You are on page 1of 13

LA COMUNIDAD GITANA DE ESPAÑA EN LAS FUENTES IMPRESAS ESCRITAS

EN LENGUA HÚNGARA DEL SIGLO XIX1

KATALIN KÉRI

1. Introducción

A lo largo de las últimas décadas se escribieron numerosos libros y estudios tanto en lengua
española como en otros idiomas, cuyos autores habían recopilado, analizado y ordenado
temáticamente relatos de viajes sobre España procedentes de los siglos anteriores. 2 No son pocas las
obras nacidas en edades remotas que han sido publicadas de nuevo en España, por lo que las fuentes y
bibliografía disponibles sobre este tema son abundantes. En este estudio repasaré cómo describían
Hispania, y sobre todo a la comunidad gitana que vivía allí, los que viajaron allí a lo largo del siglo
XIX y cómo aparecieron sus relatos en los libros de viajes, artículos de periódico, folletos, y en las
cartas publicadas de los autores húngaros que leían y traducían obras escritas en lenguas extranjeras.
Al hablar de fuentes impresas, no me limito únicamente a los materiales escritos, ya que en los
periódicos de la época hallé numerosos grabados y réplicas de pinturas, cuyos autores en parte fueron
húngaros y también extranjeros, y que representaban a la comunidad gitana española. Considero que la
presentación completa de este tema solamente es posible mediante estas fuentes iconográficas
peculiares y únicas.

2. Relatos de viajes sobre España

En uno de sus estudios, Belén Díez Coderque (2007) dice que España ya en tiempos remotos era un
destino popular para los distintos viajeros. Las primeras obras de la literatura de viajes consistían en
piezas que escribían las personas medievales que peregrinaban a Santiago de Compostela, como por
ejemplo el monje franciscano Aymerico Picaud, cuyo escrito procedente del siglo XII con el título
Liber Sancti Jacobi forma parte del Codex Calixtinus. A diferencia de ellos, las personas que
acompañaban a los monarcas o nobles en sus viajes no se interesaban tanto por el paisaje, los
alojamientos y los restaurantes. Ellos en sus relatos se preocupaban por asuntos de política, poder y
economía. El embajador veneciano humanista Andrea Navagero, o Antoine de Lalaing, quien
acompañó a Felipe el Hermoso en su viaje a España en 1501 y recopiló sus experiencias en su obra
titulada Voyage de Philipe le Beau en Espagne (Coderque, 2007). La famosa escritora francesa de la
temprana Edad Moderna, Marie-Catherine d’Aulnoy también escribió una obra importante sobre el
país con el título Mémoires de la cour d’Espagne, que fue publicada en 1692 en París. Los eventos
políticos y bélicos a veces convertían en viajeros incluso a los militares, como fue el caso del militar
inglés William Dalrymple en 1774, que realizó un viaje desde Gibraltar hacia el interior del país
(García Mercadal, 1962).3 Philip Thicknesse, en 1777, publicó unas cartas que describían sus
experiencias sobre su viaje a España.4

1
El ensayo fue publicado en húngaro en: Anderle, Ádám (ed.) 2008. A láthatatlan nép. Cigányok az Ibériai
félszigeten és Latin-Amerikában. Szeged. 117-133.
2
La obra más cercana a mis investigaciones en cuanto a su temática es el artículo de Cantizano Márquez,
Blasina (2005). Las gitanas españolas en testimonios extranjeros de siglo XIX. Desde Andalucía: Mujeres del
Mediterráneo. Almería: ARCIBEL. 101-115.
3
Sobre las descripciones de viajes por España de los viajeros ingleses del siglo XVIII véase también:
Hontanilla, Ana (2008). Images of Barbaric Spain in Eighteenth-Century British Travel Writing. Studies in
Eighteenth Century Culture, 37. 119-143.
4
Thicknesse, Philip (1777). A Year's Journey through France and Part of Spain. I-II.
En Europa, a principios del siglo XVIII se puso de moda realizar viajes solamente por el hecho de
disfrutar del viaje y por la belleza de conocer otros países. La nueva moda afectó a la Península Ibérica
también como un posible destino. Las diferentes localidades y regiones de España y de Portugal
fueron frecuentadas por poetas y pintores franceses, viajeros alemanes, y por ingleses que partían de
Gibraltar para realizar viajes largos por la península. Algunos de ellos llegaron desde las costas del sur
después de un viaje en barco por el Mar Mediterráneo, mientras que otros llegaban a la península por
tierra firme desde el norte, atravesando los Pirineos. Sus relatos de viaje que fueron publicados en
grandes cantidades y en formas variadas, colocaron en el centro de atención este rincón lejano de
Europa. Apareció una gran cantidad de fuentes gráficas (pinturas, grabados, dibujos) que
representaban el paisaje y la vida popular de España, que se convirtieron en ilustraciones constantes de
la creciente edición de libros y periódicos para la segunda mitad del siglo.
El siglo XIX, en la época romántica, tanto en la literatura como en las artes, recibió una atención
distinguida la representación de las costumbres, la música, los bailes y la vestimenta de los gitanos a lo
largo de toda Europa. Debido al hecho de que por aquella época. España ya contaba con una
comunidad gitana significativa, la representación de los gitanos formaba parte de los relatos de viaje y
obras de arte que describían el país. Sobre la vida cotidiana de los gitanos españoles se puede
encontrar muchos detalles interesantes en las fuentes húngaras, de las cuales en este estudio solamente
repasamos el contenido de los libros de viajes impresos y algunos periódicos de la época. 5

