..……..……..…...……..……..……….…...……....17
b. Aristóteles ……..……..……..……..……..……….…..……...………...……...18
5. El Bien y la felicidad. “Fórmulas” para el cuidado del alma ……..……..….…….…...20
a. Aristóteles: Ética a Nicómaco (Libro I) ……..……..……..……..………........20
b. Terapeutica Helenistica ………………………………………………..….…..21
6. Humanismo: autoconciencia e intersubjetividad ………………………………...…….24
a. Petrarca ……..……..……..……..……..……..……..……..……..………...….24
b. G. Pico de la Mirándola ……..……..……..……..……..……..………..…..….24
c. Etienne de la Boëtie ……..……..……..……..……..……..……..….............…25
7. Leviatán, Thomas Hobbes ……..……..……..……..……..……..……..…….............…26
8. El paradigma de la ciencia moderna ……..……..……..……..……..…………......…...29
a. Nicolás de Cusa (1401-1464) ……..……..……..……..……..……………......29
b. Galileu ……..……..……..……..……..……..……..……..……………….......30
9. Ilustración y crítica ……..……..……..……..……..……..……..……..………............32
a. Kant ……..……..……..……..……..……..……..……..……..……….…...…32
10. El arte romántico y la filosofía del espíritu ……..……..……..……..……..……….....36
a. Kant ……..……..……..……..……..……..……..……..……..……..……..…36
b. Schiller ……..……..……..……..……..……..……..……..……..…………....37
i. El «primitivo programa sistemático del idealismo alemán» …....…...37
ii. Friedrich Hölderlin ……..……..……..……..……..……..…….....….38
11. Friedrich Nietzsche ……..……..……..……..……..……..……….……..……………40
a. Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1873) ……..……..……..…...40
12. Crisis de la significación y nihilismo: la nofilosofía ……..……..……..…………..….43
a. Nietzsche: Más allá del bien y del mal ……..……..……..……..………....…43
b. Así habló Zaratustra ……………………………………………………..…...43
c. Adorno and Horkheimer: Dialéctica de la Ilustración …………………...…..44

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Nacimientos de la filosofía (1): acerca de la sabiduría mítica
“Los orígenes de la filosofía, y por tanto, de todo el pensamiento occidental, son
misteriosos”.
En el origen de la filosofía lo que encontramos es el mito y una sabiduría inspirada. El origen de la
filosofía no está clara y distintamente diferenciado del mito. Estos individuos empiezan a
emanciparse de los mitos. Pusieron sus pensamientos de forma escrita, pero más cerca de la poesía.

La noción de orden es un prejuicio que nos cuesta mucho eliminar de nuestra mente racional, nuestra
capacidad para ordenar el mundo, que es la que nos da seguridad. La noción de cosmos, el
término griego, significa orden. Esta búsqueda de un orden es lo que pretende la explicación mítica
de la mayoría de civilizaciones arcaicas, la griega no es la excepción. El caos hace que surjan las
explicaciones míticas. Del caos (desorden/nada) al cosmos (orden). La mayoría de religiones o
mitologías buscan una explicación a ese orden que luego dirá Kant que reconocemos esa
regularidad en la naturaleza que proyecta nuestra razón, que es afín a nuestra propia capacidad de
pensar, y es algo que nos da tranquilidad. El ser humano tiene la capacidad para hacer extracción de
las cosas que cambian y quedarse con lo que no cambia, con la regularidad. Por eso, por ejemplo, a
una cosa que no conocemos pero se parece a otra, ponemos el nombre equivocado.

La memoria es una cuestión fundamental para la mentalidad griega. La memoria no se entiende


como la facultad que nos permite recordar pequeños detalles útiles. Es la facultad que nos permite
recordar la verdad atemporal que nos hemos olvidado a la hora de nacer.

En la Teogonía nos explica esos orígenes, esa salida del caos. Ese relato continúa hasta día de hoy:
el relato de los orígenes que da sustento sigue a día de hoy gracias a la palabra de la ciencia. Las
ecuaciones no tienen el poder educador del lenguaje poético, pero los conceptos de la cosmología
moderna aún nos deja sin aliento. Todo proviene de una pregunta: ¿de dónde viene todo esto? ¿Qué
había antes del tiempo? Los físicos y astrofísicos de hoy en día se hacen esta pregunta. Aunque
sabemos que antes del Big Bang no había nada, no existe un antes. En todo caso, nos cuesta
entender esa realidad desordenada e impensable. También en la ciencia hay prejuicios, también les
cuesta entender el caos. El caos acontece, aunque nos cueste entenderlo. El logos moderno nos hace
creer que la razón ya lo explica todo.

Hesíodo, antes de hablar de la lucha de Dioses y Titanes, habla de su propia situación como cantor,
como aquel que es vehículo y transmite una verdad que le trasciende. Es una verdad atemporal,
que ha de suponer la base para la creencia religiosa y esa consistencia espiritual que otorga la
creencia religiosa. Esa consistencia se encuentra en algo: familiares, creencias (religión o no),
tradiciones… En este caso hablamos de una creencia religiosa, de un mito y de un relato de los
orígenes que está en el Génesis. Aquí no hablamos aún del dios cristiano sino que estamos hablando
en la mentalidad griega, cumple la misma función que el mito de los orígenes: aportar consistencia.

“Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto mientras apacentaba sus ovejas al pie del
divino Helicón. Este mensaje a mi en primer lugar me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus
portador de la égida: “Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan sólo! Sabemos decir muchas mentiras con
apariencia de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad” Así dijeron las hijas bienhabladas
del poderoso Zeus. Y me dieron un cetro después de cortar una admirable rama de florido laurel. Infundiéronme
voz divina para celebrar el futuro y el pasado y me encargaron alabar con himnos la estirpe de los felices
Sempiternos y cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final. Más, ¿a que me detengo con esto en torno
a la encina o la roca” (Teogonía, pp.70-71)

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Decimos que no existe la filosofía (porque no sabemos cuando nació Hesíodo, aproximadamente por
el siglo viii a.C) cuando Hesíodo narra como poeta el inicio de los tiempos y ese orden. Habla de
cómo él está cuidando de las ovejas. La verdad de la que hablamos será religiosa, espiritual,
trascendente en la medida en la que la vinculamos a los dioses, pero en la que no hay reflexión
racional que pueda ser empíricamente comprobada. El poeta tiene autoridad poética para
hablar de la verdad porque él es escogido. El poeta se convierte en ello porque es elegido por las
divinidades para hacer de vehículo de una verdad universal que cabe vincular a la verdad
trascendente de los Dioses, a esa atemporalidad. Por eso, en este momento, el poeta y el profeta no
están siempre distinguidos. El poeta narra lo que ha sido y ve lo que será desde un presente, que
para él, conectado con la divinidad, parece que es inalterable, al menos cuando tiene su visión y
está poseído.

Platón hablará de este tipo de posesiones: la manía sería es posesión, y la mántica (el arte de la
adivinación) sería la manera de ver más allá, reservada a unos cuantos. Hesiodo dice “me dieron un
cetro después de cortar una admirable rama de florido laurel” (laurel está asociado a la victoria).

En estos inicios, tenemos a alguien a quien le encomiendan la tarea de explicar y poner una base. La
explicación mítica es la que aporta el sustento que luego, ese sustento, se va a buscar en un lugar
que no es el mito: en la explicación científica, en la filosofía … La necesidad de sustento esta
relacionada con nuestra especie como recordara Nietzsche, que es ese contrapunto que nos hace
entender que la verdad como tal no la buscamos más que como una forma inamovible que nos da
seguridad.

Necesitamos explicarnos porque tenemos una necesidad de sentido. Esto nos distingue de los
animales, y por eso, durante mucho tiempo nos ha hecho creer que somos mejores que los animales.
Nietzsche lo niega, el ser humano es así y esa es su ventaja evolutiva: el poder pensar,
comprender y también engañar. Nietzsche siempre le ve el lado oscuro, a contracorriente de la
tradición platónica, que confía más positivamente en el pensamiento. A través del pensamiento se
puede alcanzar ese equilibrio, esa paz y esa verdad absoluta. Aunque no es un término muy
griego, las enseñanzas de Hesíodo se trasladan porque Hesíodo no es un hombre. Hesíodo es esa voz
que traslada algo que no es finito o temporal, como fue su vida. Traslada esta verdad
trascendente que explica lo que hay. En este caso, la prevalencia de unos dioses que con su historia
y sus relaciones, eliminaron a los Titanes.

Platón, siglos después, habla de esta “Infundiéronme voz divina”: no soy yo, con mis intereses, mi
subjetividad, mi sensibilidad… quien dice lo que le parece. Los dioses me dan la posibilidad de
decir un decir que no es mío, sino que traslada lo que es su realidad.

Hesíodo no es un profeta en la medida que no dice lo que va a suceder según lo que el dios ha
planificado. Sí es un profeta, por otro lado, porque puede ver más allá. Más que profeta, se habla de
la adivinación como esta capacidad de ver lo que todavía no ha acontecido, pero desde una
perspectiva atemporal los dioses ya saben lo que pasará. Cuando habla de “Infundiéronme voz
divina” significa que está poseído. Platón hablará de la manía, que es ese rapto. Quién está en sus
cabales no puede conectarse con la divinidad, que transmite a través de él. Tiene que salir de sus
cabales para hacerlo, para que la conexión sea buena. Por ejemplo, las sacerdotisas habían de beber
algo para conectarse con el dios Apolo.

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“Infundiéronme voz divina para celebrar el futuro y el pasado y me encargaron alabar con himnos la estirpe de
los felices Sempiternos” Son felices las divinidades porque son eternos, para ellos no pasa el tiempo, no
hay pasado, presente y futuro. No trabajan y son infinitos (no mueren).

“cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final''. Se confunden los tiempos cuando uno está en
un rapto. Apolo y Dionisio son los dos dioses que inspiran y están en la base de la sabiduría, pero una
sabiduría entendida en clave de locura.

Los orígenes de la filosofía no coinciden exactamente con los orígenes de la religión, pero el
sentido que ya se va construyendo en base a algo que otorga tranquilidad nos hace hablar tanto de
mito como de logos. Tantos los relatos en la caverna, como Hesíodo y como la ciencia responde esa
pregunta (¿de dónde viene todo esto?) para salirse de esa incomprensión y caos a través de la
respuesta. Si sabemos de dónde viene, nuestra dirección hacia donde vamos estará más clara.

Uno se hace esas preguntas (¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?...), que parecen muy tópicas y
parodiables, se las hará Petrarca. Las volverá a plantear. Más allá de la pregunta, que pueden parecer
infantiles y parodiables, lo que es sintomático es hacérselas. Uno se hace esas preguntas cuando la
respuesta no viene dada. Es una especie de crisis.

Una de las preguntas, ¿que había antes del Big Bang? Antes del Big Bang no había un antes, pero
nuestra razón sigue. No podemos concebir un momento en el que no haya algo porque nosotros
venimos de algún lugar, ¿cómo podría haber un no lugar, un no espacio, un no tiempo?

El tema fundamental de la filosofía que trabajamos primero es el tema del origen. Es el fundamento,
desde una perspectiva mítica como desde una perspectiva filosófica. El mito otorga esa consistencia a
partir de la cual lo que acontece tiene sentido. A medida que avanzan las explicaciones científicas
(el logos, la filosofía), parecería que la respuesta sobre lo que acontecen me competen a mi, no me la
transmite la biblia ni ningún oráculo. Igualmente, seguimos depositando la fe, no necesariamente
en religiones, sino en otras creencias como puede ser la ciencia (por ejemplo, que un tratamiento
médico vaya a salir bien). Al final, todos creemos en algo, consciente o inconscientemente.

Lo interesante de este cuestionamiento del paso del mito al logos, de esta especie de reivindicación,
de esta otra mitad no tan racional, es que nos hace entender con perspectiva la necesidad de todo
sapiens sapiens tiene, además de pensar, de saberse fundamentado. Y la sabiduría sería esa
característica del sabio, y el sabio es el que encuentra respuesta. Sin ser especialista, sabe
responder y actuar (es un conocimiento que no es meramente teórico).

Los orígenes de la filosofía, y por lo tanto de todo el pensamiento occidental, pensamiento científico
e incluso religioso, dice Giorgio Colli, son misteriosos. Al menos por dos motivos. El primero por la
lejanía y escasez de testimonios: no tenemos acceso a lo que creían las personas de esa época porque
la comunicación era predominantemente oral.

Son misteriosos, para nuestra mentalidad científica, para nuestra manera de comprender el
significado de las cosas tienen que ver con una estructura mental que compartimos todos los seres
humanos y cuando uno dice, por ejemplo, “está lloviendo afuera”, todos comprendemos lo mismo. A
la mínima que se complique un poco, o que la persona tenga una procedencia distinto, quizá la lluvia
no es algo tan familiar o tiene un sentido diferente. Para una persona la lluvia le molesta porque tiene
la ropa tendida y para otro la lluvia es maravillosa porque viene de un sitio donde no llueve nunca.

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Por tanto, podemos pensar que nos entendemos porque usamos cláusulas lingüísticas que nuestra
racionalidad puede construir y recrear, pero el sentido es bien distinto. Qué decir de una época
tan distante, de una época donde lo que hoy conocemos como logos no existía (no estaba
tematizado, aunque si pensaban). Heraclito y Parménides, serán los que lo articulen, todavía en
formato poético y mencionando a divinidades.

Nietzsche dice “Socrates es el prototipo del optimismo teórico, que con la señalada creencia en la
posibilidad de escrutar la naturaleza de las cosas, concede al saber y al conocimiento la fuerza de
una medicina universal.” En Sòcrates (no el Sòcrates histórico, realmente está apuntando a los
filósofos neoplatónicos e idealistas contemporáneos suyos), él ve la deriva que se basa en la
confianza irracional en la razón, en esa continuación del mito que silenciosamente se infiltra en
nuestra capacidad de pensar y que nos lleva a buscar una tranquilidad, que es humanamente
comprensible, però que para Nietzsche en ningún caso esa búsqueda de verdad es salvadora, en
sentido espiritual. Es una búsqueda de la verdad que aporta tranquilidad en un sentido biológico, que
tiene que ver con nuestra autoconservación. El pensamiento, la razón pura y las verdades que
concedimos idealmente tienen ese grado de confianza en el conocimiento más allá de nuestros
intereses. Nietzsche, como Hobbes o Montaigne, plantea que no hay una verdad desinteresada.
Platón plantea que sí que la hay porque Platón era una persona muy científica. Así pues, Nietzsche
dice que el error de Sócrates es que concede al saber y al conocimiento el carácter terapéutico de
la racionalidad, la función terapéutica de la racionalidad. Nietzsche critica la fe, que a partir de
Socrates y el pensamiento científico, tenemos o depositamos en el logo para cuestionar el paso del
mito al logos, para mencionar que la necesidad que cubría el mito sigue presente en nuestra era
del logos.

La regularidad es una parte del universo, pero en el universo pasan muchas cosas que no son
regulares. Como nuestra manera de pensar aspira a ser regular, se nos pasan por alto muchas cosas
que no se adecuan a nuestra forma de pensar. No pasan porque no las vemos, o mejor dicho,
porque no somos capaces de pensarlas: hace falta una intuición especial.

El mito habla de dónde venimos y a dónde vamos. La mentalidad griega habla del final (cuando
nuestro cuerpo muere, nuestra alma va a parar al Hades) y, al igual que otras como el cristianismo, lo
que les espera al alma tiene que ver con lo que ha hecho en vida con su cuerpo, cómo ha
gestionado todo.

