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FALLO :

“Astorga Bracht Sergio y otro


v. Comfer -decreto 310/1998
s/ amparo ley 16.986” (Fallos
327:4185,
del 14/10/2004).
El Alto Tribunal aludió por primera vez
a la “tutela administrativa efectiva” en la
causa“Astorga Bracht Sergio y otro v.
Comfer -decreto 310/1998 s/
El actor, en las distintas instancias
judiciales, había solicitado que se
declarara la inconstitucionalidad de la
Resolución N° 16/1999 del COMFER,
por la
cual se aprobara el pliego de bases y
condiciones para la adjudicación de
algunas estaciones de radiodifusión de
frecuencia modulada. Contenía dicho
pliego un artículo por el que imponía a
los solicitantes que acompañaran a su
presentación un escrito de desistimiento
expreso, de manera total e
incondicional, de todos los recursos
administrativos y judiciales que se
hubieran interpuesto contra las
disposiciones legales y reglamentarias
para el
FALLO :
“Astorga Bracht Sergio y otro
v. Comfer -decreto 310/1998
s/ amparo ley 16.986” (Fallos
327:4185,
del 14/10/2004).
El Alto Tribunal aludió por primera vez
a la “tutela administrativa efectiva” en la
causa“Astorga Bracht Sergio y otro v.
Comfer -decreto 310/1998 s/
El actor, en las distintas instancias
judiciales, había solicitado que se
declarara la inconstitucionalidad de la
Resolución N° 16/1999 del COMFER,
por la
cual se aprobara el pliego de bases y
condiciones para la adjudicación de
algunas estaciones de radiodifusión de
frecuencia modulada. Contenía dicho
pliego un artículo por el que imponía a
los solicitantes que acompañaran a su
presentación un escrito de desistimiento
expreso, de manera total e
incondicional, de todos los recursos
administrativos y judiciales que se
hubieran interpuesto contra las
disposiciones legales y reglamentarias
para el
FALLO :
“Astorga Bracht Sergio y otro
v. Comfer -decreto 310/1998
s/ amparo ley 16.986” (Fallos
327:4185,
del 14/10/2004).
El Alto Tribunal aludió por primera vez
a la “tutela administrativa efectiva” en la
causa“Astorga Bracht Sergio y otro v.
Comfer -decreto 310/1998 s/
FALLO :
“Astorga Bracht Sergio y otro
v. Comfer -decreto 310/1998
s/ amparo ley 16.986” (Fallos
327:4185,
del 14/10/2004).
El Alto Tribunal aludió por primera vez
a la “tutela administrativa efectiva” en la
causa“Astorga Bracht Sergio y otro v.
Comfer -decreto 310/1998 s/
El actor, en las distintas instancias
judiciales, había solicitado que se
declarara la inconstitucionalidad de la
Resolución N° 16/1999 del COMFER,
por la
cual se aprobara el pliego de bases y
condiciones para la adjudicación de
algunas estaciones de radiodifusión de
frecuencia modulada. Contenía dicho
pliego un artículo por el que imponía a
los solicitantes que acompañaran a su
presentación un escrito de desistimiento
expreso, de manera total e
incondicional, de todos los recursos
administrativos y judiciales que se
hubieran interpuesto contra las
disposiciones legales y reglamentarias
para e CONTRATOS ADMINISTRATIVOS