3. Obras de viajeros extranjeros sobre España

En la época romántica muchas obras de varios escritores europeos pueden ser consideradas como
fuentes que contribuyeron a la difusión por Europa del concepto romántico y exótico sobre el país. Las
obras de escritores franceses 6, como las piezas El barbero de Sevilla7 y Las bodas de Fígaro de
Beaumarchais, la recopilación de dramas de Mérimée, publicados bajo seudónimo, con el título Teatro
de Clara Gazul, y después su obra titulada Carmen, Los Cuentos de España y de Italia o El último
abencerraje, de Chateaubriand el Viaje por España de Gautier y Mis vacaciones en España de Quinet
ayudaron a sembrar esta imagen al igual que el escritor estadounidense Irving, con sus Cuentos de la
Alhambra, o la obra titulada Viaje por España del gran escritor de cuentos danés, Andersen, que viajó
allí en 1864. Al mismo tiempo, algunos de ellos, como por ejemplo Chateaubriand o Musset ni
siquiera habían estado en España.
Visitaron España en el siglo XIX no solamente los escritores, sino también muchos de los pintores
y dibujantes. Sus creaciones se convirtieron en las ilustraciones constantes de los libros y artículos de
periódicos relacionados con los temas españoles en aquella época. En 1862, por ejemplo, viajaron a
España dos amigos franceses acomodados y aficionados al arte, el barón Jean Charles y el famoso
dibujante, Gustave Doré (1832-1883). Este último, el artista, iba con el objetivo de inspirarse en el
paisaje español para crear ilustraciones para un tomo del Quijote.8 Sus dibujos, que representaban la
5
Puede servir como punto de partida para futuras investigaciones la siguiente bibliografía elaborada tras el VIII.
Congreso Internacional de Antropología y de Prehistoria celebrado en Budapest en 1876: Tipray, Tivadar
(1877). Adalékok a czigányokról szóló irodalomról. Magyar Könyvszemle, 2. 373-386.
6
Acerca de este tema véase Hoffman, L. F (1961). Romantique Espagne, l’image de l’Espagne en France entre
1800 et 1850. New Jersey – Paris: Princenton University – Presses Universitaires de France.; Benassar, B. et L
(1998). Le voyage en Espagne, Anthologie des voyageurs français et francophones du XVI au XIX siècle. Paris:
Robert Laffont.
7
Caron De Beaumarchais, Pierre-Augustin (1773). Le Barbier de Seville.; Caron De Beaumarchais, Pierre-
Augustin (1778). La Folle journée ou Le Mariage de Figaro.; Mérimée, Prosper (1825). Le theâtre de Clara
Gazul.; Mérimée, Prosper (1845). Carmen.; Musset, Alfred de (1829). Les Contes d’Espagne et d’Italie.;
Chateaubriand, François-René de (1826). Le Dernier Abencérrage.; Gautier, Teophile (1843). Tra los montes,
Voyage en Espagne.; Quinet, Edgar (1846). Mes vacances en Espagne.; Irving, Washington (1832). Tales of the
Alhambra.; Andersen, Hans Christian (1863). I Spanien.
8
Según Davillier, Doré quería que su Quijote fuese “muy español, rodeado de verdadero paisaje español […]”Le
baron Davillier, Jean-Charles (1998). Viaje por España I. (2 volúmenes). Madrid: Miraguano.12.
España del siglo XIX de las más diversas maneras, aparecían frecuentemente en los periódicos
húngaros también. En su colaboración se publicó el libro Voyage en Espagne en 1862 en París y en
1874 la obra L’Espagne, cuyo texto fue escrito por Davillier e ilustrado por Doré. 9 (En los años 1860
publicaron varios otros escritos ilustrados sobre sus viajes en la revista francesa Le tour du monde:
nouveau journal des voyages10.) Estos trabajos tuvieron un gran impacto en la prensa húngara también,
pues el periódico húngaro titulado Vasárnapi Ujság (Periódico Dominical) publicó unas docenas
(varias veces sin hacer ninguna referencia a Davillier) de sus obras traducidas, a veces completas y
otras veces resúmenes, con las ilustraciones de Doré.
Los viajes a España fueron determinantes en la vida de otros artistas famosos también. Entre ellos
podemos mencionar al excelente pintor húngaro del romanticismo, Sándor Wagner, maestro de la
escuela de pintura de Berlín, quien después de su viaje a España, preparó las ilustraciones para un
libro de viajes sobre España escrito en alemán. A partir de sus pinturas también aparece varias veces la
representación del paisaje y vida popular españoles en el periódico Vasárnapi Ujság.

4. Libros de viaje húngaros en el siglo XIX

Gracias a las investigaciones centradas en la Edad Media y en la Edad Moderna sabemos que, a
pesar de la gran distancia geográfica y las condiciones adversas para viajar, siempre hubo personas
húngaras que viajaron (peregrinaron) a España, y que en ciertas épocas la relación entre los dos países
floreció (Szauder, 1972; Anderle, 1992; Anderle, 2006). En el siglo XIX los viajes continuaron, y con
el desarrollo de la navegación y del transporte en ferrocarril fueron aumentando cada vez más. A pesar
de que entre los viajeros húngaros el número de los que visitaban la Península Ibérica era bastante
menor que el de los que preferían visitar países más cercanos, como Alemania, Austria, Suiza, Italia o
Grecia, al final del siglo ya existían viajes organizados desde Hungría a Hispania para grupos
húngaros.11 Según las investigaciones de Ádám Anderle, en el siglo XIX “el interés de la opinión
pública, la ciencia y la literatura húngaras por España crecía de una manera cada vez más vigorosa”
(Anderle, 2006:60). A continuación repasaré sobre todo la literatura de viajes húngara que sostiene
esta afirmación, haciendo referencia al hecho de que aparte de estas obras, durante aquella época
nacieron varias otras publicaciones escritas en alemán o en otros idiomas, al igual que en húngaro,
sobre Hispania, y especialmente sobre la historia de España. 12
El primer libro del siglo escrito en húngaro, que describía España detalladamente, fue el segundo
tomo de obra de János Kis, Nemzeteket és országokat ismertető Gyűjtemény (Colección para conocer
naciones y países), que fue publicada en 1808 en Pest.
La publicación de las obras siguientes tardó hasta la época del dualismo (1867). Al nacer la
Monarquía Austro-Húngara se multiplicaron los relatos de viaje sobre España. Este hecho no se debe
únicamente a la revolución del transporte, sino también a la de la edición de libros y de la prensa, pues
muchas de estas obras habían aparecido primero en las columnas, artículos o series de artículos de la
prensa y solo más tarde fueron publicadas independientemente.
En aquella época se publicó el relato de viaje más extenso del siglo XIX que trataba sobre España
en húngaro, escrito por el profesor de teología de Esztergom, János Zádori (1831-1887) 13, Spanyol út
1868 (Viaje a España 1868). El libro de casi quinientas páginas consta de 18 capítulos de los cuales 15
están dedicados únicamente a la descripción de las ciudades y del paisaje español. Zádori, que conocía

9
Le baron Davillier, Jean-Charles – Doré, Gustave (1862). Voyage en Espagne. Paris: Hachette; Le baron
Davillier, Jean-Charles – Doré, Gustave (1874). L’Espagne. Paris: Hachette.
10
Acerca de los gitanos de Sevilla y de sus costumbres, bailes e idioma véase: Le Tour du Monde, 14 (1866).
369-385.
11
Por ejemplo, Pintér, Kálmán (1900). Vázlatok spanyolországi és portugáliai utamról. Budapest: Buschmann
P. Könyvnyomdája. 3-5.
12
Véase más detalladamente: Anderle, 2006:60-64.
13
Sobre su vida y sus obras véase: Szinyei, József. Magyar írók élete és munkái, Asequible en:
http://mek.oszk.hu/03600/03630/html/z/z30900.html, fecha de consulta: 11-08-2018.
muy bien la historia de España y también le interesaban los monumentos históricos, los museos y la
vida popular, recorrió el país mayoritariamente en tren y en diligencia tras una preparación cuidadosa,
que viene mencionada en su libro: “cuando me preparaba para venir a España leí una docena de
descripciones de viajes [...]” (Zádori, 1869:50/2010:114)14. De aquellas obras se llevó consigo al viaje
el libro de Baumstark, titulado Mein Aufslug nach Spanien, publicado en 1867 (1869:64/2010:125)
que, por aquel entonces, era una de las obras más recientes, y le decepcionaba que no existiesen libros
en húngaro sobre ese país lejano. (Los viajeros húngaros posteriores, como Kálmán Pintér por
ejemplo, consideraban precisamente el libro de Zádori como la obra fundamental en este sentido.) En
el libro del eclesiástico apenas se pueden hallar referencias a los gitanos españoles. En varias
ocasiones el autor mismo confiesa en su libro que no había visitado aquellos barrios y aquellos sitios
de interés donde podría haberse cruzado con gitanos. Sobre las bailarinas de Sevilla bien sabía que
existían y que eran famosas, pero alegando la falta de dinero se lamentaba de esta manera: “así que
según el gusto de algunos, solo por eso merece la pena visitar Sevilla, pero yo no lo ví, por eso sobre
los alocados bailes como »el olé, el fandango, el bolero, la cachua, los mijares, el fallero de Xeres«,
etc, en los que se expresa todo atractivo, no puedo decir nada” (194-195/234). La fábrica de tabaco de
Sevilla también la vio solamente desde lejos: “Nosotros vimos la fábrica desde la torre de la Giralda;
tiene unos exteriores tan monumentales como si fuera un palacio real. Dicen que 5.000 mujeres y
muchachas trabajan allí, se las llama cigarreras” (195/235).
Sin embargo, de sus aventuras a lo largo del viaje no pudo faltar la visita a una corrida de toros, lo
que por aquel entonces era un evento casi obligatorio para todos los turistas. En relación con esta
atracción que había visto en Córdoba, János Zádori hizo una referencia –la única en su grueso libro– a
los gitanos españoles:

En cuanto sacaron al toro por la puerta del matadero, la multitud que permanecía afuera en pie, se
apelotonaba y observaba al paladín vencido; discutían de sus nobles propiedades, de su origen, su
fuerza sin igual, etc. Los gitanos empapaban sus mantas y morrales en la sangre paravolverse
resistentes, se untaban con la sangre de la res para parecerse a los matadores, que a veces salían
bañados en sangre de la plaza (297/318).