Así, como decíamos antes, el orígen de la filosofía es misterioso porque no nos quedan registros, pero
sobretodo porque nos cuesta mucho ponernos en situación y pensar lo que pensaban aquellos que
no pensaban filosóficamente, que no concedían en la verdad como algo que de manera abstracta que
todos podíamos concebir en el mismo sentido, sino que la verdad se entendía como en clave
religiosa, cercana a los misterios, la adivinación, las prácticas rituales que permiten contactar con el
Dios. Por eso, sobre todo el dios Apolo pero también Dionisio, son las divinidades responsables,
para la mentalidad griega, de esa forma de saber, un saber inspirado. Por eso sale la manía.

Si bien una investigación de la sabiduría en la Grecia arcaica nos conduce en dirección del oráculo
délfico, de la significación compleja del dios Apolo, la “manía” se nos presenta como todavía más
primordial, como fondo del fenómeno de la adivinación. La locura es la matriz de la sabiduría.

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La transición
Colli, al hablar de Apollo, recoge alguno de los fragmentos en los que alguien tan aparentemente
lejano a la locura como Platón no duda en remitirse a esta forma de inspiración. Colli recuerda
como Platón tematiza esa búsqueda de la verdad como un tipo de búsqueda inferior al hecho de
poseer la verdad en la época anterior, que era la época de los sabios. Platón dice “yo no soy un
sabio, yo busco la sabiduría”. Es decir, buscar lo que no tengo. Si fuese sabio no lo buscaría, sino
que se comportaría sabiamente. Ese intento de Platón de encontrar esa forma de saber, de ese tipo de
plenitud que otros anteriores a él habían encontrado. En el fedro, explica:

“Los bienes más grandes nos llegan por medio de la locura* que se nos concede por un don divino. La
profetisa de delfos y las sacerdotisas de dodona, estando presas de la locura, han procurado a Grecia, tanto a
los individuos que consultan tanto a la comunidad muchos beneficios, pero estando en sus cabales poco o nada
han procurado a la comunidad y a los individuos. Como testimonio, es digno de mención el hecho que entre los
antiguos, los que ponían nombres a las cosas, no consideraban manía como algo vergonzoso o reprobable”
Platón, Fedro

*Es decir, el rapto: una divinidad, puntualmente, nos escoja como alguien a quien le va a revelar algo.

Platón dirige una mirada nostálgica al pasado, donde no estaba generalizada la búsqueda de la
verdad porque unos pocos ya la poseían. Con Platón en la filosofía se entra a una democratización
de la cuestión de la verdad. Ahora no solo unos escogidos, sino que todo el mundo puede realizar
ese movimiento de reflexión y encontrar sus propias respuestas. Esto se ve en uno de los diálogos de
Platón cuando un esclavo resuelve un problema matemático porque está escrita en su alma la
respuesta que otro, a través de la dialéctica, le suscita esa verdad olvidada. Esto da a entender que
ya no es una cuestión de escogidos. Eso es una ruptura con lo anterior, que decía que el que mandaba
tenía la capacidad de decir la verdad. También, en este caso, el sabio o aquel que de manera inspirada,
podía contactar con los dioses. Habla de las sacerdotisas porque él, por una búsqueda mucho más
modesta, aspira a lo mismo: conocer la verdad.

Píndaro, en uno de sus poemas, dice “dardos veloces que sólo hablan a los sabios”. El dardo/flecha
es el instrumento de Apolo, y comunican esta verdad trascendente para aquel escogido que puede
recibir. “Sabio es el que sabe mucho por naturaleza, pero los que han aprendido a revoloteantes
cuervos que croan se parecen”. Es una contraposición entre el sabio por naturaleza, escogido y que
tiene esa capacidad divina de ver más allá, y el que aprende.

Sucede la transición: la formación filosófica se incorpora como algo que no es exclusiva de unos
pocos. En la cita de Píndaro se ven las dos formas de entender la sabiduría. Una es continuación de la
otra, y al principio Platón se mira en la imagen de esos que saben porque están inspirados y tocados
por la varita de un dios. Esto es importante para destacar lo que dice Nietzsche: al final, el logos o la
filosofía puede llegar a todos por su racionalidad, pero es un discurso que viene a tener una función
similar a la que tenía el mito, que es otorgar consistencia a la vida de cada uno, en este caso la
creencia que lo que yo digo tiene sentido. Al final, a través de la filosofía, se va a pretender
construir como si fuese una rama de la ciencia (en este punto, filosofia y ciencia no están
separadas: los filósofos son científicos porque buscan esas regularidades en el cosmos), se da la
función de otorgar consistencia, eso sí, con unos medio más democráticas, menos exclusivos y
aparentemente apartado de la religión. Por eso el tópico de mito al logos. Con todo, en los primeros
filósofos, sus obras están llenas de referencias al poder de la divinidad que se infiltra en la actividad
racional.

-7-
El mito es sustituido por la capacidad personal de reflexionar de manera abstracta y
entendernos, pero el mito también es usado por Platón para promover esa especie de
trascendencia. Se usa el mito para ayudar a que pensemos de forma autónoma y no mitológica.

Socrates puede ser considerado como el último de los sabios y también puede ser considerado como
el primero que usa un lenguaje compartido, que todos podemos comprender y todos participamos,
es decir, está en un punto medio. Platón está claramente de este último lado, aunque mira con
admiración y nostalgia a los sabios del pasado. La manera de buscar la verdad de Platón ya no
es de forma inspirada, si no que es mediante el diálogo (palabra compartida). Tira de mito, aunque
también lo critica: se podría decir que se contradice, pero el principio de no contradicción y la lógica
aristotélica es posterior a él.

“Hay un signo que muestra suficientemente que el Dios ha dado la mántica a la debilidad conostipica del
hombre. En efecto, nadie estando en sus cabales llega a alcanzar una adivinación inspirada por el Dios y
auténtica, si no que más bien, eso, la adivinación, sucede cuando el poder de su inteligencia se ve
entorpecido por el sueño o por la enfermedad o desviado por una posesión divina. En cambio, el individuo
en posesión de sus facultados, reflexiona recordando lo que se le ha dicho en sueños o en estado de vigilia
por la naturaleza adivinatoria o por el entusiasmo, reviviendo las visiones que ha tenido, y discierne con
razón dónde está el significado de las cosas y la gien le puede indicar un mal o un bien futuro ”
(Platón, Timeo)

Dios o este estado privilegiado de ver, cuando la inteligencia está debilitada: cuando estamos
enfermos o soñando, cuando no controlamos el curso del pensamiento: estamos pasivamente viendo
esa realidad. Para los griegos es también forma de sabiduría porque no estamos en nuestros
cabales y no controlamos el orden del discurso.

Freud, en La interpretación de los sueños, cuando explica su método a lo pacientes, los ubica en un
lugar concreto donde estén relajados, evitando el contacto audiovisual directo para no cohibir, ya que
cuando una persona se cohibe la persona y mire la expresión de aquello que fácilmente autocensura:
al ver la mirada ajena, censurar ciertos contenidos que considero que no son pertinentes, cuando
estos son los más importantes. Por tanto, el reposo es casi obligado para, dice Freud, alcanzar un
estado similar al del sueño. Ubicar a la persona en ese estado de relajación para que no autocensure
su discurso y que traslade aquello que piensa, incluso si no tiene sentido: que deje de ejercer un
control en su discurso, que deje de separar lo que es pertinente y lo que no, y que lo diga todo de
manera aleatoria y desordenada. Desde esa falta de control se tiene acceso a materiales que de
otra manera no tenemos presentes. Trabajando con estos materiales podemos trabajar la herida, el
trauma. Lo que no tiene que hacer es evaluar si lo que dice tiene o no sentido. Platón en Timeo dice
lo mismo: hay el momento de la inteligencia, pero cuando está en sus cabales, la sacerdotisa no aporta
ningún bien a la comunidad. Cuando simplemente utilizamos nuestra inteligencia no podemos
acceder a ese tipo de verdad que viene de los Dioses. El que está en trance no tiene capacidad de
valorar. Si estamos siempre en el rapto tampoco podemos interpretar el mensaje. Se separó lo que es
ese estado típico del sueño, donde no hay control del pensamiento pero se muestran contenido que
tienen que ver íntimamente con nuestra verdad (deformados, eso sí) con el momento reflexivo de
la interpretación.

El lenguaje
El reto, a la hora de la profecía, era el lenguaje: era un enigma que se tenía que resolver.

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En la época no literaria, donde no tenía valor poner por escrito lo que se pensaba, la poesía tenía
una importancia distinta. La manera de hablar del poeta era la que modelaba el discurso
significativo del pueblo, incluso si el pueblo no era en sí mismo poetas.

La memoria era poetizada, y esta ejerce un control sobre las maneras en las que se expresaban las
personas en el discurso casual. Con memoria hablamos de Mnemosine, esa divinidad que permite
reflotar la verdad que no tenemos presente, pero es trascendente, que viene de lo más alto. A
través de la memoria, del ejercicio poético de declamación, se hace presente la palabra de un Dios.

Esa comunicación oral de las historias, y que supuestamente viene de Homero, es la que conforma la
mentalidad griega que, a través de Homero, sabe cuales son los comportamientos de las personas,
como relacionarse con otros y con los Dioses. Las epopeyas Homéricas, a pesar (y gracias) de ese
vocabulario esotérico, representaban ese discurso significativo y no tenía ningún competidor
prosaico. La mentalidad Homerica era la mentalidad general. Toda comunicación significante,
sin excepción, estaba marcada para obedecer las leyes de la diosa Mnemosine, la diosa que anima
la rememoración. La memoria, en el sentido griego, no tiene que ver con la acumulación de
conocimientos: es lo contrario. Es la que hace posible el recuerdo de esa verdad que no tenemos
recuerdo pero que es trascendental. El término que usa Platón para esto es la Anamnesis, y por eso,
cuando habla de esto, no está completamente ajeno a esta mentalidad. Alcanzar la verdad pasa por
recordarla.

“Gracias al poder religioso de la memoria, de Mnemosine, el poeta, lo mismo que el adivino, tenían acceso
directo al más allá, percibían lo invisible, enunciaban “lo que había sido, lo que es y lo que será””

¿Cómo se produce el tránsito de un pensamiento marcado por la ambigüedad y por la lógica (posesión
exclusiva del logos, del discurso significativo) a otro que parece abrir un nuevo régimen intelectual, el
de la argumentación y el principio de no-contradicción, así como el diálogo con el sentido, con el
objeto de un enunciado y de su referencia?

La aparición de la ciudadanos-soldados iguales y semejantes, al igual que el propio alfabeto griego.

“Colabora la palabra-diálogo, esa que actúa sobre el otro, la palabra que busca la persuasión y se refiere a
los asuntos del grupo, ese tipo de palabra va ganando terreno. ”

A partir del siglo VI i V a.C va a ser progresiva la palabra compartida. La palabra que no es mía, o
que no vale por ser mía. La palabra es significativa cuando es compartida, cuando es puesta a
prueba. Lo que yo digo vale no porque yo lo diga, sino porque lo digo en un contexto en donde me
lo pueden rebatir y si lo que yo digo resiste los ataques dialécticos, la palabra es significativa. Lo
es cuando es puesta en un campo donde todos los ciudadanos son iguales.

El alfabeto griego, casi perfectamente fonético, permitía por primera vez acabar con el
analfabetismo. Cualquiera podía aprender a leer y a escribir. La existencia de una clase de escribas
(los que filtran la tradición y controlan la expresión de las ideas), se va a hacer cada vez más
innecesaria. Hay santuarios y sacerdotisas, pero la peculiaridad del lenguaje greigo va a hacer
progresivamente que la verdad expresada no sea únicamente de unos pocos escogidos. Contribuye
con esa libertad de pensamiento de los griegos (helenos) y más tarde facilitará el desarrollo de la
democracia. No es la causa única, sino que contribuye.

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Lo que hace Platón es una reforma expresiva, dice Giorgio Colli. Es distinto. El hecho de poner las
ideas por escrito no implicaba un plus en términos de significación y validez. Cuando el discurso
circula, el ponerlo por escrito puede tener validez, pero es parte de un proceso. En Platón asistimos a
una importancia mayor de la escritura que con Parménides, y en este vemos una importancia
mayor también que con Tales y Anaximandro, porque no nos han llegado fragmentos suyos porque
son muy lejanos, pero también porque sus contemporáneos no daban importancia a que estuviera
puesto por escrito. Lo que sabemos de lo más antiguo viene dicho de otros que no vivieron en la
misma época que ellos, pero si que daban importancia a lo escrito. Es más, los otros no vivían en la
época de la mentalidad Homérica.

Platón no escribió tratados, sino diálogos. Es esa recreación de la búsqueda dialógica de la verdad.
Es literatura filosófica.

“El propio Platón llama a ese nuevo género literario con el nombre de “filosofía”. Después de Platón, esa forma
escrita iba a seguir vigente, y aunque el género del diálogo se iba a transformar en el género del tratado, en
cualquier caso iba a seguir llamándose “filosofía” a la exposición escrita de temas abstractos y racionales. Y
así hasta nuestros días, hasta el punto de hoy, cuando se investiga el origen de la filosofía, resulta
extraordinariamente difícil imaginar las condiciones preliterarias del pensamiento, válidas en una
comunicación exclusivamente oral, las condiciones precisamente que nos han inducido a distinguir una
era de la sabiduría como origen de la filosofía.”
(Giorgio Colli, Nacimiento de la Filosofía)

Es difícil porque para nosotros el pensamiento ya es literariamente trasladado. Se basa en lo


escrito y en una determinada distribución de las partes: argumentación, lógica… válida en una
comunicación exclusivamente oral. Estas son las condiciones que nos han inducido distinguir una era
de la sabiduría como origen de la filosofía. La sabiduría es una continuación del mito, pero a la vez
una separación de este, y la filosofía es esa búsqueda de la verdad que míticamente los sabios
tenían a su alcance.

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Nacimientos de la filosofía (2): los investigadores de la physi
“De las Musas y del flechador Apolo descienden los aedos y citaristas que hay sobre la tierra; y de Zeus, los
reyes. ¡Dichoso aquél de quien se prendan las Musas! Dulce le brota la voz de la boca.
(Hesíodo, Teogonía)

Las musas eligen quien transmita esa verdad atemporal. La voz del poseído o inspirado es
significativa gracias a ella.

Los relatos míticos buscan ordenar: salir del caos, que es un abismo en el que no se sabe lo que
hay. Del caos se pasa al cosmos, al orden. Hesíodo, en su Teogonía, es el primero en explicar
cómo surge ese orden, esa serie de divinidades. La explicación de Hesíodo cosmogónica empieza
con la salida del desorden primigenio, incomprensible.

“En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, Cosmogonía sede siempre segura de todos
los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo En el fondo de la tierra de anchos camino existió el
tenebroso Tártaro]. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y
cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos
surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada en
contacto amoroso con Érebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que
la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las
grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente
parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio”

Epiménides, de manera muy sorprendente, es citado en la biblia por Pablo: «Uno de ellos, un agorero
de su tierra dijo: “Cretenses siempre embusteros, bichos malos, estómagos gandules” ». Epiménides
es citado de esta otra manera: Epiménides, el cretense, dice que todos los cretenses mienten. En
cualquier caso, es un personaje semi mítico, que aparece en el volumen dos de la sabiduría griega.
No es que sea un antecesor de Tales o alguien que haya influido en los científicos o pensadores
siguientes, pero al igual que Tales, se hizo famoso por su sabiduría y fue llamado por los políticos
de la época para poner paz a una serie de conflictos de la ciudad. De él se dice: “un día que su
padre lo envió al campo a buscar una oveja, se desvió del caminó a la hora del mediodía y entró en
una cueva y se quedó dormido durante 57 años. Pasado ese tiempo se despertó y se puso a buscar la
oveja, creyendo que solo había dormido unas horas, pero como no lograba encontrarla, se volvió al
campo. Durante todo este tiempo se supone que se gesta su sabiduría y que de ahí que lo llamará
Solón, un político muy importante de la época. La ciudad fue presa de temores religiosos…Se hizo
llamar a Epiménides, que tenía fama de ser un predilecto de los Dioses y un buen conocedor de los
misterios divinos, en lo referente a la sabiduría entusiástica (los ritos).”