Entre las obras publicadas en la época de la Monarquía Austro-Húngara (1867-1918) podemos


mencionar la obra de Flóra Majthényi titulada Spanyolországi képek (Imágenes de España). Ella vivió
durante varios años en España y entre 1886 y 1888 mandaba reportajes regularmente para la revista
Budapesti Hírlap desde allí. La poeta y escritora, nacida en 1837, fue la esposa de Kálmán Tóth, poeta
famoso de los años cincuenta y sesenta, pero tras su divorcio, en 1868, rompió el contacto con toda su
familia y desapareció del público completamente, después se mudó al extranjero. A partir del 1886
pasó algunos años en España, después en Argel y Jerusalén, y al final, tras permanecer unos años en
Hungría, falleció en 1915 en Budapest. 15
Sus reportajes cuidadosamente elaborados se centran en la descripción de la vida cotidiana de
Barcelona, Sevilla y Granada. Ella, al igual que otros autores, como, por ejemplo, János Zádori, dedicó
una atención especial a la presentación detallada de las corridas de toros. Además, era capaz de
transmitir las costumbres y fiestas españolas a través de los ojos de un “iniciado”, al haber pasado
varios años allí. A pesar de que sus descripciones tratan de Andalucía en la mayoría de los casos, en su
obra, de unas 60 páginas, la escritora dedicó muy pocas palabras a las comunidades gitanas. Una de
sus historias está relacionada con una gitana vidente de Barcelona. Según cuenta ella, una vez que
estaba probando una fruta del bosque, hasta entonces desconocida para ella, en el Paseo de Colón, una
gitana le dijo las siguientes palabras:
14
El libro de Zádori, Viaje a España, fue traducido al español y publicado por la Xunta de Galicia en 2010. En el
caso de las citas marcamos las páginas de ambas versiones.

15
Acerca de su vida véase Szinyei, József. Magyar írók élete és munkái, Asequible en:
http://mek.oszk.hu/03600/03630/html/m/m14888.htm, fecha de consulta: 10-08-2018.; Török, Sophie (1931).
Emlékezés egy régi írónőre Nyugat ,7.; Török, Sophie (1937). Majthényi Flóra százéves. Nyugat, 9.
– Señorita dé Usted algo a la gitanita, que le diga la buenaventura.
– ¡Tenga Usted!
– Usted ya ha pasado por mucho dolor, pero le encontrará la alegría y la suerte. Pero
para que lo pueda ver mejor, y explicárselo mejor, ¡déme algo más!
Al esconder la ofrenda entre sus senos, continuó así:
– ¡Qué suerte tendrá Usted! Ganará en la lotería…
– Yo nunca juego.
– ¡Eso no importa! Tampoco he dicho que la suerte la encontrará solamente a través de la
lotería; pero para que la pueda ver mejor y se lo pueda decir mejor, déme…
– ¡No le dé más a esa estafadora! –intervino una voz del público que se había formado
alrededor de ellos por curiosidad, del cual es igual de difícil liberarse que de las incitaciones
persistentes de la gitana (Majthényi, 1900:8).

Flóra Majthényi menciona a los gitanos en otro capítulo de su obra también, en el cual escribe
sobre el torbellino alegre de la feria de Sevilla. En ese capítulo menciona a las “mujeres andaluzas de
cara gitana” que cocinan en las tabernas baratas y allí “literalmente arrastran con fuerza a los clientes ”
(49). En el capítulo titulado “Az andaluz nép” (El pueblo andaluz), la escritora no menciona
directamente a los gitanos, pero detrás de varias de las descripciones se vislumbran ciertos personajes
o grupos de la población gitana. Escribe, por ejemplo, sobre las trabajadoras de la fábrica de tabaco de
Sevilla, pero solamente en líneas generales sobre qué alegres y bellas son y cuánto les gusta gastarles
broma a las personas que se les cruzan en su camino de la fábrica a sus casas después del trabajo: “[...
]¡ay del que se les cruce a las doncellas de los puros en su camino de la fábrica a sus casas! ¡Qué
grupo más hermoso! ¡Una banda alegre con moños y flores! Al salir del trabajo no se les nota ni gota
de cansancio, es más, están deseando llegar a casa y echarse a bailar en el patio de alguna amiga al son
de los palillos”(53).
El famoso óptico y coleccionista de objetos de arte, Ferenc Hopp, ya al final del siglo, en 1897,
realizó un viaje a los países del Mediterráneo, durante el cual llegó de Marruecos a Gibraltar, y
partiendo de allí visitó varias ciudades españolas también. Ofreció un informe sobre sus vivencias en
el mismo año en la junta de diciembre de la Asociación de Geografía y su presentación fue publicada
en una separata de la revista Földrajzi Közlemények (Informes de Geografía). En su informe de corta
extensión encontramos una sola descripción pero bastante realista, de las gitanas de Sevilla, a las
cuales, al igual que Flóra Majthényi, él también consideraba un grupo interesante.

La fábrica de tabaco, que emplea a 5000 mujeres y muchachas para liar cigarrillos, es interesante,
sobre todo para los hombres, ya que entre las chicas se encuentran muchas gitanas y otras bellezas
populares, que acogen a los visitantes con miradas afables y fogosas. Sin embargo, es muy
llamativo el número de los columpios para bebés en los que las chicas portan a sus niños pequeños
para poder cuidarlos. –España es tan fértil que hasta a las doncellas muy jóvenes les ponen felices
los recién nacidos (Hopp, 1898:22).

En 1896, Kálmán Pintér, profesor de instituto, viajó a España con la organización de la Asociación
Húngara de Ingenieros y Arquitectos. Su librito sobre el viaje, publicado en 1900 con el título
Vázlatok spanyolországi és portugáliai utamról (Notas sobre mi viaje a España y a Portugal), ilustrado
con grabados, contiene 7 capítulos, de los cuales los capítulos “Barcelonától Cordobáig” (De
Barcelona a Córdoba) y “Cordobától Gibraltárig” (De Córdoba a Gibraltar) son los que cuentan sus
vivencias en España. El viajero, que sobre todo se interesaba por los monumentos arquitectónicos,
dedica solamente algunas palabras a los gitanos en su obra, probablemente porque durante su viaje
organizado apenas se había cruzado con ellos. La primera vez que los menciona es durante la
descripción del viaje hacia Sevilla y Granada, cuando afirma que: “Por aquí hay muchos gitanos;
algunos de ellos mendigan, pero al mismo tiempo están fumando con alegría” (Pintér, 1900:50).
Después vio a uno en Granada, mientras visitaba la Alhambra, que describe así:
Cuando entramos en la plaza, nos recibió una figura interesante, con una sonrisa enorme y con
gestos alegres y vivos. Era un gitano español, con pintoresca vestimenta española, presentándose
como si fuese un príncipe. Estrechó amistosamente la mano de nuestro líder, el señor Fábián, hasta
casi le abrazó. No sé si le habrá parecido como si fuese su compañero o con su ojo adiestrado se
dio cuenta de que era el líder del grupo y veía la promesa de la propina, pero fue nuestro afable
acompañante hasta la entrada y nos ofreció sus retratos. Sin embargo, al llegar a la entrada parece
que su poder se acabó, y además sus esperanzas de una propina también se desvanecieron, y la
segunda vez que nos encontramos con él ya pasó al nuestro lado con frío orgullo (60-61).

5. Relatos de viaje en la prensa

A partir de mediados del siglo XIX en la prensa nacional húngara se publicaron ocasional o
regularmente informes sobre ciudades, personajes, eventos políticos o bélicos de España. Se puede
observar el aumento del número de los informes relacionados con España en el caso de eventos
históricos tan importantes como, por ejemplo, las Guerras Carlistas y la revolución de 1868, la guerra
de Cuba entre 1868 y 1878, y la Guerra de Independencia de Cuba entre 1895 y 1898, que terminó con
la pérdida de la última colonia de España. España aparecía constantemente tanto en los periódicos que
trataban los asuntos del extranjero y la política exterior, como en las revistas semanales y mensuales
dedicadas a las lecturas familiares. A lo largo de mis investigaciones repasé sistemáticamente el
material de la revista titulada Vasárnapi Újság entre 1854 y 190016, además el de algunos números de
Hazánk s a külföld (Nuestra patria y el extranjero), Családi Lapok (Revista familiar) y Földrajzi
Közlemények, publicados en la segunda mitad del siglo XIX.
Los artículos sobre los gitanos, publicados en estos periódicos y revistas, trataban a menudo sobre
la historia, el origen y la migración de los gitanos. En 1867 el Hazánk s a külföld, por ejemplo, dedicó
a este tema un artículo de gran extensión, publicado en dos partes. Según el texto ilustrado con los

16
La mayoría de los artículos relacionados con España que encontré en este periódico durante mis
investigaciones no contiene información acerca de los gitanos de allí. He aquí una lista de los artículos de temas
españoles: Edvi Illés, Pál (1857). Karácson ünnepe (La festividad de la Navidad). Vasárnapi Ujság, 20 de
diciembre. 561-562.; Bikaviadal Madridban (Corrida de toros en Madrid). Vasárnapi Ujság, 25 de septiembre de
1864. 39.; Spanyolországi vázlatok (Esbozos sobre España). 1-3. Vasárnapi Ujság, 3 de febrero de 1867. 52. 10
de febrero de 1867. 63-64. y 17 de febrero de 1867. 76.; Spanyolországi képek (Imágenes de España). III. Egy
akademia (Una academia). Vasárnapi Ujság, 29 de septiembre de 1867. 480.; Spanyolországi képek (Imágenes
de España). IV. Alamizsnás temetés (Funeral con limosna). Vasárnapi Ujság, 13 de octubre de 1867. 506.; K. F.
(1868). Spanyol tánczosok (Bailarines españoles). Vasárnapi Ujság, 5 de julio de 1868. 320-321.; Kiss, Elek
(1868). Spanyolország és a spanyolok (España y los españoles). I-II. Vasárnapi Ujság 25 de octubre de 1868.
510-511., y Vasárnapi Ujság 1 de noviembre de 1868. 522-524.; A spanyol királynő menekülése (La huída de la
reina española). Vasárnapi Ujság, 25 de octubre de 1868. 514.; Vallás-szabadsági mozgalmak Spanyolországban
(Movimientos por el ejercicio libre de la religión en España). Vasárnapi Ujság, 15 de noviembre de 1868. 549.;
A spanyol népről (Acerca del pueblo español). Vasárnapi Ujság, 15 de noviembre de 1868. 551-552.; Toledo.
Vasárnapi Ujság, 5 de mayo de 1872. 220-221.; Egy trónkövetelő (Un pretendiente al trono) (Don Carlos).
Vasárnapi Ujság, 26 de mayo de 1872. 251-252.; Sámi, Lajos (1872).Barcelona. Vasárnapi Ujság 16 de
junio.296.; Sámi, Lajos (1872). Cordova. Vasárnapi Ujság, 23 de junio, 308.; Sámi, Lajos (1872). Don Karlos
hivei (Los partidarios de Don Carlos). Vasárnapi Ujság, 14 de julio. 348.; Sámi, Lajos (1872). Az Escorial (El
Escorial). Vasárnapi Ujság, 20 de octubre. 518.; Bikaviadal Sevillában (Corrida de toros en Sevilla). Vasárnapi
Ujság, 25 de enero de 1874. 52-53.; Spanyol csempészek (Contrabandistas españoles). Vasárnapi Ujság, 20 de
diciembre de 1874. 818.; Egy régi spanyol kisváros (Una antigua pequeña ciudad española) (Albacete).
Vasárnapi Ujság, 12 de diciembre de 1875. 791-792.; Képek Spanyolországból. Gustav Doré rajzai (Imágenes
de España. Dibujos de Gustav Doré). Vasárnapi Ujság, 12 de septiembre de 1880. 54.; Spanyol postakocsik
(Diligencias españolas). Vasárnapi Ujság, 4 de julio de 1880. 163-165.; Mária Krisztina, Spanyolország regens-
királynéja (María Cristina, la regente de España). Vasárnapi Ujság, 24 de enero de 1886. 49-50.; Spanyol
konyha (Cocina española). Vasárnapi Ujság, 4 de julio de 1886. 438-439.; „Deli”: Spanyolországi levelek egy
tekintetes úrhoz (“Deli” Cartas de España a un señor notable) I-III. Vasárnapi Ujság, 6 de febrero de 1898. 89-
91., Vasárnapi Ujság, 3 de abril de 1898. 224-227., Vasárnapi Ujság, 17 de abril de 1898. 258-262. etc.
dibujos de Doré, el artista francés antes mencionado, en Inglaterra introdujeron medidas rigurosas,
incluso crueles, contra ellos y

lo mismo tuvo que pasar en España también, adonde se dirigieron muchos de ellos gracias a la
acogida cordial de la cual abusaron con las estafas y robos que efectuaban en grupos organizados.
Aunque el gobierno y el pueblo deseaba expulsarlos del país, ellos al final se quedaron, porque
según decía la orden todos los que no fueran cristianos se debían marchar del país. Tras esto,
700.000 judíos y moros abandonaron el país, sin embargo, los gitanos se hacían pasar en seguida
por cristianos y por eso no solamente fueron tolerados, sino que también se acabó su persecución y
el poder del Estado solamente ejercía medidas contra ellos en caso de violación del orden público
(Remellay, 1867:588).