Tales y Anaximandro
Tales y Anaximandro fueron los primeros Physiologoi como recoge Aristóteles. En el caso de Tales,
hay esta cita: “(...) Seguían haciéndose la guerra con paridad de resultados cuando al sexto año sucedió que
durante una escaramuza y ya trabada la batalla, el día se convirtió de repente en noche. Tales de Mileto había
predicho a los habitantes de Jonia que iba a producirse es transformación del día (eclipse), y había fijado como
fecha el año mismo en que tuvo lugar el eclipse”.

No acertó el día, pero ya es mucho para la época. Sucede un fenómeno extraordinario, un eclipse (que
sucede cada cierto tiempo) que a más, ha sido predicho. Tales, que predijo el eclipse, y se dice que
dijo todo estaba lleno de Dioses y el elemento primigenio (arché) era el agua.

-11-
Desde nuestra época y Aristotiles, tendemos a pensar en ese elemento primigenio en un sentido
metafísico (ellos seguramente no concibieron así), en el fundamento del todo más allá elemento
líquido del agua, la realidad se basaría en ese principio que el término griego es arché.

Anaximandro parece ser que dejó un texto, pero es difícil saber si realmente lo dijo. El siguiente texto
es un comentario por parte de un estudioso de Aristóteles, Simplicio. Lo escribió en Alejandría unos
1100 al autor del fragmento (Anaximandro), que anota esta cita la cual no sabemos donde la leyó:

“Anaximandro, hijo de Praxiades, de Mileto, fue el sucesor de Tales y su discípulo. Y dijo que el principio
[arché] y el elemento de los seres es lo indefinido: y fue el primero que usó este nombre para el principio.

Dice que el principio no es agua ni ningún otro de los que dice que son elementos, sino cierta otra
naturaleza indefinida a partir de la cual nacen todos los cielos y todos los mundos que hay en ellos. Aquellas
cosas de donde tienen los seres su nacimiento son las mismas en donde perecen según lo necesario; pues se dan
uno a otros justicia y retribución de la injusticia según la disposición del tiempo. Así lo dice, con palabras más
bien propias de la poesía”

Sin que hubiera algo parecido a una escuela filosófica, había un vínculo entre Tales y Anaximandro.
Tuvieron en común esta búsqueda, que puede parecer que es física porque se habla de agua, pero que
si nos atenemos a lo que dice Anaximandro, vemos desde la filosofía y Aristóteles que va un poco
más allá de lo físico: un principio de donde toda realidad surge o que constituye todo lo real.

En la mentalidad griega, entender lo ilimitado es muy complicado: está cerca de no existir.


Cuando se habla de lo indefinido es un concepto, no problemático porque no sabemos si realmente lo
escribió Anaximandro o si lo escribió, cuál fue la reacción de la gente, pero lo que sí parece es que lo
que está en la génesis de todo lo real es algo que él mismo no tiene forma. No podemos asegurar
que Anaximandro pensase eso, pero parecería que esta es la idea. La forma surge de un principio
que no tiene forma, pero que da forma a lo que es. Lo indefinido podía sonar raro al oído
Homérico, cuando esta otra rara es la explicación de la metafísica.

Heraclito y la mentalidad Homérica


Heraclito es un pensador que planteo enigmas, desconcierta, que se manifiesta de una manera
aparentemente contradictoria porque no quiere imponer de forma autoritaria un sentido que
siempre tiene que ser buscado. El sentido de las cosas proviene de una interpretación y de una
participación viva de lo que se dice. Cuando no entendemos algo, nos ponemos en marcha para
resolver el enigma: nos hace participar en la realidad misma que pensamos. Heraclito quería que
todos en ese momento resolvieran el enigma y entendieran las cosas más allá de lo que se dice que
son. Lo que está desafiando Heraclito es el estado mental Homerico.

“Engañados están los hombres tocante al conocimiento de las cosas aparentes y reales por manera muy
semejante a la de Homero, el que vino a ser más sabio que los helenos todos: pues también a él le engañaron al
decirle: “todos los que vimos y cogimos, ésos los vamos dejando, y todos los que no vimos ni cogimos, estos los
traemos””
(Razón Común, p.54. Cita atribuida a Heraclito)

Esta anécdota es inventada: no sabemos ni si existió o escribió. El más sabio de los Helénicos estaba
confundido, y todos los hombres y mujeres estaban confundidos como él. Era tan sabio, que no pudo
ponerse en contexto. Homero enloqueció al no saber contestar un enigma de niños.

-12-
Esto realmente no lo dijo Homero: este es el patrón que está desafiando Heraclito con su propuesta
desconcertante, que da a entender que esta capacidad para buscar la verdad no sólo está en
Homero. Lo que está desafiando Heraclito es el paradigma según el cual el sabio es uno, tocado
por los dioses: “siendo la razón común, viven los más como teniendo un conocimiento privado suyo”.
Ese es el error: desviarnos a un conocimiento privado. Nuestra capacidad para pensar es común a
todos, pero el pensamiento particular es errar.

“Que para los que están despiertos hay un mundo u ordenación único y común o público, mientras que los que
están durmiendo cada uno se desvía a uno privado y propio suyo”.

Los que están dormidos no ven claro porque ven solo de su manera subjetiva: entienden la
realidad de esta manera tan privada y propia. Estar despierto es entender este orden más
universal, que trasciende la mirada particular: común es a todos el pensar. Lo que yo entiendo desde
la percepción sensible no es válido para todos.

Heraclito extraña también a sus contemporáneos: no saben lo que quiere decir. Lo mismo puede ser
distinto según quienes somos. Alterna con expresiones que son evidentes con misterios. Lo evidente
no es tan evidente. Heraclito plantea enigmas: no le gusta que creamos entenderlo y nos obliga a salir
de nuestra zona de confort. La forma de hablar de Hercalito es como la de Apolo en el oráculo de
Delfos.

“Pero la realidad (physis) gusta de esconderse”

¿Qué había antes? La physis, que para el griego de la época es lo que hay, gusta de esconderse: lo
que hay puede no estar presente. Lo que vemos, según la explicación platónica, no es todo lo que
és.

“En unos mismos ríos entramos y no entramos, estamos y no estamos”

El río es lo que es porque constantemente está siendo otro. Nuestra realidad cambia
constantemente.

“Pues oro lo que andan buscándolo tierra excavan mucha y encuentran poco”

En la manera de buscar algo valioso podemos desviarnos de nuestro objetivo por entender que tiene
un valor.

“Si no espera, no encontrará lo inesperado, imposible de buscar como es sin vía cierta”

La realidad no es solo mía: es tanta como personas y sus estados de ánimo. Cómo accedemos al
conocimiento a través de la experiencia, es relativo. No dos personas piensan lo mismo.

“Camino arriba, camino abajo, uno sólo y el mismo”

El mismo camino, recorrido en una dirección, parece que son caminos diferentes cuando se recorre
por el otro lado: nuestro estado de ánimo es diferente, vemos cosas diferentes… la realidad es
distinta. Es el mismo camino, pero cambian muchas cosas.

-13-
Lo que sabemos de Heraclito es lo que les llegó a otros tiempo después que escribieron, como
Aristotiles. Sus contemporáneos no escribían.

“No es para los hombres mejor que les sucedan cuantas cosas quieren”

Lo que no deseamos puede ser un factor de crecimiento, una forma de ampliar nuestra mirada.
Lo que consideramos como válido, mejor para nosotros, puede no ser lo mejor.

Parménides
Un anciano Parménides coincide con un joven Sócrates, y Platón tiene un diálogo entre los dos.

En el poema de la diosa, esta le dice que se ha de enterar de todo: las creencias de los mortales en la
que no cabe fe verdadera y de la bienredonda verdad (perfectamente acabada). Hay dos
caminos, uno que da a la bienredonda verdad, que es el camino que has de escoger, y otro el de
las creencias mortales, que no lleva a ningún sitio, que no es ni camino (las apariencias, como diría
Platón más tarde.)

Parménides considera que la bienredonda verdad y la vía para llegar es atemporal. Ahí están los
calificativos del ser que de alguna manera están orientandonos a la filosofía y apartándonos del
pensamiento de Heraclito y otras formas de saber arcaico. La vía que no es y no puede ser que no
sea, esa es ruta de fe y de fiar. La que no es y ha de ser que no sea, esa es senda de toda fe
desviada, de lo que no es ni podrás conocerlo ni en ello pensar. Aquí hay una primera asimilación
del ser al pensamiento. El ser es aquel que puede ser pensado, y el buen pensamiento alcanza a
decir lo que es.

Menciona las dos vías porque entiende que muchas veces nos quedamos en la apariencia de verdad,
manejamos una creencia en vez de estar en posesión de esta verdad bienredonda que a la que conduce
esta vía.

Heraclito, vía negativa, nos dice lo mismo: tantas veces pensamos que algo era, cuando no lo era
de manera absoluta más que una mirada o sentido del camino. Hay infinitas experiencias
posibles.

Las palabras no representan esencialmente las cosas porque las cosas que percibimos tampoco
se corresponden esencialmente con la que la realidad toda es.

Hay cosas que aunque no veamos son parte de la physis. La capacidad de pensar todos la tenemos,
pero las experiencias son diferentes: conocimiento que no para. Heraclito plantea la noción de ley:
ley del logos. La mayor parte nos desviamos a nuestra visión particular.

-14-
Apología de Sócrates, Platón
La apología, relato del final de la vida de Sócrates, que inaugura la literatura filosófica
Inicio: In medias res, con una interpelación maravillosa al lector/espectador/oyente, efecto
profundamente cinematográfico. Elipsis, se aluda a una información que se omite, por estar
seguramente en la mente de la mayoría, efecto poderoso. El recupera los discursos.

Apariencia/realidad de Sócrates: 2 tipos de discursos, el que persuade, bellamente construido y


aparentemente real… pero falso, contrapuesto al “inspirado” que brota sin preparación, de forma
espontánea, y dice la verdad. En el trasfondo, los debates con los sofistas que Platón recreará. En
segunda página, mención a los diferentes tipos de acusaciones.

La muerte: Apología y Fedón


En la tierra, la superficie, vivimos, y cuando morimos, el alma (que vivía antes del cuerpo) va a un
lugar para vivir por la eternidad.

Socrates vuelve a recurrir al no se, aunque sigue hablando de las dos cosas que pueden pasar
después de la muerte: o no se siente nada o se va a otro sitio, al Hades.

En el Fedón vemos una separación entre un más acá (donde las cosas se estropean, donde
morimos) y un más allá (donde estamos eternamente). En Fedón, al final, Platon quiere que
empaticemos al ponernos en el lugar de Socrates.

En Apología, presenta la reciprocidad: él les ha atosigado a preguntas para que se conviertan en


mejores personas, y así pide que ellos hagan lo mismo por sus hijos.

Hasta su última frase, hace dos cosas: sigue mencionando a dioses (respeta a la divinidades) y sigue
insistiendo en el no saber.

Socrates cree y respeta a los dioses, aunque busca respuestas por sí mismo.

La consulta de Querefonte en el oráculo de Delfos y a (extraña) sabiduría de Sócrates.


Sabiduría extraña y molestisima para los que tenían fama de saber, para los especialistas de
diferentes áreas (poetas, artesanos, políticos) con los que se entrevista para ver si realmente él es más
sabio de todos los griegos. Concluye que los otros creen saber, cuando en realidad no saben, y por
tanto, él es más sabio que ellos porque sabe de su ignorancia, y por tanto se puede poner en
marcha la búsqueda fiable de certezas, sin presumir de infalibilidad, y por tanto minimizando
error. ¿Falsa modestia o ironía? Platón promoverá lo segundo en sus diálogos, al ubicar a Socrates en
una aparente posición de debilidad, para que los rivales dialécticos se confíen y se crean saber,
pudiendo ser desarmados más eficazmente, más claramente detectadas las incoherencias.

Hume era bien consciente de ese ejercicio de contención (crítica de la razón pura). La sabiduría de
Sócrates empieza con no saber nada: no ser especialistas de nada. Todo ejercicio de visión de la
realidad es imaginación.

Nietzche dice que todo son interpretaciones morales de los hechos: según si me interesa más o
menos

-15-
Nietzsche y Hobbes
En el Nacimiento de la tragedia, y en el Ocaso de los ídolos, Socrates es criticado por Nietzsche.
No ataca a la figura, si no a la tradición socrática que él inuagura. Ataca a los idealismos
neoplatónicos y hegelianos. El idealismo está en la mira cuando critica a Platón y a Socrates.
Socrates pasa a ser un paradigma a medida que su ejemplo pasa a ser un fármaco al miedo a la
muerte: la explicación de Sócrates en el fedón, y que anticipa en apología: “como voy a tener miedo
a algo que no se lo que es”. Dice que con Socrates empieza el error, aunque es Platon el que hace la
creencia de que con la verdad nos protege. El mito es la consecuencia necesaria. Más aún, es el
propósito de la ciencia. Critica en Socrates el inicio de una forma de pensar en la que todo se
puede saber en busca de la verdad. La ciencia como una forma de controlar eso que nos evoca a
situaciones peligrosas. La intención de Nietzsche es ser uno con la vida, es una búsqueda de
plenitud que viven desde la crisis.

Hume separa lo que él denomina filosofía abstrusa con una filosofía práctica.

“La filosofía abstrusa, estando fundada sobre una disposición mental inadecuada para los negocios y la acción,
se desvanece cuando el filósofo deja las sombras para salir a la luz del día, de modo que no pueden en sus
principios retener fácilmente alguna influencia sobre nuestra conducta y comportamiento. Los
sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la vehemencia de nuestros afectos, dispan
todas sus conclusiones y reducen al filósofo profundo a la condición de plebeyo”

Destaca y lo podemos hallar con Hobbes, Nietzsche… contra corriente del idealismo. En lugar de
ser libre, cuando sale de su mundo ideal y sus pensamientos, está sometido a la creencia de la
libertad mediante el uso de la verdad, del pensamiento. El acto de pensar de forma pura no tiene
una repercusión positiva, si no lo contrario: se siente sometido, sin poder moverse de forma
autónoma.

-16-
Relatos filosóficos: el poder de la función poética.
Platon
El Fedro
Critica la escritura.

La escritura la entrega como regalo para que funcione como fármaco contra el olvido, para la
memoria. El rey le dice que por amor a las letras les atribuyen cualidades contrarias de la que tienen:
es olvido lo que producirán en las almas de los que lo aprendan, porque al fiarse de lo escrito,
descuidaran la memoria. Llegarán al recuerdo desde fuera.

Las letras, cuando son memorizadas, no tienen ningún valor. El poder divino de la memoria hace
que el individuo entre en ese estado donde ve esa verdad. Anamnesi: niega el olvido.

¿Por qué escribe Platón diálogos, cuando critica la escritura? Los diálogos son formas de invitar a
hacer memoria, y la búsqueda interior de caracteres. Fomenta en la búsqueda de una verdad
que te trasciende, pero que está antes de ti: es una verdad metafísica y atemporal.