En uno de los artículos de Vasárnapi Ujság del año 1878 podemos encontrar un resumen semejante
con el título “A czigányok eredete és vándorlása” (El origen y las andanzas de los gitanos). Su autor,
apoyándose en las crónicas medievales alemanas, data su aparición en Europa a partir del año 1417.
Según los datos de los cuales él disponía, llegaron desde Anatolia a través de Grecia, y en cuanto a su
origen, son descendientes de músicos y cantantes indios (dzsatt) que vivían en Persia. Firdauszí, en su
epopeya titulada Sahnáme, ya hizo referencia a ellos. Sus jefes supremos a principios del siglo XV
eran los “duques del Egipto Menor” Andrés y Miguel, rodeados de jefes de clan, y poseían ropa y
armas de origen tunesí y damasquino. Estos gitanos, que según el autor del artículo eran “nuestros
gitanos oláh”, aparecieron en las ciudades hanseáticas como “peregrinos” con el permiso del
emperador Segismundo. Más tarde también aparecieron en otras partes de Europa, incluso acudieron
al papa Martín V, quien les concedió su apoyo (“A czigányok eredete...”, 1868:744).
Después se dirigieron de Oeste a Este, pero tras la invasión de los turcos de nuevo se volvieron
hacia el Oeste; según los datos del artículo, llegaron a España (al igual que en el caso de Francia)
después de 1430 bajo el liderazgo de su monarca, llamado Zindl. Según el autor las mujeres
mayoritariamente se dedicaban al vaticinio y los hombres gitanos “si tienen buena suerte son
excelentes músicos, herreros y domadores de caballos […]” (746).
En los periódicos, aparte de las descripciones históricas – al igual que en los libros de viajes –,
podemos encontrar varios textos y dibujos que presentan la vida cotidiana de los gitanos de Sevilla y
Granada. El pariódico Vasárnapi Ujság publicó un artículo extenso en 1867 sobre la fábrica de tabaco
de Sevilla y sobre la población gitana de la ciudad, con el título “Spanyolországi képek” (Imágenes de
España). Las ilustraciones del artículo proceden de Doré. Según el autor en la fábrica de tabaco
fundada a mediados del siglo XVIII existen diferentes clases, donde la mayoría de los trabajadores son
chicas y mujeres, que pueden empezar a trabajar a partir de los 13 años de edad. “La elaboración del
papel de puro sobre todo fue tarea de las gitanas” – dice el artículo y el autor destaca que uno de los
grabados de Doré justamente representa a estas gitanas. Su vestimenta consta de “camisa y vestido
[…], apenas llevan medias, sin embargo, a menudo adornan su peinado con viola, dalia o con alguna
otra flor” (“Spanyolországi képek”, 1867:468). En la segunda parte del artículo se explica que la
mayoría de las trabajadoras gitanas de la fábrica vive en el barrio de Triana de Sevilla, que cuenta con
unos 13 mil habitantes aproximadamente. También se menciona que el barrio de Triana es sucio y los
gitanos que viven allí son pobres:

Los gitanos aquí también son solo gitanos, lo que yo creo que en cualquier parte del mundo
significa que son pobres. Sus mujeres e hijas trabajan en las fábricas de tabaco, bailan, predicen el
porvenir, venden morcilla y churros, y trafican con todo tipo de objetos pequeños. En Sevilla, del
mismo modo que en todos lados, forman una clase despreciada por los españoles y que
frecuentemente es objeto de burlas (469).

Menciona también que se dedican al robo y que sus prácticas de brujería son populares entre los
españoles supersticiosos. Tras el ejemplo de Davillier hasta evoca unas maldiciones gitanas. El
escritor del artículo describe detalladamente sus costumbres funerarias y este tema también viene
ilustrado. Citando de su obra, el escritor que usaba las iniciales K. F. describió los bailes de Triana y
Macarena, destacando los bailes fervorosos y las canciones graciosas de los gitanos: “Aquella chica
que quiera ser amada con fuego y pasión tiene que buscar amante en Macarena y si lo ha encontrado
ya tiene lo que quería. (“Spanyolországi képek”, 1867:515). Este es uno de los artículos de la revista
Vasárnapi Ujság que detalla los bailes de las diferentes ciudades andaluzas junto con sus orígenes y
sus pasos. Al autor no se le olvida mencionar en ninguno de sus textos relacionados con este tema lo
importante que es el baile en la vida cotidiana de los españoles. Además de esto, había artículos sobre
las comidas y bebidas que se consumen en los descansos de los bailes. que “eran pobres, consistiendo
únicamente en pan, sardinas y pescado frito. Vino y aguardiente había bastante, aunque los españoles
son parcos en el beber” (515).
En el año 1878 el Vasárnapi Ujság publicó de nuevo un dibujo de Doré con el título “Czigány
leány toiletteje” (La vestimenta de una gitana), en el cual podemos observar cómo era la vestimenta
típica de las andaluzas. En el cuadro se ven dos mujeres, una mayor y una más joven, descalzas, con
faldas de vuelo y el pelo largo. Ambas llevan pendientes (la mayor lleva un aro de gran tamaño) y la
joven tiene una pandereta en las manos (“Doré spanyolországi rajzaiból”, 1878:792).
En 1880 uno de los dibujos de la crónica titulada “Képek Spanyolországból” (Imágenes desde
España) representa el barrio gitano de Granada, llamado Sacromonte. 17 La descripción del barrio
Albaicín de Granada ya se había publicado en 1856, formando parte de la serie de artículos dedicada a
la presentación de ciudades españolas en el periódico Családi Lapok.18 El autor de aquel artículo
escribió:

Mientras la parte occidental de Granada se expande por la llanura, la parte oriental llega hasta el
valle del Darro. En su orilla derecha se construyó un barrio nuevo llamado Albaicín, para los
árabes de Baeza y Antequera, que ahora es el suburbio gitano con ruinas y chozas de barro. Barrio,
que antes era residencia de 10,000 familias de caballeros nobles (“Granada”, 1856:194).

Al cuadro publicado en 1880 también pertenece un texto, cuyo autor explica que existen muchos
rasgos comunes entre los gitanos de Hungría y de los de España.

Hungría y España hoy en día ya prácticamente son sus patrias. Gitanos se encuentran en todas
partes de Europa, pero en grandes cantidades y conservando sus características originarias
solamente se hallan en estos dos países. Existen muchos rasgos comunes entre los gitanos de estos
dos países: remiendo de calderas, tambura (en vez de violín) y vaticinio – además de apropiarse de
bienes ajenos son las características de los gitanos españoles, parte de ellos es itinerante, mientras
otros viven en chozas, como los nuestros (“Képek...”, 1880:54).

El autor opina así acerca de las viviendas troglodíticas presentadas en el grabado de Doré:

La ciudad entera consiste en cuevas cavadas en la roca. Cada cueva forma una habitación única, en
la cual vive la familia entera que a veces cuenta con más de diez personas. Consta de dos
aperturas: una de ellas es la puerta, tapada por un par de maderas, y la otra es la chimenea, ya que
la habitación al mismo tiempo sirve de cocina también. Los enseres naturalmente son muy
simples. Unas banquetas y una mesa elaborada a partir de una madera de gran tamaño y sin pintar
son suficientes. Cocina también hay poca, ya que mayoritariamente cocinan en el suelo, donde al
mismo tiempo también duermen. La habitación sirve como gallinero o pocilga también, donde los
gitanillos desnudos pasan el rato jugando con las gallinas y donde a veces están presentes los
sucios cerdos también. La “casa” no tiene un patio como tal. Las entradas a las cuevas cavadas
unas al lado de otras no están separadas o, si lo están, es una chapuza. Es un espacio común para
paseos y charlas para ellos, donde toman el sol durante horas. Sin embargo, a pesar de la suciedad

17
Czigánytelep Granadában (Barrio gitano en Granada). Vasárnapi Ujság, 25 de enero de 1880. 52.
18
Egy magyar utazó naplójából (Fragmentos del diario de un viajero húngaro): Barcelona. Családi Lapok, 15 de
octubre de 1855. 314-320.; Granada. Családi Lapok, 15 de marzo de 1856. 193-200., 31 de marzo. 245-252.;
Burgos, a hősök városa (Burgos, ciudad de los héroes). Családi Lapok, 9 de octubre de 1856. 925-932., 16 de
octubre. 954-957.
y de la presencia de los animales, que rodean a los gitanos a menudo, acuden allí damas nobles
para escuchar las predicciones de las gitanas viejas, y viajeros extranjeros que quieren contemplar
las características de la famosa “ciudad gitana” (54).

A finales del siglo la representación de los gitanos se convirtió en uno de los temas predilectos de
la pintura romántica tanto en el extranjero como en Hungría. En 1891 el Vasárnapi Újság presentó la
pinacoteca de un colegio de mujeres de Inglaterra, el Instituto Holloway. Junto con el artículo venían
algunas ilustraciones también, entre ellas el cuadro del pintor inglés Long Edwin 19 titulado The
Supplicants. The Expulsion of the Gypsies from Spain 20 (La delegación suplicante de los gitanos
delante del rey Felipe III). Así evoca el periodista los pensamientos del pintor sobre el cuadro:

El asunto de los suplicantes (título original del cuadro) lo encontré en los documentos de Pacheo,
que fueron conservados por el Archivo General de Simancas. Antiguamente fue secretario de la
Santa Inquisición. Pasó entonces que un monarca débil, Felipe III, influenciado por el clero y
sobre todo por el cardenal Gonzales, quería expulsar del país a los gitanos. Los gitanos españoles
siempre fueron considerados como una raza degenerada; en esa época estaban bajo excomunión y
les estaba prohibido ir a la iglesia. Probablemente se habría producido la expulsión al igual que en
el caso de los judíos; pero fue detenida gracias a la aparición de la modesta delegación,
representada en el cuadro. Llegaron a Valladolid justo cuando el rey y el cardenal bajaban por las
escaleras de la Santa Annunciata y la petición de la reina joven, cuyo retrato se puede contemplar
en el pasillo […] (“A Holloway...”, 1891:420).

El escritor del artículo añade que el pintor, para preparar su obra se inspiró de los retratos históricos
de la pinacoteca de Madrid, “y los retratos de los gitanos se basaron en personas reales de Granada en
1871, que probablemente eran descendientes directos de los suplicantes antiguos” (423). Cabe
mencionar, como curiosidad, que aparte de los cuadros con tema oriental y bíblico, Edwin Long, que
viajó varias veces a Hispania, pintó varios otros cuadros de género con tema español además de su
cuadro publicado en el Vasárnapi Ujság. Por ejemplo, en su óleo titulado A Spanish Flower Seller se
puede ver una florista gitana. 21 Entre los artistas húngaros podemos mencionar los cuadros sobre
gitanos de Géza Mészöly, por ejemplo, su obra titulada Vándorcigányok (Gitanos itinerantes).22
El Vasárnapi Ujság en 1898 publicó cartas de viajes en cuatro partes con el título “Spanyolországi
levelek egy tekintetes úrhoz” (Cartas de España a un señor) escritas por un tal “Deli”. En la última
parte, donde el autor resume sus vivencias en Sevilla, menciona que, al igual que otros viajeros, él
también había visitado el barrio de Triana, donde vivían muchos gitanos por aquel entonces, aunque su
compañero alemán no se lo recomendaba:

Dijo entonces el alemán que en su libro de viajes había leído que los gitanos de Triana son
interesantes, pero que un extranjero sin guía no se metiese entre ellos. Al final convencí al pintor
de que su compatriota no tenía razón y de que los libros de viajes solo sirven para que el viajero
haga justo lo contrario de lo que en ellos recomiendan, y se vino conmigo. Un buen policía nos
llevó a la casa de un músico gitano, era tan cordial como si hubiese estado en mi país. Nos

19
Edwin Long (Edwin Longsden Long) vivió entre 1829-1891. Visitó España por primera vez en 1857 y volvió
en tres ocasiones. Su biografía escrita por Paul Ripley y sus cuadros pueden verse en:
https://www.artrenewal.org/Artist/Index/828, fecha de consulta: 12-08-2018.
20
El óleo sobre lienzo del año 1872 se encuentra en el Instituto Holloway (Surrey, Royal Holloway and Bedford
New College), número de referencia: RHC79782. Tamaño: 287 x 183 cm. Véase en color:
http://www.myartprints.com/kunst/edwin_long/supplicants_expulsion_gypsies_hi.jpg, fecha de consulta: 12-08-
2018.
21
https://www.1st-art-gallery.com/Edwin-Longsden-Long/A-Spanish-Flower-Seller.html , fecha de consulta:
12-08-2018.
22
http://www.magyarvagyok.hu/galeria/hiressegek/4832-Meszoly-Geza/11461-Vandorciganyok.html, fecha de
consulta: 12-08-2018.
condujeron a una choza donde había dos gitanas fumando puros y un gitano viejo quejándose.
Después nos enteramos de que quería vino. La choza tenía un patio agradable, con flores en las
ventanas y con gatos perezosos en la banqueta. En seguida entendieron nuestro objetivo, y nos
invitaron a sentarnos. En apenas diez minutos aparecieron tres mozos gitanos junto con dos mozas
no muy encantadoras. De los mozos cantaba el del centro mientras los otros dos daban el ritmo con
las manos, cantando primero canciones españolas y árabes, después gitanas. Las chicas primero
bailaban danza del vientre y después fandango. Mientras, el gitano viejo trajo vino, del cual sobre
todo bebían las dos señoras, lo que conllevó su embriaguez, y se pusieron a bailar. Ojalá
hubiésemos podido separar el baile y las dos brujas, ¡porque bailaban de maravilla! Es fácil
disfrutar del canto angelical de una mujer cacatúa, ya que puedes cerrar los ojos. ¿Pero cómo
disfrutarían los ojos del baile al estar cerrados? En breves estaba ya bailando la casa entera y la
calle se llenó de los niños gitanos de los alrededores. Nos pareció buena idea marcharnos. En
cuanto salimos a la calle, al alemán le pareció buena idea tirar monedas entre los gitanillos. ¡Ay de
nosotros, porque lo que vino después, parecía el calvario! Caminamos durante media hora, y detrás
de nosotros al menos 300 gitanillos, todos pidiendo, chillando, amenazándonos con piedras. La
gente por las calles encontraba graciosa la situación. El pintor al principio quería librarse tirando
lejos algunas monedillas, detrás salieron diez corriendo, pero muchos más aparecieron en su sitio
enseguida. Yo durante un tiempo me libré con cacahuetes, pero después aguanté en silencio los
acontecimientos. No estuve mucho tiempo meditando así porque cogimos unos carros y salimos de
allí como héroes. Lo cierto es que en este caso al final el libro alemán tenía razón (Deli,
1898:278).