El Fedon
Comienza con un flashback: Fedón hace memoria de la vida y muerte de Socrtaes. Así, el relato es
una charla entre los dos cuando Socrates estaba con vida. Dentro del recordamiento, Socrates mete
otros relatos.

Explica lo que pasa al alma cuando el cuerpo muere.

“Se cuenta eso de que, cuando cada uno muere, el “daimon” de cada uno, el que le cupo en suerte en vida, ése
intenta llevarlo hacia un cierto lugar, en donde es preciso que los congregados sean sentenciados para
marchar hacia el Hades en compañía del guía aquel al que le está encomendado dirigirlos de aquí hasta allí”

Es un texto que se adapta al dogma cristiano. Al final de los tiempos, unos van a un lugar y otros a
otro según cómo han vivido su vida.

“El alma que ha ido sin purificar y ha cometido algún crimen, que ha ejecutado asesinatos injustos, o
perpretado otros delitos por el estilo, a esta todo el mundo la rehúye y le vuelve la espalda y nadie va a querer
hacerse su compañero de viaje ni su guía.”

Para los griegos, el sentimiento de pertenencia es muy importante: así que nadie quiera estar
contigo es un gran castigo.

No solo habla de la retribución, sino que habla de la separación de estos dos mundos a través de
imágenes. Por ejemplo:

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Asi pues, vemos como habla de las cosas de acá y las cosas de allá.

Socrates no cree en cierta ciencia esto: se ve con cosas como “según se dice…”. También, con el
siguiente fragmento:

“Así que con vistas a eso que hemos relatado, Sommias, es preciso hacerlo todo de tal modo que
participemos de la virtud y la prudencia en esta vida. Pues es bella la competición y la esperanza grande.

Desde luego que el afirmar que esto es tal cual yo lo he expuesto punto por punto, no es propio de
un hombre sensato. Pero que existen esas cosas o algunas otras semejantes en lo que toca a nuestras almas y
sus moradas, una vez que está claro que el alma es algo inmortal, eso me parece que es conveniente y que vale
la pena correr el riesgo de creerlo así -pues es hermoso el riesgo-, y hay que entonar semejantes encantamientos
para uno mismo, razón por la que yo hace un rato ya que prolongó este relato mítico”

A través del relato, de la creencia que yo contemplo como creencia y no como verdad, soy yo
quien realiza este ejercicio de búsqueda de uno mismo. A través de ello invitar a un conocimiento
más profundo, a una conexión que vendría impedida por unas creencias en las que somos el
centro del mundo.

Cierra el relato mítico, y tenemos Socrates a punto de morir. Socrates bebe el veneno, y tiene la cara
tapada, y cuando está a punto de morir se incorpora y habla sobre que deben al dios Asclepio un gallo.

Aristóteles
En la poética, donde se habla de la creación de narrativas míticas, hace despertar a los espectadores
una serie de afectos y emociones que dan a entender que están viviendo lo que está pasando
gracias a la mimesis. Todo es representación.

-18-
Todas las obras de arte tienen esa posibilidad.

La tarea del artista es describir no lo que ha acontecido, sino lo que podría haber sucedido: es lo
que abre la puerta de la identificación con unos personajes y trama. La distinción entre historiador y
poeta es que el primero relata lo sucedido y el segundo lo que podría haber pasado. Considera
más intelectual el poeta ya que sus afirmaciones son más bien universales (muerte de familiares o
amigos, que hace que sea más empatizable), mientras que las de la historia son particulares.

La catarsis es una descarga de energía psíquica que sale cuando pasa algo malo.

Para que tu fábula sea una realidad y se sientan conmovidos, que puede que lleguen a la catarsis,
has de ponerte a ti mismo en la situación. El que esté tocado por la locura es posible que esté
poseído por el delirio poético (el rapto)

-19-
El Bien y la felicidad. “Fórmulas” para el cuidado del alma
Buscamos el sentido cuando no lo encontramos: es lo que nos pasa en tiempos de crisis. En el
tercer periodo de la antigua Grecia, el helenismo, se buscan respuestas y consuelo a través de
explicaciones que pueden ser filosóficas pero que tienen sentido religioso. Basamos nuestra
certezas en creencias, la forma no evaluada de verdad.

Platon habla sobre una búsqueda personal que le hace más libre.

Practicar la virtud es buscar de manera individual un comportamiento que pueda servir para
todos (Sócrates). La ética kantiana nos recuerda que la capacidad para ponernos en lugar de otro
tiene que ver con el uso de nuestra razón, no sentimentales. La injusticia tiene que ver con los
hombres que le han acusado, no con la noción de justicia. Por eso, Sócrates decide no salvarse
escapando y acepta su muerte.

Socrates, desde una perspectiva no metafísica, habla de lo necesario en sentido universal.

La noción de bien, en la República de Platón, destaca por encima del resto de ideas. El sol es a la
vista lo que es la idea de bien a la inteligencia. Por mucho que tengamos la capacidad de ver, sin
la luz del sol no podemos ver. Aristóteles nos dice que saber que es el bien no nos hace más
buenos ni nos hace vivir mejor (Platón sí que lo creía).

Cuesta darnos cuenta de que nuestra mirada es contingente. Dice Platón que hay una forma de
lograrlo. La filosofía, de la mano de la ciencia, confía en un tipo de verdad que no es relativa. Kant
dice que no podemos ver nada de forma pura.

La idea de bien es la que ilumina. Para Platón es la causa de la ciencia y de la verdad, es la que
aporta la verdad a las cosas cognitivas y otorga al que conoce el poder de conocer.

El Bien no es solo lo que nos hace pensar más allá de apariencias, sino que es la causa de existir.

Aristóteles: Ética a Nicómaco (Libro I)


“Quizá sea mejor examinar la noción de bien universal y preguntarnos qué quiere decir este concepto, aunque
esta investigación nos resulta difícil por ser amigos nuestros los que han introducido las ideas. Parece, sin
embargo, que es mejor y que debemos sacrificar incluso lo que nos es propio cuando se trata de salvar la verdad:
especialmente siendo filósofos; pues, siendo ambas cosas queridas, es justo preferir la verdad” (p.135)

Es más importante la verdad que las amistades. Crítica a las ideas platónicas:

“no es fácil ver qué provecho sacarán para su arte el tejedor o el carpintero de conocer el Bien en sí, o
cómo podría ser mejor médico o mejor general el que haya contemplado esta idea Es evidente que el
médico no considera así la salud, sino la salud del hombre, o, más bien aun, la de este hombre, ya que
cura a cada individuo” (p.138)

Hay ciertos principios que han de servir para todos. Lo que hace buen médico es ver en particular.
No hay una buena medida para todos: hay que ver los síntomas… En cada caso es distinto, y
aplicar el mismo remedio a personas diferentes no es lo mejor.

-20-
El hecho de que tengan propósito nuestras acciones es para buscar la felicidad. Hago lo que hago
porque busco la felicidad. Para vivir en plenitud, es necesario tener unas condiciones materiales
mínimas: no pasar hambre por ejemplo. Es difícil perseguir este bien que todo el mundo busca sin
hacer daño al prójimo y a sí mismo si uno está en situación de precariedad.

“Sencillamente, llamamos perfecto lo que siempre se elige por sí mismo y nunca por otra cosa. Tal parece
ser, sobre todo, la felicidad, pues la elegimos por ella misma y nunca por otra cosa, mientras que los honores,
el placer, la inteligencia y toda virtud, los deseamos en verdad, por sí mismo (puesto que desearíamos todas
estas cosas, aunque ninguna ventaja resultara de ellas), pero también lo deseamos a causa de la felicidad, pues
pensamos que gracia a ellos seremos felices. En cambio, nadie busca la felicidad por estas cosas, ni en general
por ninguna otra” (pp.139-140)

La felicidad se busca por ella misma o por consecuencia de nuestras acciones. Somos
responsables de nuestra propia felicidad, aunque hay el contexto que no podemos elegir (por
ejemplo, donde nacemos, quienes son nuestros padres… y hay gente que tiene más suerte). Para ser
más feliz, el tener un poco de suerte (haber nacido en un periodo y no en otro, o en un lugar o otro)
es relevante. El cómo gestionamos esas cartas que nos han repartido sí que depende de nosotros.

Las elecciones que elegimos con o sin conciencia repercute a nuestra felicidad: a nuestra buena
vida y la sensación de plenitud. Buena vida es una forma de reflejar una felicidad que no es
momentaria, sino que se trabaja. Una buena vida en el modo superficial falta este trabajo personal:
Si no he hecho algo para ganarme la buena vida, entonces falta algo. No sé si soy virtuoso si
nunca he tenido problemas

La capacidad de buscar la felicidad tiene que ver con nuestras elecciones.

“Porque está claro que, si seguimos las vicisitudes de la fortuna, llamaremos al mismo hombre tan pronto
feliz como desgraciado, representando al hombre feliz como una especie de camaleón y sin fundamentos
sólidos. Pero en modo alguno sería correcto seguir las vicisitudes de la fortuna, porque la bondad o maldad
de un hombre no dependen de ellas, aunque, como dijimos, la vida humana las necesita: pero las actividades de
acuerdo con la virtud desempeñan el papel principal en la felicidad, y las contrarias, el contrario” (p.139)

Al que no tiene asegurado una felicidad mínima no podemos exigirle cosas. Un mínimo es para
que actuemos moralmente bien.

Las crisis invitan a salir del elemento en el que estamos, de la comodidad, y hacer cosas.

Sabemos lo que es bueno porque lo que queremos que nos pase los otros también

Terapeutica Helenistica.
“Hay ya, en el Helenismo, una inconsistencia de las cosas establecida de manera general y como principio, y
por eso la pérdida de la consistencia no es ya pura y simplemente la miseria y el vértigo [como en Platón],
porque no es pérdida de la consistencia de lo consistente, sino remisión de lo inconsistente a lo consistente;
frente a la inconsistencia de las cosas hay ahora la salvación en algo otro hay remedio frente a la
“miseria”. La afirmación de un consistente situado “más allá” no es sino la otra cara del hecho de que la
inconsistencia de las cosas no es ya experimentada como pérdida de una consistencia que éstas, en
principio, tienen, sino que es asumida de manera general. Por eso mismo, esa referencia a algo “más allá”
tiene a la vez el carácter de la unificación y la uniformización.”

-21-
En la crisis es difícil estar a gusto: la pérdida de inconsistencia incorpora la compensación, la
búsqueda de algo consistente. Necesita buscar un sentido. Buscamos herramientas que colaboren
para que nuestra vida sea plena. El fundamento no se fundamenta igual que antes. Como no se
puede vivir en crisis, hay una búsqueda de algo. Lleva a buscar nuevas soluciones a problemas
que antes no se pensaban como problemas porque ya llevaba incorporadas la respuesta.

Las épocas de crisis son de crisis porque no viene adherido la respuesta y no se alivia el
sufrimiento. La tendencia a salvarse (salud del alma) es algo inherente a la condición humana.
Frente a la incertidumbre, hay remedio. Hace que la inconsistencia sea vivible.

Filósofo como un médico empático. Los remedios solo funcionan si el individuo pone algo de su
parte para estar mejor.

“Vacío es el argumento de aquel filósofo que no permite curar ningún sufrimiento humano.”(Epicuro)

Decidir ser más feliz está en la competencia de la mayoría. Es tanto un don como una competencia.
Aristotiles concilia las dos posibilidades: la decisión/responsabilidad/ querer ser feliz compete a
cada cual, pero hay circunstancias que no decidimos. Todos los hombres buscan ser felices, pero
no todos llegan a esa forma de vida. Existen algunas ventajas que se tienen o no se tienen (cosas
materiales).

No investigamos la ética para saber qué es la virtud, sino para ser buenos/felices. Para esto hace
falta hábitos constantes y conscientes: la virtud se practica. Los animales no són así: tienen hábitos,
pero no son conscientes. Es un sentimiento que acompaña a nuestros actos.

Tras la caída de las ciudades-estado, el Helenismo, como refleja su arte, es una época en que el
equilibrio y belleza de las formas clásicas ha sido sustituido por la expresividad de emociones y
la tensión, desequilibrio o resquebrajamiento que buscará ser compensada, ante la nueva
inseguridad vital.

En este momento, la fe cristiana empieza a participar en el gran proceso histórico del


pensamiento griego y a unirse al ritmo continuo de su vida. Pues sería erróneo suponer que la
helenización del pensamiento cristiano que vemos realizarse en este momento fue un proceso
unilateral, sin relación alguna con las necesidades internas de la civilización griega tal como existía
por entonces. La evolución de la mente griega desde los primeros tiempos revela -tras un periodo
inicial de pensamiento mitológico- una tendencia creciente hacia la racionalización de todas las
formas de la actividad y el pensamiento humanos. Su manifestación suprema fue la filosofía, la
forma más característica y única del genio griego y uno de sus mayores títulos de grandeza histórica.
El clímax de este desarrollo fue alcanzado por las escuelas de Platón y Aristotiles.

Los hombres y los dioses no están mezclados: aparece una divinidad que está por encima de
nosotros. Lo finito es lo que caduca, lo inconsistente, y lo infinito (que para el griego clásico y
arcaica era impensable) es lo consistente.

-22-
Epicur:
- “Desde luego todo placer, por tener una naturaleza familiar, es un bien, aunque no sea aceptable
cualquiera. De igual modo cualquier dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser evitado siempre.
Conviene, por tanto, mediante el cálculo y la atención a los beneficios y los inconvenientes, juzgar
todas estas cosas, porque en algunas circunstancias nos servimos de algo bueno como un mal y, al
contrario, de algo malo como un bien.”
- Buscamos el placer pero no todo el placer es bueno: se trata de evaluar lo que nos
hace bien y lo que nos hace mal.

Seneca:
- Sobre la providencia:
- “Nada malo puede sucederle al hombre bueno1 (...) permanece inmutable (...) Toda
desgracia la considera una prueba (...) Se marchita la virtud sin adversario (...) No importa el
qué sino el cómo lo soportas” (p.9-10)

- “Ciertas desgracias benefician a quienes suceden, en la misma medida, por cierto, en que
ciertos hechos, que son objeto de alabanza y apetencia, van en contra de esos de quienes
hicieron las delicias” (p.13)

- “Eres un gran hombre, pero ¿cómo lo vas a saber si la fortuna no te da la oportunidad de


mostrar tu valor? En efecto, hay necesidad de ponerse a prueba para conocerse a uno
mismo (...) La calamidad es la oportunidad del valor. Con razón podría llamarse
desdichados a quienes se estancan en su excesiva felicidad” (p.18-19)
- Las adversidades forjan el carácter. Hacer de aquello que no deseo, de un
agravio, una manera de comprobar si eres feliz.
- Desde el reconocimiento del dolor (que puede ser pecado: yo soy
responsable de o me pongo en el lugar de cristo cuando pasan cosas
que no quisieron) se transforma en fortalecimiento, si no es físico
es espiritual.

Manual de vida, de Epicteto


- “Sólo en lo nayor y más importante, la libertad, ¿me está permitido querer a capricho? De ningún
modo, sino que en eso consiste la educación en aprender a querer cada una de las cosas tal como
son”.
- La libertad trata de separar lo que depende de nosotros y los que no, y escoger lo
que depende de nosotros. Nuestro sufrimiento viene de que las cosas pasan como
no queremos que pasen.
- Nietzche dice amar al destino: amar lo que es, ser uno con lo que está sucediendo,
sin querer cambiarlas.
- “Puedes ser invencible si no te avientes a ningún combate en el que no depende de ti vencer. Mira
no sea que, arrebatado por la representación, cuando veas a alguien al que honran más que a ti, o
muy poderoso o especialmente bien considerado, creas que es feliz. Pues sí la esencia del bien está en
lo que depende de nosotros, no hay lugar para la envidia ni para los celos. Tú mismo no querrás
ser general, ni prítano ni cónsul, sino libre. Y para eso hay un camino: el desprecio de lo que no
depende de nosotros.”
- “Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las opiniones sobre las cosas”

1
La persona que consigue que la fortuna no determine su estado de ánimo

-23-
Humanismo: autoconciencia e intersubjetividad
Momento cultural que recupera la filosofía. Separarse de la explicación teológica que domina la
edad media, cuando se lee a Aristotiles y Platón, pero se interpreta de manera cristiana. Los
intelectuales de la edad media en su mayoría eran religiosos.

Durante el humanismo se trata de recuperar su sentido original para enseñar su significado


atemporal: no se enfrentan al dogma teológico, simplemente quieren recuperar el mensaje
original.

No quedan los originales de Platón y Aristóteles. En la edad media, era típico el glosar: añadir una
información que no estaba en lo original. El problema es que en siguientes copias se añaden el
glosar de la persona anterior como si fuera del autor original, haciendo que se alejara cada vez más del
texto original.

En el humanismo se intentan recuperar textos sin esas glosas: quieren volver a los textos griegos,
cosa que era muy difícil. Lo quieren para saber lo que realmente decían.

Petrarca
Sobre la propia ignorancia y la de muchos otros: “Me pregunto para qué sirve conocer la naturaleza
de las fieras, de los pájaros, de los peces, y de las serpientes, pero ignorar o no preocuparse de
conocer la naturaleza del hombre, para qué hemos nacido, dónde venimos, y hacia dónde vamos.”

El hecho de que se lo pregunté da a entender de que no es evidente. El ser humano es el


único que se hace esas preguntas porque es el responsable de su propia felicidad. El ser
humano es el único que es feliz cuando su vida tiene sentido, cuando tiene control de su
vida. Son preguntas que no tienen resolución, pero al hacerlas tienes algo que hacer.

“Y fueron los hombres a admirar las cumbres de las montañas y el flujo enorme de los mares y los
anchos cauces de los ríos y la intensidad del océano y la órbita de las estrellas, y olvidaron de mirarse
a sí mismo” (San Agustin, Confesiones, Libro X)

El propio Petrarca habla de San Agustín para mostrar la continuidad y la separación,


pues él ya no se apoya en dios. El punto de apoyo para el sujeto moderno es él mismo, el
pensamiento y actuación.

El mal no existe: es una privación de bien que es una consecuencia de los actos humanos.

Se ha de volver a la auténtica y antigua manera de debatir, que los encuentran en los textos
clásicos. El hombre es el único responsable de él mismo.

G. Pico de la Mirándola
Vuelve a lo clásico como muchos de sus contemporáneos. Se proponen resaltar la maravilla del
hombre: el ser de carne y hueso es una ventaja respecto a los ángeles, que son solo alma. El
lugar intermedio (Arriba los ángeles, abajo las bestias: en el centro los humanos) del hombre en la
creación se celebra. El cuerpo deja de ser el lugar del sufrimiento: deja de ser estigmatizado.

La religión cristiana se centra en la salud del alma. Los pensadores del humanismo se centran más
en la salud del cuerpo.

-24-
G. Pico de la Mirándola lee entre líneas/interpreta (no traduce directamente, la aproxima a su tiempo)
la biblia2:

«el mejor Artesano [Dios] decretó por fin que fuera común todo lo que se había dado a cada cúal en prosperidad,
pues no podía dársele nada propio. En consecuencia dio al hombre una forma indeterminada, lo situó en el
centro del mundo y le habló así: “Oh Adán: no te he dado ningún puesto fijo, ni una imagen peculiar, ni un
empleo determinado. Tendrás y poseerás por tu decisión y elección propia aquel puesto, aquella imagen y
aquellas tareas que tú quieras. A los demás les he prescrito una naturaleza regida por ciertas leyes»

- El creador crea a la criatura para que sea libre, para que se cree a sí mismo.
Renacimiento: nacer una segunda vez para ser lo que yo quiero. Lo que somos
depende de nosotros: concretar nuestra naturaleza depende de nosotros mismos. La
naturaleza del ser humano es que el ser humano determine su propia naturaleza.
Es distinto a las demás creaciones: es una creación que crea.

- Con tu decisión te puedes comportar como un bruto. Podemos dejarnos llevar y dejar
de evaluar moralmente nuestros comportamientos, que si son universalizados será
difícil vivir bien. Sabiendonos animales, no comportarnos así siempre.

Etienne de la Boëtie
Servidumbre voluntaria: hay la posibilidad de no ser esclavos, de ser libres. Es característica del
ser humano, de que todos somos libres por naturaleza. Todos nacemos libres, y si no lo somos, es
porque no queremos ya que estamos más a gusto (no haces el ejercicio del pensar). Todos somos
responsables de que esto suceda. No nacemos esclavos, nos hacemos esclavos.

Para ser libre ha de querer ser libre. Querer ser libre es suficiente para no servir, para estar a la
altura de lo que somos los hombres y mujeres.

«Lo que tiene de más el que domina son las prerrogativas que les habéis otorgado para que os destruya.»

Los hombres cuando se dejan someter hacen algo que ni siquiera hacen ni aguantarían las bestias.

Uno puede seguir sirviendo pero no sentirse siervo. Puede servir pero ser libre mentalmente
porque está escogiendo servir lo que en esta circunstancia es lo mejor posible para conservar la
integridad. Escojo una situación que no da una libertad física al aparecer, pero soy libre porque
lo hago con una mentalidad no de esclavo. Querer ser libre implica ser consciente de la
situación, pensar en cómo salir de la situación y después decidir si hacerlo. Se han acostumbrado a
esto. No obstante, con consciencia se ha de considerar lo que uno quiere.

Todos somos hermanos y todos estamos en la misma situación de libertad e igualdad: «no hay
duda de que somos todos libres, porque todos somos compañeros, y no puede caber en la mente
de nadie que la naturaleza haya colocado a alguos en esclavitud, habiéndonos colocados a todos
en comunidad.»

Todos somos iguales y por eso, no cabe en la cabeza que uno merezca un trato mejor que otros.

2
Lo que él plantea en la época no es lo que se da por hecho: toda la gente no cree como él, pero poco a poco su
visión gana terreno.

-25-
Leviathan
Hobbes se pone en lo peor por la situación que le tocó vivir: Europa en guerra, y sobre todo una
guerra civil en Inglaterra. Cuando es una guerra fratricida se demuestra el absurdo de las guerras.
Le hace entender esta guerra civil en Inglaterra que lo que acontece es el enfrentamiento: el hombre
es para el hombre un lobo.

Hobbes dice que necesitamos mecanismos de control para no hacer el mal, para no hacernos daño
necesitamos que alguien nos controle a través del miedo. Para la propia seguridad, los ciudadanos
eligen a alguien para gobernar. Quiere evitar la guerra de todos entre todos (no hace falta que haya
una guerra declarada).

● La única manera de evitar la guerra de todos entre todos es el pacto en donde se acuerda
a alguien para gobernar a través del miedo como lo hacía el leviatán de la biblia. Hobbes
imagina la posibilidad de que haya una potencia que asegure que las leyes se cumplan, que
siendo respetadas hacen que los hombres vivan mejor.
○ En el estado de guerra uno no da por presupuesto que uno esté vivo para el día
siguiente, y esta moralidad/leyes no se cumplen.
○ El miedo a la agresión en un contexto civilizado ha de ser reducido al mínimo.

Hobbes concibe el mundo por el estudio del cuerpo y la materia, no por el alma: esto lo llevó a ser
considerado un hereje.

Hobbes a Descartes: El pensamiento, si es, está vinculado a nuestra materialidad. El hecho de


que existo depende de lo que pienso pero de dónde viene el conocimiento de que yo pienso (para
Descartes lo que yo pienso es lo primero). ¿Qué hay antes del yo pienso? No podemos concebir el
pensamiento sin una cosa que piensa. Una cosa que piensa es una cosa corpórea. Descartes ya
había dicho que somos una cosa que piensa, pero Hobbes pone el énfasis que para pensar ha de ser
algo material.

«al razonar un hombre debe ponderar las palabras; las cuales, al lado de la significación que imaginamos
por su naturaleza, tienen también un significado propio de la naturaleza, disposición e interés del que habla»
(Leviatán, p.73)

Podemos atribuir significados inamovibles, pero son realidades/objetos que según lo recibimos, el
nombre que le ponemos ya no sirve. Hobbes desconfía en el acceso a la verdad a través de las
palabras: no hay una identificación con las palabras, ya que cada uno percibe a estos objetos o
realidades de forma diferente. El que habla emplea las palabras y dependen de su naturaleza,
disposición e inclinación. Lo que yo diga para referirme a algo es diferente. Es un filtro.

El estado de la naturaleza no es idílico: el ser humano, en vez de alzarse, se rebaja a ser como
bestias.

Algunos críticos e historiadores han confundido la posesión absoluta del poder con el ejercicio
absoluto del poder. Uno puede tener el poder, sin embargo no ejercerlo mal. Si hay una figura que
acumula todo el poder, y es ajeno a las luchas de los humanos, y es omnipotente, podrá asegurar
de que los hombres no ejerzan sus poderes para malas acciones como la guerra, el asesisnato…

-26-
El Leviatán no tendría ningún interés por destruir al prójimo. Evitará la vida precaria y no se
molestaría en mezclarse con los intereses humanos.

El reconocimiento fraternal del otro lleva a una lectura negativa: reconocemos su elocuencia, pero
sin embargo, no son más sabios que nosotros. Esto es lo que prueba que los hombres son más bien
iguales que desiguales. De ese egoísmo de base, ponen en marcha ciertos mecanismos en un estado
de naturaleza (todavía no hay un pacto). Todos somos distintos, pero no tanto para matar al otro
por seguridad o por querer algo. Todos somos diferentes, pero no tanto para saber que el resto
haría lo mismo. Entiendo que el otro va a querer lo mismo que yo, y por eso he de buscar
medidas para ser yo el que lo gane.

«Si bien reconocen que otros son más sagaces, más elocuentes o más cultos, difícilmente llegan a creer que haya
muchos tan sabios como ellos mismos (...) esto es lo que mejor prueba que los hombres son en este punto más
bien iguales que desiguales» (Hobbes, Leviatán, p.123)

Es un estado donde no se respeta las leyes, no hay nadie que pueda hacerlas cumplir.

«Un agresor no teme otra cosa que el poder singular de otro hombre» (Hobbes, Leviatán, p.123)

«Dada esta situación de desconfianza mutua, ningún procedimiento tan razonable existe para que un
hombre se proteja a sí mismo como la anticipación» (Hobbes, Leviatán, p.124)

El agresor encuentra agresores por todas partes, entre otras cosas porque les interesa verlo así por
la búsqueda de recursos que tienen los otros. Guerra preventiva como excusa para atacar3.

Lo que interesa del pensamiento de Hobbes es el diagnóstico crítico que impide el pensamiento
positivo.

Según Eugenio Trias:

«Así arranca el contrato social de Hobbes: un contrato libremente ejercido debido al miedo que provoca
nuestra condición fraterna o nuestra igual condición de asesinos potenciales. Ese temor que nos embarga el
ánimo, nos induce a enajenar nuestra elección mediante la construcción de un instrumento que es, de
hecho y de derecho, instrumento de terror. El canje es, pues, de este orden: miedo por terror»4

Vivir en sociedad sin un mínimo de represión no es posible. Muestra esa necesidad de reprimir y
no dejarse llevar por las cosas, muchas veces porque es lo mismo que otras

«Cuando se piensa en la modernidad, que inicia su singladura con Montaigne o, sobre todo, con Descartes y
que gestó la idea de Sujeto y Libertad (la que hallará su expansión conceptual en Locke, en Rousseau, en Kant o
en Hegel), se tiende a olvidar ese contradiscurso que, por anticipado, parece prevenir y curar a la
Modernidad en su eterna disposición hacia el wishful thinking5»6

Libremente dejamos de ser libres.


3
Término acuñado tiempo después de la publicación de Leviatán: es un ejemplo moderno de lo que dice
Hobbes.
4
Trías, Eugenio.
5
Formación de creencias y la toma de decisiones en función de lo que podría complacernos imaginar, en vez de
apelar a la evidencia, a la racionalidad o a la realidad
6
Trías, Eugenio, p.44

-27-
Liberarse del miedo para pensar de manera más clara. Actuar sin estar atenizado por el miedo. El
que se comporta libremente no puede hacer daño según el pensamiento kantiano.

Hobbes entiende que las leyes las hacen los hombres para los hombres: tienen ese carácter
artificial, no viene de la naturaleza. No son sagradas, tendrían que adaptarse a las necesidades
de cada momento.

«los deseos y las pasiones del hombre no son pecados, en sí mismos; tampoco lo son los actos que de las
pasiones proceden hasta que consta una ley que las prohíbe; que los hombres no pueden conocer las leyes
antes de que sean hechas, ni puede hacerse una ley hasta que los hombres se pongan de acuerdo» (Hobbes,
Leviatán, p.126)

La ley, que no existe hasta que se aprueba, es la que discrimina lo que es legítimo y legal con lo
que no. El bien y el mal tienen que ver con nuestros intereses. Es difícil concebir una sociedad que
tolore el asesinato, pero cada una lo juzgará de forma diferente.

Donde no hay ley no hay ni justicia ni injusticia.

«En esta guerra de todos contra todos se da una consecuencia: que nada puede ser injusto. Las nociones de
derecho e ilegalidad, justicia e injusticia, están fuera de lugar. Donde no hay poder común, la ley no existe. En
la guerra, la fuerza y el fraude son la dos virtudes cardinales. Justicia e injusticia no son facultades ni del
cuerpo ni del espíritu.»

-28-
El paradigma de la ciencia moderna
Nicolás de Cusa (1401-1464)
«El hombre es dios, aunque no de un modo absoluto, porque es hombre. Es un dios humano. El
hombre también es un mundo (...) el hombre es un microcosmos o un mundo humano. La región de la
humanidad abarca, en su potencia humana, a Dios y al universo.»

Docta ignorancia:
Ignorancia que es consciente de sí misma: soy consciente de que no sé, y que mi conocimiento es
relativo.

«La ignorancia que se hace consciente de la impotencia racional. Ello es posible, según Nicolas de Cusa,
tanto más que el hombre es, en realidad, una imagen de lo divino, un microcosmos en el cual se refleja,
disminuido pero omnipresente, el macrocosmo de la totalidad»

Dios sigue siendo pensable como idea, pero a Dios no lo puedo conocer porque no tengo acceso a
la verdad absoluta. Somos seres finitos, y esa infinitud que se vincula a Dios se nos es
inalcanzable.

La quididad de las cosas, por consiguiente, que es la verdad de los entes, es en su puridad
inalcanzable, y ha sido investigada por todos los filósofos, pero no ha sido hallada, en cuanto tal,
por ninguno. Y cuantos más profundamente doctos seamos en esta ignorancia, tanto más nos
acercaremos a la misma verdad.

La verdad puede ser relativa, pero hay un proceso de aprendizaje. Cuanto más consciencia de
nuestra finitud y de nuestra incapacidad de alcanzar la infinitud, más cerca de la verdad estamos.

Coniecturae:
Nuestro conocimiento no lo es nunca de la realidad, la medida infinita de las cosas que constituye
su esencia, sino tan sólo de imágenes finitas de la realidad que corresponden a copias finitas con
las que hemos de tratar. Estas imágenes son construidas por nuestras mentes y no representan
una aceptación inmediata de realidad alguna.