6. El grado de realidad en las descripciones de viajes

Los textos húngaros antes mencionados, tomados como obras separadas, solamente nos
proporcionan una imagen fragmentada de los gitanos de España, sin embargo, juntando los fragmentos
de diferentes tamaños, se desdobla una visión variada y mosaica sobre su cultura, sus costumbres y su
vestimenta en el siglo XIX. Casi todos nuestros viajeros cogieron el tren o barco para visitar la
Península Ibérica tras una preparación profunda con ayuda de las anteriores descripciones de viajes
extranjeras (sobre todo alemanas y francesas) o húngaras. Si nos imaginamos sus rutas en el mapa, nos
llama la atención que, pese a tratarse de distintas épocas, los diferentes viajeros recorrieron los
mismos sitios. A España sobre todo llegaron desde el norte, a través de una ruta terrestre, pero a veces
en barco también, como Ferenc Hopp. Además de visitar las ciudades de Barcelona, Madrid, El
Escorial y Toledo, se interesaron por los paisajes y ciudades de Andalucía también. Salvo la historia
antes citada de Flóra Majthényi sobre su encuentro con la gitana de Barcelona, todos los demás
viajeros se encontraron con gitanos en ciudades andaluzas. La feria y la fábrica de tabaco de Sevilla,
las corridas de toros de Córdoba, los alrededores de la Alhambra y el barrio del Albaicín de Granada
eran los lugares donde los autores húngaros de los relatos de viajes adquirían sus experiencias sobre
los gitanos. Estos encuentros, que tuvieron lugar en las ferias, las corridas de toros o incluso cerca de
alguna atracción turística no proporcionaban una base suficiente para que los viajeros pudiesen
conocer a fondo a los gitanos de allí. Ni siquiera hace falta mencionar los problemas lingüísticos, pues
la gran mayoría de nuestros viajeros no hablaba español y menos algún idioma gitano.
Por consiguiente, sus informes se limitaron únicamente a las descripciones de los gitanos
limosneros o videntes que rondaban a los turistas, de la belleza y alegría de las gitanas de la fábrica de
tabaco y de la música y los bailes gitanos. Es importante destacar además que muchos de ellos
afirmaron que no se habían encontrado con ladrones (ni gitanos ni otros) en ninguna parte de España y
recalcaron que la seguridad pública española era ejemplar. Sin embargo, estas descripciones, al ser tan
fragmentadas, no representan fielmente y en su totalidad a la comunidad gitana de la España de la
época. Se pueden utilizar como datos parciales siendo fuentes de historia, de cultura y de antropología,
pero hay que reflexionar sobre el grado de fiabilidad de estas descripciones mosaicas, que son
interesantes y variadas en su singularidad.
A lo largo del siglo XIX se escribieron varias obras abarcadoras sobre los gitanos de España que
podrían ayudar a resolver la cuestión. La obra más citada de estos libros es del difusor de biblias,
George Henry Borrow, que fue publicada en dos tomos y que se titula The Zincali – An Account of the
Gypsies of Spain. La primera frase del libro dice: “Durante toda mi vida me interesaron mucho los
gitanos” (Borrow, 1841). Por esta misma razón el autor pasó cinco años en España, donde tuvo la
oportunidad de observar el modo de vivir de los gitanos de allí gracias a sus conocimientos
geográficos y lingüísticos. Ya en la introducción de su libro enfatiza la importancia de este modo
directo de adquirir experiencias porque para poder conocer su idioma, su poesía, su música no es
suficiente leer libros escritos sobre ellos, y menos se pueden conocer a través de obras de teatro y de
literatura, donde en la mayoría de los casos su vida viene representada de una manera romántica, que
poco tiene que ver con la realidad. Al cabo de dos años, su libro fue publicado en Estados Unidos
también y algunos fragmentos fueron traducidos al francés y al ruso. (Esto parece lógico, al tener
capítulos dedicados no solamente a los gitanos de España, sino también a los de Rusia, Moldavia,
Hungría, Inglaterra y Asia.) Recopila la historia de los gitanos españoles con la ayuda de las antiguas
fuentes escritas nacionales. Habla sobre las andanzas del pueblo gitano por Hispania, sobre los detalles
de su historia, sobre sus profesiones, sus actividades vaticinadoras y quirománticas, sobre su uso de
nombres y de idiomas, sobre la formación de los barrios gitanos de las ciudades, sobre el aspecto de
los hombres y mujeres y su vestimenta, sobre la jurisdicción relacionada con ellos y sobre las medidas
de los diferentes reyes españoles que afectaban a los gitanos. En el segundo tomo de su libro describe
detalladamente los diferentes grupos que viven a lo largo de España, destacando que a pesar de que, en
Andalucía, y más en concreto en Granada y en Sevilla, es donde se encuentran los grupos más
numerosos, no se puede decir que este sea el sitio donde mejor conservan su lengua y sus costumbres.
Según sus datos en los años cuarenta del siglo XIX vivían aproximadamente 40.000 gitanos en
España, y Borrow afirma que este número anteriormente había sido más elevado aún, llegando a los
60.000 al principio del siglo. La obra del escritor inglés se hace más interesante y valiosa por el hecho
de publicar muchas de sus charlas con los gitanos, presenta sus poemas y canciones además de dedicar
varios subcapítulos a su uso del idioma, documentado con glosarios detallados. Aunque los expertos
húngaros podían conocer su libro (Tipray, 1877:373-386), no pude demostrar su influencia en Hungría
a través de las fuentes examinadas por mí. No obstante, sus datos coinciden con los detalles de los
textos húngaros.
En aquel siglo otro escritor inglés, Sir Richard F. Burton (explorador, cónsul en Trieste), decidió
escribir la historia completa de las andanzas y el asentamiento de los gitanos. Aunque no llegó nunca a
finalizar su obra, logró completar la parte dedicada a la historia de los gitanos españoles (además de la
de los húngaros). Los capítulos terminados del libro titulado The Gypsy in Europe se publicaron en
1898. Según su opinión los gitanos españoles, o los flamencos, como también los llamaban
despectivamente, probablemente habían llegado a Andalucía a lo largo del primer tercio del siglo XV
con los flamencos (de ahí el nombre). Burton escribe con detalle también sobre sus derechos y su
historia y, al igual que Borrow, afirma que la raza gitana claramente está presente en la población
andaluza. Especifica los castigos que sufrieron y las medidas con las que los monarcas españoles
intentaron regular a los gitanos nómadas en la temprana Edad Moderna. Durante algún período incluso
llegaron a prohibirles el uso de su vestimenta típica y de su idioma, e incluso fueron perseguidos por la
inquisición española por sus prácticas de magia y quiromancia y por el uso de pociones. (Burton,
1898:270-273). Burton escribe sobre su situación dentro del país, y afirma que la mayoría se había
establecido en Andalucía, aunque en varias ciudades del norte también se encontraban algunos.
Describe las profesiones más frecuentes que ejercían, categorizadas por su ubicación geográfica. Entre
ellas destaca el grupo de los chalanes y de los toreros, y en el caso de las mujeres, entre otras,
menciona a las que preparaban morcillas de sangre y buñuelos en los mesones, las vaticinadoras y las
intérpretes de sueños (275). En la descripción de su aspecto físico recalca la belleza de los gitanos
jóvenes, con sus ojos negros y pelo rizado, su figura garbosa y su postura ligera. Al igual que Borrow,
él también dedicó muchas líneas a sus ojos fogosos que según él revelan grandes pasiones, brillan, e
incluso afirma que “una luz fluorescente” brilla en ellos. Habla sobre su vestimenta de colores que a lo
largo de los siglos mantuvo las características de la vestimenta hindú, que además fue ampliada con
prendas prestadas de los moros de España. Burton, al contrario de lo que se refleja en uno de los
artículos escritos en 1880 en el Vasárnapi Ujság23, afirma que los gitanos españoles, a diferencia de
los gitanos húngaros, ya no se caracterizan por su vieja costumbre de la migración ni por el robo (278-
279). Menciona además sus bailes acompañados por guitarras y castañuelas, las canciones que se
aprenden de oído y se transmiten de generación en generación a través de la tradición oral y que se
extendieron por toda España y se volvieron muy populares. Burton dice que las “canciones flamencas”
están presentes constantemente en los mercados, las ferias y cafeterías de Andalucía y las cantan
muchos sastres, barberos y otras personas en Sevilla que no llevan ni gota de sangre gitana en sus
venas (280-281).
La obra de este escritor inglés apoya numerosos detalles de lo que los autores húngaros describían
sobre los gitanos de España en sus relatos de viajes. Del mismo modo el libro científico escrito en
húngaro con el título A jelenkori Spanyolország (La España actual) refuerza los informes de los
húngaros y el valor de las descripciones de autores extranjeros tomadas por los periódicos. Altmann,
su autor, escribió que la comunidad gitana del sur de España, que mayoritariamente vivían alrededor
de Sevilla y Granada, constaban de 40 mil personas aproximadamente. Acerca de sus profesiones dice:

Los hombres se ganan el pan diario con el comercio de caballos y mulas mientras que las mujeres
con el vaticinio, el baile, la mendicación y el robo. En las cafeterías y restaurantes de Madrid y de
otras ciudades sus espectáculos presentados por instrumentos de cuerda siempre tenían gran
público (Altmann, 1911:47).

Describe detalladamente las cuevas de los gitanos del Albaicín de Granada, destacando que estas
viviendas tan peculiares son verdaderas atracciones, donde los visitantes pueden hallar gitanas
bailando, adivinas gitanas y música alegre, por lo tanto, no pueden faltar de la ruta de ningún viajero.
Al igual que otros informes, él también menciona que muchos que viven allí mendigan, aunque no hay
que temer actos violentos porque “el rey gitano y los policías también cuidan el orden […]” (48).
Naturalmente el contenido de los relatos de viajes de los húngaros se podría cotejar con otros
trabajos científicos más recientes escritos sobre la historia de los gitanos. Acerca de su historia, de sus
andanzas, de su llegada a España Donald Kenrick escribió detalladamente. Fue Bernard Lebron, entre
otros, quien escribió una obra analítica sobre la evolución del flamenco. La obra de Pál Nagy titulada
„Fáraó népe”. A magyarországi cigányok korai története (14-17. század) (“El pueblo del faraón”. La
historia temprana de los gitanos húngaros. Siglo 14-17) también puede ser interesante para cotejar, ya
que dice que las fuentes antiguas húngaras mencionan músicos, chalanes, vaticinadores y curanderos
entre los gitanos húngaros. A lo largo de mis investigaciones utilicé la obra de Sándor Hegedűs
titulada Cigány kronológia (Cronología gitana) y la obra titulada Cigányok (Gitanos) de Miklós
György Száraz para precisar algunos datos. 24

Epílogo

En este estudio he intentado hacer un repaso sobre la representación de los gitanos españoles en
Hungría en el siglo XIX de una manera cronológica y organizada alrededor de grupos temáticos. Una
parte de las fuentes impresas húngaras (la mitad de los libros de viajes y los artículos periodísticos) fue
escrita por aquellos compatriotas que a lo largo de sus viajes por la Península Ibérica tuvieron la
ocasión de encontrarse con gitanos de Sevilla o de Granada. A partir de sus informes obtenemos una
imagen fragmentada, pero al mismo tiempo muy viva, de esta población. La otra mitad de las obras
23
Se trata del artículo “Képek Spanyolországból”. Vasárnapi Ujság, 25 de enero de 1880. 54.
24
Kenrick, Donald (2005). Cigányok: a Gangesztől a Dunáig és a Temzéig. Budapest: Pont Kiadó.; Leblon,
Bernard (2003). Gypsies and Flamenco. Hatfield: University of Hertfordshire Press.; Nagy, Pál (2004). Fáraó
népe. En: A magyarországi cigányok korai története (14-17. század). Pécs: PTE–BTK Romológia és
Nevelésszociológia Tanszék. 71-85.; Hegedűs, Sándor (2000). Cigány kronológia. Piliscsaba: Konsept-H
Kiadó.; Száraz, Miklós György (2007). Cigányok. Európa indiánjai. Budapest:Helikon.
recopiladas consistía en obras extranjeras, sobre todo de Davillier, que presentaban el modo de vivir,
los bailes y la vestimenta de los gitanos de España, ilustrados con los dibujos de Doré. A finales del
siglo XIX el público húngaro culto disponía de varias lecturas para poder profundizar sus
conocimientos sobre España. En las obras que trataban sobre los gitanos de allí frecuentemente fueron
comparados con los gitanos de Hungría, al descubrir semejanzas entre los grupos de estos dos países
lejanos.
Por esta razón, el análisis adicional de las fuentes aquí presentadas no solo conllevaría un mejor
conocimiento de la historia de los gitanos españoles, sino que también podría contribuir al
conocimiento más profundo del modo de pensar húngaro relacionado con los gitanos.

Referencias bibliográficas

Altmann, István (1911). A jelenkori Spanyolország. Budapest: Franklin.


Anderle, Ádám (1992). Kalandozók és zarándokok. Magyar témák a középkori spanyol történelemben.
Szeged.
Anderle, Ádám (2006). A magyar-spanyol kapcsolatok ezer éve. Szeged: Egyetemi Kiadó – Juhász
Gyula Felsőoktatási Kiadó.
Borrow, George Henry (1841). The Zincali – An Account of the Gypsies of Spain. With an original
collection of their songs and poetry, and a copious dictionary of their language. 2 vol. London.
Sir Burton, Richard F. (1898). The Jew, the Gypsy and El Islam. Chicago – New York: Herbert S.
Stone & Company.
Díez Coderque, Belén (2007). Don Quijote y los viajeros románticos: de la imagen al espejismo.
Artifara 7. Asequible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2315139, fecha de
consulta: 10-08- 2018.
Hopp, Ferenc (1898). Téli útazás a Földközi-tenger körűl fekvő országokban. Földrajzi Közlemények,
26. 11-25.
Majthényi, Flóra (1900). Spanyolországi képek. Budapest: Cs. és Kir. udvari Könyvkereskedés.
Mercadal, J. García (1962). Viajes de extranjeros por España y Portugal, Madrid: Aguilar.
Remellay, Gusztáv (1867). A cigányok bevonulása hazánkba s Európa egyéb tartományaiba II.
Hazánk s a külföld, 5 de septiembre. 588.
Szauder, József (1972). Tizenhetedik századi magyar utazó Spanyolországban. Szeged: JATE.
Tipray, Tivadar (1877). Adalékok a czigányokról szóló irodalomról. Magyar Könyvszemle, 2. 373-
386.
Zádori, János (1869). Spanyol út 1868. Pest: Athenaeum.

Vasárnapi Ujság
K–s F–s (1867). Spanyolországi képek. I. A sevillai dohánygyár. II. Sevilla czigányai. 22 de
septiembre de 1867. 468-469.
A czigányok eredete és vándorlása. 24 de noviembre de 1878. 743-746.
Doré spanyolországi rajzaiból. 15 de diciembre de 1878. 792.
Képek Spanyolországból. 25 de enero de 1880. 54.
A Holloway-Intézet. 28 de junio de 1891. 423.
„Deli” (1898). Spanyolországi levelek egy tekintetes úrhoz IV. 24 de abril. 278.

You might also like