Nuestro conocimiento es tan solo una masa de conjeturas, es decir, afirmaciones que son
verdaderas en tanto que cogen un porción de la verdad, pero nunca toda la verdad, la medida
infinita, como realmente es en sí misma.

Lo que se trata es crear hipótesis que puedan ser o no validadas con la experiencia. Lo que vemos
en el mundo es la imagen que hemos proyectado una vez la hemos percibido. Nada de lo que
percibimos es esencialmente lo que percibimos. Conjetura no es una captación inmediata, es una
imagen construida por nuestras mentes. Las imágenes que nos hacemos del mundo, lo que vemos
consentido, lo identifico como proyector gracias a esta capacidad intelectual y no por la intuición
(percibir, sea interna o externamente, sensiblemente), según Kant.

La actitud de Nicolas de Cusa se aparta de la concepción medieval, que viene a decir que nuestra
mente que estaba hecha a semejanza a la del creador, tenía acceso para encontrar la verdad. El
puente entre el mundo y el cerebro se puede cruzar porque están los dos creados por Dios. La
noción de conjetura y de ciencia pondrá en duda que tengamos ese acceso libre.

-29-
La física matemática, que comenzará unos años después, va a consistir precisamente en que la mente
construya esquemas matemáticos (las hipótesis) que concuerdan (o cuya concordancia ha de
verificarse) con los fenómenos (empíricamente datos). Lla teoría del conocimiento del Cusano
contiene ya esto; es en términos matemáticos como él concibe el forjar hipótesis.

Galileo
«El primero en decir que no tiene sentido la noción de un “centro del universo”, contra la concepción
tradicional, que colocaba a la tierra precisamente en el “el centro del universo” (...)

Es evidente que había que destruir la concepción del mundo para que la astronomía heliocéntrica
pudiera tomar impulso (...) poniendo en el mismo plano ontológico la realidad de la tierra y la de los
cielos.» (A. Koyré)

«Galileo no tiene nada de lo que caracteriza al Renacimiento. Es antimágico en el más alto grado. No
experimenta ningún gozo ante la variedad de las cosas. Por el contrario, lo que le anima es la gran idea
-arquimediana- de la física matemática, de la reducción de lo real a lo geométrico» (A. Koyré)

El renacimiento no se caracteriza por el pensamiento o espíritu crítico, es más en el siglo XVII y


XVIII. La tradición teológica estaba en las universidades, por eso Galileo choca con sus compañeros.

«Galileo sabe que la experiencia -o si puedo permitirme emplear la palabra latina el experimentum, para
oponerlo justamente a la experiencia común, la que no es más que observación- que el experimentum se
prepara, que el experimentum es una pregunta hecha a la naturaleza, una pregunta hecha en un lenguaje
especial, en el lenguaje geométrico y matemático; sabe que no basta con observar lo que existe, lo que se
presenta normal y normalmente a los ojos» (A. Koyré)

Separa la experiencia común, la observación que pasa sin tenerlo uno planeado y preparado y que
puede pasar cualquier día, con el experimento, que está planeado, en un contexto muy distinto. La
experiencia preparada sirve a veces para confirmar algo que a lo mejor la experiencia común ya ha
afirmado.

El peso de la investigación científica no puede recaer en algo tan cambiante como la observación,
porque me puedo confundir. No basta con observar con la vista.

«La física de Aristoteles está basada en la percepción sensible y por eso es resueltamente antimatematica. Se
niega a sustituir por una abstracción geométrica hechos cualitativamente determinados por la experiencia
y por el sentido común.» (A. Koyré)

Descartes y Galileo se oponen a la manera de ver que predominaban en las universidades del
momento, que se fiaban completamente en los sentidos. Chocan con sus colegas porque se atreven
a pensar fuera del paradigma, priorizando la cuestión de la ley, del número como una realidad
mental. Ese cálculo en la mente existe, aún no existen las cosas.

Por ejemplo, desde el punto de los sentidos, la afirmación “el sol se mueve”, es cierta. Pero gracias a
ciertos cálculos sabemos que no se mueve. Es más perfecta la realidad estable que la realidad que
se mueve. Desde el punto de vista de la religión, la experiencia y el sentido común, la tierra no se
movía (vista de la época medieval).

-30-
«Además, cuando su adversario aristotélico, imbuido de espíritu empirista, le plantea la pregunta: “ha
hecho usted el experimento”, Galileo declara con orgullo: “No, y no necesito hacerlo, y puedo afirmar sin
ningún experimento que es así, pues no puede ser de otro modo”

Así, necesse determina el esse. La buena física se hace a priori. La teoría precede al hecho» (A.
Koyré)

La validez de aquello que yo formuló científicamente (ley, norma…), ya existía antes de que yo lo
encontrase.

«La experiencia es inútil, porque antes de toda experiencia poseemos ya el conocimiento que buscamos. Las
leyes fundamentales del movimiento (y del reposo), leyes que determinan el comportamiento espacio-temporal
de los cuerpos materiales, son leyes de la naturaleza matemática. De la misma naturaleza que las que gobiernan
las relaciones y leyes de las figuras y los números. Las encontramos y descubrimos no en la naturaleza, sino
en nosotros mismos, en nuestra inteligencia, en nuestra memoria, como Platon nos ha enseñado otras veces.
» (A. Koyré)

Experiencia, factores que no conozca afecten al estudio hace que no sean válidos. Kant se pregunta
si es posible llegar a nociones que tengan ese valor a priori. Se pregunta si los juicios sintéticos
(cualquier cosa de la realidad que no sea evidente) a priori son o no posibles. Yo digo que el libro es
rojo, y es un juicio sintético lo que emito, pero es a posteriori, porque yo hago la experiencia y
después de hacerla lo digo (aunque hay experiencias que son tan fáciles que parecen que es evidente,
pero no.). Sin embargo, los cuerpos son extensos a priori porque en la noción de cuerpo ya viene
de por sí que sean extensos.

Kant dice que hay un conocimiento que no me viene dado por la experiencia, que es verdadera la
teoría más allá del mundo. Es cuestión de números, no se encuentra en la naturaleza, si no en
nuestra memoria.

Para Galileo, la esfera geométrica y el plano geométrico puros tienen perfecta validez, incluso en
física, aunque no haya en la experiencia nada que sea una esfera ni nada que sea un plano. La
percepción de estas figuras geométricas no se encuentran en la naturaleza.

El espíritu que encarna Galileo es el mismo que encontramos en Newton, y en Kant: antes que
quedarse con los datos de la mera experiencia, trata de entender las condiciones de la misma,
que hace posible.

Il saggiatore
“Me parece, por lo demás, que Sarsi tienen la firme convicción de que para filosofar es necesario
apoyarse en la opinión de cualquier célebre autor de manera que si nuestra mente no se esposar con el
razonamiento de otra, deberia quedar esteril e infecunda: tal vez piensa que la filosofía es como las
novelas, producto de la fantasía de un hombre, como por ejemplo la Ilíada o el Orlando furioso, donde
lo menos importante es que aquello que en ellas se narra sea cierto. Sr. Sarsi, las cosas no son así. La
filosofía está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ante los ojos, quiero decir, el
universo, pero no se puede entender si antes no se aprende a entender la lengua, a conocer los
caracteres en los que está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus caracteres son
triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender ni una
palabra; sin ellos es como girar vanamente en un oscuro laberinto”

-31-
Ilustración y crítica
Kant
El término de crítica está ligado a la figura de Kant. En la crítica del juicio hay una propuesta estética.
En la crítica a la razón pura hay dos prólogos porque ante la recepción de su primera edición, escribió
añadidos, como el segundo prólogo.

Este tipo de nociones, como Dios o la libertad, dice Kant, que es normal plantearse desde la razón es
natural para el ser humano. No obstante, no podemos conocerlas. No es lo mismo pensar y conocer.
Podemos pensar en Dios, pero no puedo conocerlo: no puedes determinar su existencia. La idea de
libertad es una noción que podemos pensar, pero no podemos conocerla. Como voy a conocer de
forma pura a alguien como Dios, como voy a determinar que es la libertad si la libertad es algo que no
se puede determinar. Cuando reflexiono si estoy siendo libre o no estoy condicionando mi propia
libertad.

Intuición, concepto, categoría, y por encima los conceptos de la razón pura: las ideas. Las
impresiones no significan nada hasta que nuestra cabeza encuentra algo para dotar el nombre.
Hacer abstracción de un libro en concreto para que cuando vea otros parecidos, sepa que es un libro
también. Desde la perspectiva Kantiana hay mediación intelectual. Las categorías, que son
abstractas, nos permiten encontrar el nombre de aquello. Hay una distinción entre un ser que es
percibido y uno que es pensado. Yo puedo pensar en realidades que no puedo conocer, pero el
conocimiento está fundamentado en el conocimiento sensible.

«Cuando Galileo hizo bajar por el plano inclinado unas bolas de un peso elegido por el mismo, o cuando
Torricelli hizo que sostuviera un peso que él, de antemano, había supuesto equivalente al de un determinado
volumen de agua, o cuando más tarde, stahl transformó metales en cal y ésta de nuevo en metal, a base de
quitarles algo y devolvérselo, entonces los investigadores de la naturaleza comprendieron súbitamente algo.
Entendieron que la razón sólo reconoce lo que tienen que anticiparse con los principios de sus juicios de
acuerdo con leyes constantes y que tienen que obligar a la naturaleza a responder a sus preguntas, pero
sin dejarse conducir con andaderas, por así decirlo. » (Kant, Critica a la razón pura)

Las regularidades que encuentro en el cosmos tiene que ver con nuestra capacidad de poder
haberlas encontrado. Solo reconocemos aquello que podemos reconocer por nuestra constitución,
nuestra mente. Lo que no podemos pensar no lo podemos ver en la naturaleza. Conozco en la
medida que pongo un nombre a algo que he visto. Además de conocer, la razón piensa: podemos
pensar a la vez que esos objetos no los vemos en el momento.

«De lo contrario, las observaciones fortuitas y realizadas sin un plan previo no van ligadas a
ninguna ley necesaria, ley que, de todo modos, la razón busca y necesita. La razón debe abordar la
naturaleza llevando en una mano los principios según los cuales solo pueden considerarse como
leyes los fenómenos concordantes, y en la otra, el experimento que ella haya proyectado a la luz de tales
principios. Aunque debe hacerlo para ser instruida por la naturaleza, no lo hará en calidad de discípulo que
escucha todo lo que el maestro quiere, sino como juez designado que obliga a los testigos a responder a las
preguntas que él les formula.» (Kant, Crítica a la razón pura)

La razón busca y necesita una ley (principio que vale siempre o siempre que se den sus
características: es regular) que la constituye a sí mismo, que nuestra capacidad de pensar se
equivalga a esa ley. No hay experiencia, pero si experimento.

-32-
«De modo que incluso la física sólo debe tan provechosa revolución de su método a una idea, la de buscar (no
fingir) en la naturaleza lo que la misma razón pone en ella, lo que debe aprender de ella, de lo cual no
sabrían nada por sí sola»

«Con Descartes entramos, en rigor, desde la escuela neoplatónica y lo que guarda relación con ella, en una
filosofía propia e independiente, que sabe que procede sustantivamente de la razón y que la conciencia de sí es
un momento esencial de la verdad. Esta filosofía erigida sobre bases propias y peculiares abandona
totalmente el terreno de la teología filosofante, por lo menos en cuanto al principio, para situarse del otro
lado. Aquí, ya podemos sentirnos en nuestra casa y gritar, al fin, como el navegante después de una larga y
azarosa travesía por turbulentos mares: ¡tierra!» (Hegel)

No se puede poner en duda lo que yo pienso, según Descartes. Kant crítica la presunción que lo
mismo que se hace en la ciencia se pueda hacer en la filosofía. Se mira en el ejemplo de Galileo
porque se da cuenta de que no se puede confiar, en el ámbito de la filosofía, en que la razón pueda
encontrar una verdad cuantificada de las cosas.

«Confieso francamente que fue la indicación de Hume la que exactamente, desde hace muchos años, me
interrumpió por primera vez el sueño dogmático y dio a mis investigaciones en el campo de la filosofía
especulativa una dirección totalmente distinta» (Kant, Prolegómenos)

Kant considera que el dogmatismo de la razón es un problema que hemos de tener presente: el
conocimiento que yo obtengo del mundo en base a la experiencia que yo hago de él nunca va a
valerme de forma universal. La razón no tiene mucho que hacer cuando experimentamos.

«La filosofía abstrusa, estando fundada sobre una disposición mental inadecuada para los negocios y la acción,
se desvanece cuando el filósofo deja las sombras para salir a la luz del día, de modo que no pueden sus
principios retener fácilmente alguna influencia sobre nuestra conducta y comportamiento. Los sentimientos de
nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la vehemencia de nuestros afectos, disipan todas sus
conclusiones y reducen al filósofo profundo a la condición de plebeyo»7

En el día a día ese saber absoluto no sirve, y hay condicionantes que en lugar de ensalzarse como
filósofos libres, nos convertimos en plebeyo.

3 estadios en el desarrollo del filósofo:


1. dogmático: una “especie de infancia”·, en que se da una confianza absoluta es ese “uso
trascendental de los principios” (ignorando por tanto lo arbitrario de la casualidad por/para
ellos establecida).
i. Que yo piense no significa que yo pueda conocer todo. El dogmatismo de
la razón se fundamenta en eso.

2. Escéptico: conlleva una prudencia del juicio fundamentada en el testimonio de la


experiencia. Y es este segundo paso el que Hume formuló mejor que nadie. El mismo Kant
reconoce, en el momento de la introducción de la primera Crítica que fue escocés “el filósofo
que más penetró en este problema” (p.54; B20)

7
David Hume, Investigación sobre el entendimiento humano. Sobre las diferentes especies de la filosofía, p. 31

-33-
«La experiencia nunca otorga a sus juicios una universalidad verdadera o estricta, sino
simplemente supuesta o comparativa (inducción), de tal manera que debe decirse propiamente: de
acuerdo con lo que hasta ahora hemos observado, no se encuentra excepción alguna en esta o aquella
regla. (...) La universalidad empírica no es, pues, más que una arbitraria extensión de la validez: se
pasa desde la validez en la mayoría de los casos a la validez en todos los casos, como ocurre, por
ejemplo, en la proposición “Todos los cuerpos son pesados”. Por el contrario, en un juicio que posee
esencialmente universalidad estricta ésta apunta a una especial fuente de conocimiento, es decir, a
una facultad de conocimiento a priori. Necesidad y universalidad estricta son, pues, criterios seguros
de un conocimiento a priori y se hallan inseparablemente ligados entre sí.»

i. No puedo pasar de la acumulación de experiencias a un tipo de saber que


cualitativamente se considera válido de forma absoluta. Nunca a partir
de la experiencia podré llegar a una verdad absoluta. Nunca he hecho
todos los experimentos: puedo hacer 1000 experimentos iguales, pero el 1001
puede ser diferente. A partir de la experiencia no llego a una verdad universal
ii. Kant considera que para conocer el mundo la experiencia es necesaria. Lo
que sabemos del mundo estará condicionado por contingencias que no
conocemos, y por la experiencia no podemos conocerlas. Son así porque yo
las percibo, pero no hay nada que asegure que lo que yo percibo sea igual
a lo que otro percibe.

3. Crítico: se enfrenta ya no al quid facti, como había hecho Hume, sino desde su horizonte
lógico-trascendental al quid iuris: si el primero reduce casi toda su tarea al análisi genético
de los procesos de conocimiento, Kant, por el contrario, se hace cuestión de su legalidad y
valor objetivo. Explica éste:

«el objeto no es aquí la naturaleza de las cosas, que es inagotable, sino el entendimiento que enjuicia
esa naturaleza de las cosas y, además, con la particularidad de ser el entendimiento únicamente
referido a su conocimiento a priori» (p.59; A13)

i. Kant considera que hace falta un soporte, algo a priori. El espacio y el


tiempo es el a priori. Cada circunstancia es variable, y afecta de manera
diferente. La experiencia que hago yo mismo en el tiempo es diferente. El
tiempo es el mismo, pero la experiencia que uno hace de sí mismo es
diferente gracias a la percepción a priori que da el tiempo. A priori de la
sensibilidad es espacio y tiempo.

Si todo conocimiento tiene que ver con la experiencia y todo es relativo a uno mismo, hay unas leyes
que todo el mundo debe entender.

Platón, dice Kant, halló sus ideas en el campo práctico, el de la libertad. Quien quisiera derivar de
la experiencia los conceptos de la virtud, y determinamos lo que es el bien en base de la experiencia,
hacemos de la virtud algo ambiguo según el tiempo y las circunstancias, algo inservible para
constituir una regla. Cuando alguien es presentado como modelo de virtud, esta persona sabe que solo
en su cabeza se halla el verdadero original con el que confronta el verdadero modelo.

La idea de virtud es mental, y tiene que ver con una reciprocidad mental.

-34-
“Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como principio de
una legislación universal” (KpV)

Al ser consciente de lo que quiero, puedo decidir. El no hacer nada en ciertas situaciones, como no
ayudar a alguien que se ha caído y mirar a otro lado, tampoco es una situación que queramos que
hagan por mi.

«La voluntad es un tipo de causalidad de los seres vivos en tanto que son racionales y libertad sería la
propiedad de esta causalidad para poder ser eficiente independientemente de las causas ajenas que la
determinen; tal como la necesidad natural es la propiedad de la causalidad de todo ser irracional para ver
la determinada su actividad por el influjo de causas ajenas»8

Es característica del sapiens sapiens, que puede discriminar porque sabe que no es bueno (no
invadir un país). Los animales hacen lo que hacen porque no tienen la capacidad de separar lo que han
de hacer y lo que es pertinente en el momento.

«La determinación de la causalidad de los seres en el mundo de los sentidos, como tal, no podía nunca ser
incondicionada, y, sin embargo, tiene que haber, para toda serie de las condiciones, necessariamente algo
incondicionado; por tanto, también una causalidad que se determine totalmente por sí misma. Por eso la
idea de la libertad, como una facultad de la espontaneidad absoluta, no era una exigencia sino, en lo que se
refiere a su posibilidad, un principio analítico de la razón pura especulativa.» (Kant, Crítica de la razón
práctica, p.69)

En torno al tópico: “Tal vez eso sea correcto en teoría, pero no sirve para la práctica”
“Se pretexta con no poca frecuencia que lo que tal vez sea correcto en dicha teoría no es válido para la
práctica, pretendiendo sin duda, con tono altivo y desdeñoso, lleno de arrogancia, reformar por medio de la
experiencia a la razón misma, precisamente allí donde ésta sitúa su más alto honor; pretendiendo además que en
las tinieblas de la sabiduría, con ojos de topo apegados a la experiencia, se puede ver más lejos y con mayor
seguridad que con los ojos asignados a un ser que fue hecho para mantenerse erguido y contemplar el cielo. Esa
máxima -que ha llegado a ser bien común en nuestros días, tan abundantes en dichos como parcos en hechos-
ocasiona el mayor daño cuando afecta al ámbito moral (al deber de la virtud o del derecho), pues se trata
ahí del canon de la razón (en lo práctico), donde el valor de la práctica depende por completo de su
conformidad con la teoría subyacente, y donde todo está perdido cuando las condiciones empíricas -por
ende, contingentes- de la ejecución de la ley se convierten en condiciones de la ley misma, por tanto cuando
una práctica calculada en orden a un resultado probable -probable con arreglo a la experiencia que se
acumuló hasta la fecha- queda autorizada para dominar la teoría, que es subsistente por sí misma.”

Uno puede querer una cosa, pero ha de mirar un marco más amplio donde interactúan más
personas. Objetivamente uno sabe lo que ha de hacer.

8
Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785), Alianza, Madrid, 2002, p.140.

-35-
El arte romántico y la filosofía del espíritu
Kant
“Nuestra capacidad global de conocimiento posee dos dominios, el de los conceptos de la naturaleza y el del
concepto de libertad, pues por medio de ambos dicha capacidad puede legislar a priori. De igual modo, cabe
dividir la filosofía en teórica y práctica. Pero el terreno sobre el cual se erige su dominio y se ejerce su
legislación simepre se restringe tan sólo al conjunto de los objetos de toda experiencia posible en tanto que
estos solo se toman como simple fenómenos, ya que de no hacerlo así no podría pensarse ninguna
legislación del entendimiento con respecto a tales objetos”

El concepto de libertad es el que la razón concibe pero simplemente nos orienta en la práctica, sin
que podamos conocerlos, ya que cuando nos conocemos formamos parte de la naturaleza, y por
tanto, somos condicionados.

El juicio es el tercer término, y a diferencia del primer ámbito y el segundo, lo va a asociar a la


experiencia estética.

“Pues todas las capacidad o aptitudes del alma pueden reducirse a las tres que ya no cabe derivar
ulteriormente a partir de un fundamento común: la capacidad cognoscitiva, el sentimiento de placer y
desplacer y la capacidad desiderativa.”

Si queremos saber si nuestro deseo es legítimo, nos desplazamos al ámbito de conocer, nunca al
de la acción. Todo sapiens sapiens tiene la capacidad desiderativa. Estos sentimientos de placer o
displacer son subjetivos, y no provienen del conocimiento. No me informa el sentimiento sobre lo
que es esa cosa, no conozco nada del objeto, sino como me representa. A partir de la experiencia
estética y el sentimiento, yo no puedo determinar nada del objeto.

Kant distingue la perspectiva sensible, que me hace saber que es esa cosa, y la experiencia
estética, que es lo que digo o pienso por el placer y es subjetiva, incluso si la formulación es
tajante. Uno puede hablar como quiera de la experiencia estética por eso que me ha hecho sentir:
lo que yo digo con mi juicio, aunque lo universalice, lo que estoy dando a entender es que me ha
hecho sentir muchas cosas.

Cuando el placer se enlaza con la mera aprehensión de la forma de un objeto de la intuición, sin que se la
relacione con un concepto de conocimiento determinado, la representación no se refiere con ello al objeto,
sino exclusivamente al sujeto.

Cuando nos suscita placer, consideramos a la cosa bella. No significa que sea bello, pero para mí, en
la medida que me produce placer, es bello. No es algo objetivo.

Tabla de las capacidades superiores del alma:


Capacidad del ánimo capacidades principios a priori aplicación
en su conjunto cognoscitivas

capacidad de conocer entendimiento legalidad naturaleza

sentimiento de placer discernimiento finalidad arte


y displacer

capacidad de desear razón fin final libertad

-36-
Cuando somos movidos sensiblemente, desde la experiencia estética, es legítimo pensar y
demandar que lo que nos parece maravilloso a nosotros les parezca a otros igual. En nuestra
manera de hablar de ello parece que queramos imponer nuestra opinión.

“Para distinguir si algo es o no es bello no referimos la representación mediante el entendimiento al objeto para
obtener conocimiento, sino por medio de la imaginación al sujeto y a su sentimiento de placer o displacer”

Cuando recomendamos algo porque nos ha gustado, en la forma en la que lo transmitimos parecerá
que estamos revelando una verdad universal y es objetivo. No obstante, el juicio del gusto no
aporta nada, no es cognoscitivo. No todo el mundo estará de acuerdo.

“Es un esfuerzo infructuoso buscar un principio del gusto que ofreciera el criterio universal de lo bello por
medio de conceptos determinados, porque lo que se busca es imposible y contradictorio en sí mismo.”

Lo sublime es una apreciación del arte o la naturaleza que nos habla de una realidad que no
puede ser limitada, que desborda, pero no nos llega a afectar y por eso podemos contemplarla.
Es una experiencia personal. No hay garantías de que un mismo objeto afecte igual a todas las
personas. Las diferencias: lo bello de la naturaleza es identificable, mientras que la experiencia de
lo sublime es por la ausencia de una cosa cerrada. La realidad sublime no puede ser englobada
en la imagen de ningún tipo, y por eso da la sensación de displacer, que luego se convertirá en
placer.

Una experiencia tan desbordante de lo sublime nos hace sentir muy pequeños, insuficientes desde
el punto de vista sensible, pero esa consciencia de la falta de adecuación en lo sensible concuerda
con la capacidad de la razón en su mejor posibilidad, que es la de conciliar ideas. Esta experiencia
nos hará ver nuestra pequeñez, pero también nos sentiremos más seguros en la buena dirección.

Schiller
Habla del concepto puro de belleza como aquel que guía nuestro juicio acerca de todos los casos
reales, debería buscarse por la vía de la abstracción y deducirse ya de la posibilidad de la
naturaleza sensible-racional. Experiencia bella que no se queda en lo superficial de la cosa, si no
que paso a eso sensible. La autentica obra de arte nos ha de llevar a una serenidad y libertad de
espíritu.

El «primitivo programa sistemático del idealismo alemán»


“Estoy convencido de que el acto supremo de la razón, aquel en que abraza todas las ideas,
es un acto estético, y que verdad y bien solo se hermanan en la belleza. El filósofo ha de tener
tanta potencia estética como poeta.[...]. La filosofía del espíritu es una filosofía estética. Sin sentido
estético no cabe tener ingenio en nada, ni siquiera sobre historia que se puede razonar ingeniosamente.
Aquí debe hacerse claro de que carecen propiamente esas gentes que no comprenden una sola idea y
con la franqueza suficiente admiten que todo se les hace oscuro tan pronto se va más allá de índices y
tablas.
[...] Hasta que no hagamos las ideas estéticas, es decir mitológicas, no tendrán ningún
interés para el pueblo; y a la inversa, hasta que la mitología no sea racional el filósofo se habrá de
avergonzarse de ella.”

-37-
Lo sensible promueve ideas de la razón. La diferencia entre esta generación de primeros románticos
y Kant es que este último no cree que hay verdades absolutas a través de la estética.

Muestran la necesidad de que no sean solo unos pocos escogidos lo que hagan ese salto. Con la
versión de Kant de la siguiente generación (Schiller y el resto) parece que la experiencia estética es
una forma de conocimiento, lo que para él era incognoscible era el objeto de la recreación estética.
Esto llega en parte a Nietzsche.

De la presunción de que la filosofía puede conocer todo (pensamiento de Hegel) se abren una serie
de premisas que Schopenhauer y Nietzsche odiaban.

A. Schopenhauer, sobre Hegel y su pensamiento:

“El hegelianismo, sin verdad, sin claridad, sin inteligencia y hasta sin sentido común, presentado además con el
ropaje del más repulsivo galimatías, era una filosofía de cátedra impuesta y privilegiada, y en consecuencia
un absurdo que daba de comer a su autor. Mi filosofía, aparecida al mismo tiempo, tenía todas las cualidades
de que aquella carecía; pero no estaba hecha a la medida de fines superiores y resultaba inapropiada para
la cátedra de las circunstancias de entonces, y por consiguiente, como suele decirse, no tenía nada que hacer.”

Lo que cuestiona es que todo pueda ser reducible, concebida, a conceptos. Cuando yo me
represento algo, yo me lo represento según los fenómenos que yo he percibido.

Schopenhauer considera que la música podía transmitir eso que los conceptos no podían. Muestra ese
movimiento inherente al querer.

Todo esto a Nietzsche le llega, por plantar cara al idealismo, al positivismo lógico que triunfa.

Canto del destino de Hiperión, Friedrich Hölderlin:


Puede parecer que solo es una mirada nostálgica, pero lo que evidencia es un problema, una crisis,
que tanto en él como poeta sufre. Vehicular racionalmente no lo ve claro.

Incluso si el espíritu (Geist) es una idea, esa realidad esencial de las cosas, que es percibida pero
sin consciencia a menos que usemos la filosofía, ese espíritu que florece eternamente no se da
entre nosotros, dice Hölderlin. Al igual que podemos percibir la noción, es una vida de la plenitud
que ya no está a nuestro alcance.

Florece para ellos, no para nosotros. Tengo la capacidad de entender lo divino y anhelan esa
vida, pero yo no soy ellos: yo vivo desde el anhelo, desde la percepción de una vida que no es
mía. Vivimos en una especie de frenesí, al contrario de ellos (divinidad).

El caer en lo incierto, en lo que no puede ser conocido, es donde nos dirigimos, a diferencia de la
condición que no tienen aquellos que nos inspiran: los dioses.

Hölderlin anticipa esa crisis que Nietzsche explicará de forma contundente. Pero no escribe
textos que permitan desde la conciencia crítica, esa vivencia de la crisis, que vaya en contra del
pensamiento filosófico de la época. Escribe, no obstante, el siguiente poema:

-38-
En verdad viven los dioses,
Pero sobre la cabeza allá arriba en otro mundo.
Sin fin actúan allí y parecen no prestar atención
Si nosotros vivimos, con tanto cuidado nos tratan los celestes.
Pues no siempre puede darles cabida una vasija débil,
Solamente en ciertos tiempos soporta el hombre la plenitud
divina. Un sueño de ellos es después la vida.9

La vida es el sueño de la posibilidad de ser divino cuando no lo somos.

La crítica, la vivencia sufriente de la incapacidad de comprenderlo todo tiene que ver con las
ansias de conocer y por otro lado, con la experiencia propia. Hölderlin nos hace conectar con
inquietudes propias, actuales, aún hablando de épocas anteriores.

Nietzche nos da a entender que no hay un discurso filosófico universal de referir las cosas, lo que
es el mundo, y dado que no la hay, la manera de escribir de Nietzsche es hiperbólica, con muchos
recursos literarios. Sin querer ser en esencia poeta, Zaratustra se lamenta de ser poeta aún. La poesía
como método parabólico es el único posible que nos da a entender que no hay adecuación
conceptual entre las cosas y el que las piensa: lo que yo concibo tiene que ver con mis instintos.

9
Friedrich Hölderlin, fragmento de Pan y vino.

-39-
Friedrich Nietzsche
No se preocupa de la adecuación de las palabras a las cosas. Es un ataque a la forma simplista de
ver la realidad. No puede ser concebida con palabras. Nunca se da esta adecuación entre palabras y
cosas: lo que sí se puede dar es la creencia del conocimiento nos habla, de que poseo la verdad.
Eso nos da poder sobre la verdad, pero es solo una creencia

Lo que Nietzsche enseña es ese cuestionamiento del paso del mitos al logos: el que antes éramos unos
catetos y ahora vemos claras las cosas. Considerar que el conocimiento me salva, lo que demuestra es
el mismo infantilismo que había en el mito, la búsqueda de confort.

Nietzsche es crítico con la religión en general, y además, a la creencia filosófica o científica de la


curación o terapia a través de la acumulación de conocimientos. El mito es la consecuencia de la
ciencia; más aún, el propósito de la ciencia. Es pasar del logos al mito. A lo que lleva el logos, o
mejor dicho, la creencia absoluta en el logos, a presuponer lo espiritual como algo que puedo
conocer.

Mi experiencia vital, si es, es de hoy: no hay vida en ayer. Lo que soy es lo que estoy siendo hoy.
Preguntar porque, y yo poseer la respuesta da tranquilidad. Zaratustra pregunta de esa tranquilidad,
porque preguntar sobre algo de ayer.

Mentimos cuando creemos que lo que decimos trasciende a nuestra época. Todo discurso es una
figuración; todo lo que decimos es representación. Las categorías de verdad y mentiras se
reconsideran una vez no hay verdad.

La consideración de que la verdad o positivismo (confianza en la razón) nos salva, es el prototipo


del optimismo teórico.

«Frente a este pesimismo práctico, Socrates es el prototipo del optimismo teórico, que, con la señalada
creencia en la posibilidad de escrutar la naturaleza de las cosas, concede al sabor y al conocimiento la
fuerza de una medicina universal.»

La tendencia de buscar la verdad es interesada, tiene que ver con nuestra conservación. En ningún
caso es algo desinteresado.

Voluntad de volver pensable todo lo que insiste: es decir, reducirlo a conceptos..

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1873).


Habla de la existencia del género humano, del planeta, desde la perspectiva cósmica. No es nada la
existencia de nuestro planeta. Habla de la mosca, una existencia diminuta para nosotros, del mismo
modo que nos creemos el centro del mundo/universo.

Crítica la veneración del intelecto, siguiendo la crítica que dirige a Socrates o a Platón: el saber la
verdad nos ubica en una dimensión más pura. Dice que el uso del intelecto es nuestra ventaja
evolutiva, nuestro medio de conservación para dejar más descendencia. A diferencia de otros
animales, que tienen garras, el ser humano tiene el entendimiento de buscar la verdad, pero de forma
interesada. Cada uno va a lo suyo, y con su discurso busca legitimarse.

-40-
No buscamos la verdad, si no que la apariencia de verdad. El conocimiento nos protege; el que se
pone detrás de su propio discurso prospera. El fuerte, según Nietzsche, no es solo el individuo de
buena constitución, sino el que no se protege detrás de discursos universales que legitiman su
capacidad de mentir. El débil es el que se comporta al igual que lo hace el otro. El fuerte vive
más de cerca el aspecto trágico, pero tiene la disposición creadora de valores (que se van creando
y destruyendo).

Nietzsche hace constatar la crisis de su siglo: crisis de valores de su época. Destruir valores para
crear unos nuevos, que no son absolutos y pueden ser destruidos también. No se ha de pretender
que los nuevos son absolutos o verdaderos. Vida entendida como esta dialéctica que no alcanza un
estado de perfección o sabiduría máxima, sino que consiste en que la tarea sea destruir y crear. El
nihilismo es seguir creyendo en esos ídolos huecos, y seguir venerando una figura en la que no hay
nada. Esto hace que las personas de su época entren en una crisis.

Nietzsche busca molestar, hacer cuenta que esa adecuación, ese paradigma (alcanzar verdad absoluta)
que parece tan antigua, ha vuelto con Hegel.

El superhombre no es el que se convierte en un sabio, si no el que se atreve a realizar el


movimiento de destruccion y creacion y asume que no hay un valor que perdure por siempre,
que sepa que no hay otro mundo en donde se viva mejor y que se afirme. El superhombre es asimilado
como niño también, como aquel que está implicado en un juego, que lo toma con máxima seriedad,
que se queda anclado en un estado de máxima concentración y al mismo tiempo en estado jocoso. Se
caracteriza por esa jocosidad, por ese compromiso con el instante aunque no sea eterno. El que dice sí
a la vida, incluso si lo que viene a priori parece que no es favorable. Su moral no se protege detrás de
ningún discurso, filosofías… El vitalismo de Nietzsche es una especie de conexión con uno mismo y
con la naturaleza. La moral del esclavo viene de un resentimiento, de un no. El superhombre dice sí.

La actividad de concepción intelectual es lo más elevado, pero Nietzsche lo desprestigia. Los


conceptos se conforman por casos comunes y se juntan en una palabra, aún siendo diferentes. Cada
hoja de árbol es distinta, aunque pertenezcan al mismo árbol y la misma especie. Si cada hoja llevase
un nombre distinto, sería imposible entendernos. Para entendernos, hacemos que incluso cada hoja es
distinta, lleven el mismo nombre. La economía del lenguaje da lugar a confusiones. Entonces,
Nietzsche escribe exageradamente, hablando de forma figurada, de forma parabólica, no buscando el
camino más corto, sino el más eficiente para dar a entender que no hay nada que pueda ser entendido
literalmente. Todo lo entendido desde un lenguaje inadecuado, idolatrado por el positivismo. Que uno
crea que dice algo con sentido no hace que haya garantía de que se entienda. Por eso, la poesía y
la creatividad. Se lamenta de ser poeta, pero lo sigue siendo porque no hay otra manera de explicarse.
La concepción intelectual es una manera de entender, un pacto. Para evitar la guerra de todos
contra todos hacemos que entendamos lo que dice el otro. El intelecto sirve para la preservación
de uno mismo. La conciencia de artificio inherente al hecho de hablar. Preferimos pensar que el
decir es decir verdad porque nos es práctico. Nos es práctico pensar que nos entendemos al hablar.

La honestidad, en esencia, como algo que está en la persona que actúa honestamente. Nietzsche
habla sobre el carácter artificioso de esta manera de pensar. Esta confianza en la razón tiene su
provecho. Fingimos sin conciencia. Fingimos cuando pensamos que lo que creemos es significativo.
No es práctico dudar de todo. Es práctico pensar que lo que uno dice tiene sentido, pero la
pretensión puede hacer que nos creamos como un foco de verdad.

-41-
La filosofía tiene un sentido. Si algo sirve, es para tomar consciencia de este autoengaño o
creencias que nos hacemos para nuestra comodidad. Solo porque lo he pensado no significa que
sea verdad.

Entendemos que lo que he pensado el otro no lo entienda, e incluso pensar que lo que diga el otro
tiene razón. Hay otro paso más: dudar, relativizar el propio pensamiento. Nietzsche considera que el
tiempo de creer en verdades atemporales y que el pensamiento puede referir algo que pueda
valer para todos, ha quedado atrás. El superhombre es aquel que vive en esa época, y no cae. No
es un hombre melancólico, es alguien que sufriendo se sobrepone: es alguien que puede crear
sentido y valores, que pueden también caer en crisis y el superhombre con él. Es una acto de
valentía que hace que uno vea su peor parte de él mismo. Pretende dinamitar el binomio de bien y
mal (hay cosas buenas y cosas malas). El fuerte deja de interpretar moralmente, deja de pensar que
los valores valen para siempre y se centra en la vida desde su propia acción. Ansía la verdad en torno
a la continuación de la vida.

Lo que hay de sustancial del individuo que pasa a ser existente, se caracteriza porque no puede ser
reducido a una concepto o explicación. El ser no es el de más allá, somos el ser de aquí. La idea de
existencia. No toda la realidad puede expresarse por el lenguaje, dice Heidegger. El individuo no
puede ser conocido tal como es.

“Si alguien esconde una cosa detrás de un matorral, después la busca de nuevo exactamente allí y, además, la
encuentra, en esa búsqueda y en ese descubrimiento no hay, pues, mucho que alabar; sin embargo, esto es lo que
sucede al buscar y al encontrar la verdad dentro de la jurisdicción de la razón. Si doy la definición de mamífero
y a continuación, después de examinar un camello, digo: he ahí un mamífero, no cabe duda de que con ello se ha
traído a la luz una nueva verdad, pero es de un valor limitado; quiero decir, es antropomórfica de pies a cabeza y
no contiene ni un solo punto que sea verdadero en sí, real y universalmente válido, prescindiendo de los
hombres. El investigador de tales verdades tan sólo busca en el fondo, la metamorfosis del mundo en los
hombres; aspira a una comprensión del mundo en tanto que cosa humanizada y consigue, en el mejor de
los casos, el sentimiento de una asimilación.”

Nietzsche, como influencia del pensamiento contemporáneo, dice que hay la posibilidad de buscar
otro sentido. Lo que entendemos con el lenguaje es relativo. Cómo van a ver verdades atemporales, si
el ser aquí tiene que ver con la comprensión de sí misma que es tan cambiante, que no está vinculado
a conceptos atemporales. La concepción de que la verdad siempre estará ahí es un autoengaño.
La verdad no está afuera de la vida: no es la reminiscencia platónica, no es encontrar algo que
tú ya habías escondido antes.

Nietzsche dice que:


“Pero el hombre mismo tiene una invencible tendencia a dejarse engañar y está como hechizado por la felicidad
cuando el rapsoda le narra cuentos épicos como si fuesen verdades, o cuando en una representación teatral el
actor, haciendo el papel de rey, actúa más regiamente que un rey en la realidad. El intelecto, ese maestro de la
ficción, se encuentra libre y relevado de su esclavitud habitual tanto tiempo cuanto puede engañar sin causar
daño y, en esos momentos, celebra sus Saturnales; nunca es tan exhuberante, tan rico, tan soberbio, tan ágil y tan
temerario: poseído de un gozo creador, arroja las metáforas sin orden ni concierto y remueve los mojones de las
abstracciones de tal manera que, por ejemplo, designa a la corriente como el camino móvil que lleva al hombre
allí donde éste habitualmente va.”

La filosofía, que desde Nietzsche sabemos que no lo comprende todo, sigue intentando comprender
aun sabiendo que no se puede encontrar esa verdad.

-42-
Crisis de la significación y nihilismo: la nofilosofía
Nietzsche: Más allá del bien y del mal
Se presenta a sí mismo como alguien que se entrega, como alguien que es el mayor regalo para la
humanidad.

Lo que hay detrás de las operaciones mentales es una paz mental, la conservación de la especie a
través de este pacto (hacer que nos entendemos para no hacernos daño). Nietzsche lee entre líneas a
los filósofos, para acabar diciendo que la mayor parte del pensamiento consciente está
secretamente rígida por sus instintos y forzosamente canalizada en vías definidas. El
pensamiento consciente está conectado con la actividad instintiva. Solemos pensar lo contrario,
que el pensamiento consciente es lo que nos distingue de los animales, pero Nietzsche dice que
somos animales y es algo que hace que el pensamiento consciente sea una ventaja evolutiva.
Sigue diciendo lo siguiente: “Detrás de toda lógica y de la aparente soberanía de sus movimientos,
hay evaluaciones de valores, o, para decirlo con mayor claridad, exigencias fisiológicas impuestas
por la necesidad de mantener un determinado género de vida ”.

“Admitir que lo no-verdadero es la condición de la vida, es evidentemente oponerse de modo peligroso al


sentimiento que se tiene habitualmente de los valores, y una filosofía que se permita tal audacia se coloca,
por este solo hecho, más allá del bien y del mal.”

Nietzsche quiere dar la vuelta a esto para dinamizar el binomio que nos lleva a interpretar la
realidad en términos morales. Es una asociación de lo que hay más allá de las categorías morales, se
interpreta según bueno o malo a partir de las necesidades del individuo. No pretende que
veneremos el mal. La crisis de valores y el nihilismo no implica venerar algo que antes se excluía,
sinó que implica poner en un mismo plano de realidad e intentar asumir esa realidad según la
experimentamos, que es un actividad que tiene algo de creatividad. Cuando habla de lo no
verdadero es para hacernos caer en la cuenta de otra forma de vivir

Así habló Zaratustra


El superhombre no es un tipo ideal, es el que se atreve a mirar esos riesgos no para considerar, por
ejemplo, que hay otra vida más allá en la que se está mejor, sinó que para abrazar a la vida como es.
Es aquel que dice sí. Por eso Zaratustra es el que presenta al superhombre: Nietzsche no es el ideal.

Hombre como puente a la grandeza, que sirve para dejar de ser lo que es, dejando atrás su etapa de
animal. Se quiere posicionar del otro lado de lo que es el resentimiento y odio: habla incluso del
amor al enemigo. El odio crea dependencia, un vínculo, que alguien que tiene que ir solo no tiene
que tener. El amor, sin embargo, libera. La destrucción que habla Nietzsche es una para preparar
una nueva manera de vivir. Zaratustra viene a cuestionar un rayo, imagen de creador y destructor, al
que se llama superhombre.

El niño no está atado a la idea de libertad. Es una afirmación en el momento. No espera nada
distinto ni un pasado con el compararse. No hay traumas ni expectativas. Él por su propio deseo
es capaz de crear.

Nietzsche detesta la actitud del que se protege contra la vida. Protegerse de la vida es una forma de
vivir. Nietzsche dice que esta forma de protegerse de la vida y el decir no es una manera de no
abrazar lo que hay. Cuando queremos lo que hay le quitamos lo malo de ello: de alguna manera
se libera. Quedarse en la actitud de rechazo hace que la vida no se viva como tiene que vivirla.

-43-
Lo que yo no comprendo, que no contribuye con mi vida, no es verdadero o hago ver que no está. La
voluntad de poder es característica de todo ser vivo, y lo que diferencia es como uno lo usa. Nietzsche
no es nihilista: lo que hace es constatar el nihilismo. Es la conciencia con la que se hacen las cosas,
tener la sensación de controlar. Eso es propio de esclavos: necesitar que haya un amo, que haya
alguien que mande y se responsabilice de los errores por ti. El superhombre es la voluntad de poder
que trasciende. La voluntad de poder está en todos los seres vivos, e incluso en la del siervo.

Acercarse al enfermo es un riesgo. Zaratustra toma el riesgo de acercarse, no obstante. El volatinero


encuentra la explicación de porqué ha caído: es por culpa del diablo. Cuesta asumir la realidad,
aunque no es lo que desea: por eso busca una explicación para encontrar cierto comfort. Después de
que encuentre la explicación, Zaratustra le dice que no tema porque no hay demonios y su alma está
muerta, a lo que el volatinero dice que da igual si muere. Zaratustra se muestra empático, de que sirve
la culpa (asumir la culpa es la primera piedra para llegar a la vida eterna para los cristianos). Ha
hecho de su profesión el peligro y por eso lo enterrará. Sin ser un superhombre, se abre a través
del riesgo a su mejor posibilidad.

Adorno and Horkheimer: Dialéctica de la Ilustración


“La caída del hombre actual bajo el dominio de la naturaleza es inseparable del progreso social. El
aumento de la productividad económica, que por un lado crea las condiciones para un mundo más justo,
procura, por otro lado, el aparato técnico y a los grupos sociales que disponen de él una inmensa
superioridad sobre el resto de la población. El individuo es anulado por completo frente a los poderes
económicos. Al mismo tiempo, éstos elevan el dominio de la sociedad sobre la naturaleza a un nivel hasta
ahora insospechado. Mientras el individuo desaparece frente al aparato al que sirve, éste le provee mejor
que nunca.”

Retroalimentación que no garantiza la libertad que la ilustración debería de haber garantizado

“El sistema propio de la Ilustración es la forma de conocimiento que mejor domina los hechos, que ayuda
más eficazmente al sujeto a dominar la naturaleza. Sus principios son los de la autoconservación. La minoría de
edad se revela como la incapacidad de conservarse a sí mismo. El burgués, en las sucesivas formas de
propietario de esclavos, de libre empresario y de administrador, es el sujeto lógico de la Ilustración”.

Antes solo los pobres y los salvajes se hallaban expuestos a los elementos capitalistas
desencadenados. Pero el orden totalitario pone al pensamiento calculador en posesión de todos.

El no haber ocultado, sino proclamado a los cuatros vientos, la imposibilidad de ofrecer desde la razón un
argumento de principio contra el asesinato, ha encendido e odio con el que justamente los pregresistas
persiguen aún hoy a Sade y a Nietzsche [...]. Proclamando la identidad de razón y dominio, las doctrinas
despiadados son más misericordiosas que las de los lacayos de la burguesía

Los lacayos de la burguesía sólo buscan la autoconservación, el beneficio.

-44-

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