Fallo CINPLAST
Había una licitación de suministros a cargo de la empresa nacional de
telecomunicaciones que derivaba de un contrato ya que una de las partes es
una persona jurídica estatal y su objeto está constituido por un fin público o
propio de la Administración, y contiene explícita o implícitamente cláusulas
exorbitantes del derecho privado. La empresa Cinplast resultó adjudicataria
de la licitación pública, la misma reclamó de Entel la regularización de los
pagos atrasados con referencia a materiales ya que ello le provocaba un
desequilibrio financiero. Invocando el incumplimiento y la mora la empresa
declaró resuelto el contrato y reclamó daños y perjuicios e intereses. Las
tentativas de reanudación fracasaron y Entel dio por rescindido el contrato
formalmente.
El contrato es administrativo:
a. cuando una de las partes intervinientes es una persona jurídica estatal,
b. su objeto es constituido por un fin público propio de la Administración,
c. contiene, explícita o implícitamente, “cláusulas exorbitantes del
derecho privado”. Son cláusulas que si las vemos reflejadas en el
derecho privado (civil o comercial) serían nulas, ilícitas. En cambio, en
el ámbito del derecho administrativo que se caracteriza por la
presencia de un régimen exorbitante, esas cláusulas son
perfectamente posibles, perfectamente válidas. 
Es Decir, según el criterio del tribunal, el contrato es administrativo cuando
celebrado por el estado en ejercicio defunciones públicas y con finalidad de
satisfacer necesidades públicas. Si El contrato reúne estos caracteres
entonces es contrato administrativo su consecuente jurídico es que está
regido por el derecho público.
También establece una excepción, si el contratista acredita debidamente
una razonable imposibilidad de cumplir. Es decir lo que importa radica en la
acreditación. Es decir, el elemento probatorio y para justificar, el contratista
podría invocar fuerza mayor o caso fortuito.

Fallo Meridiano
En el caso Meridiano, donde estaba de por medio la validez de unas
concesiones de servicio público y uso de bienes del dominio público, entre
otras causas por no haberse llamado a licitación pública, según entendía la
accionada (la Administración General de Puertos), la Corte consideró que al
no encontrarse en la normas en juego precepto alguno que fijara al
procedimiento corresponde estarse a la validez del procedimiento de
contratación directa que se había aplicado en la ocasión.
Podrá discutirse en doctrina si el principio que debe regirlas
contrataciones del Estado es la licitación pública o la libre contratación; pero
en función jurisdiccional, ante la tacha de nulidad del acto administrativo por
vicio de forma, a falta de una norma expresa que exija la licitación pública
para elegir el contratante, o sea ante la ausencia de fundamento legal, debe
estarse por la validez del acto. Son de aplicación los actos administrativos,
por analogía, las disposiciones sobre nulidades del Código Civil. PAGINA 44
del pdf. Entonces hay una necesidad de que el Estado para la celebración de
un contrato realice un procedimiento previo.
Según la Corte, fallo meridiano, su jurisprudencia no fue revierta. En este
fallo se establece que el principio general en materia de contratación
administrativa, es la libre elección, por lo tanto el Estado en su pura
discrecionalidad podría contratar con quien quisiera sin la necesidad de
realizar un mecanismo de selección reglada. No fue revertida por la Corte,
pero si por las normas, en el decreto 1023/2001 y 1030/2006, establecen que
el principio general es el mecanismo selección reglada, y dentro de ellos la
licitación si se dan los requisitos establecidos por la norma.

Fallo INGENIERIA OMEGA


En este fallo, la Corte reitera el criterio sostenido en “Mas Consultores”, en
cuanto a la invalidez de las contrataciones que omiten cumplir con las
exigencias legales.
Dicho esto, el Tribunal al analizar la procedencia del enriquecimiento sin
causa explicó que los presupuestos de procedebilidad de la acción de
enriquecimiento sin causa deben ser previstos al incoarse la demanda, así
como también la carga de su prueba corresponde a la actora.
(En lo que respecta a los requisitos y prueba del enriquecimiento sin causa,
son expuestos con más detalle en “Cardiocorp”.)
Primera instancia condenó al Gobierno de la Ciudad a pagar una suma de
dinero por los trabajos, reparaciones y suministros hechos por la actora en el
Hospital Argerich. Los jueces manifestaron que más allá de que el contrato
padezca de vicios en su etapa preparatoria, corresponde que la comuna
pague desde que los trabajos cumplidos por la actora la beneficiaron
configurando el presupuesto del enriquecimiento sin causa a favor del
estado.
La demandada dice que es contradictorio afirmar como hizo el a quo que
la contratación en la que la actora sustentó su pretensión adolecía de vicios,
y no declarar su nulidad. Además se refirió a los vicios del procedimiento de
contratación, ya que la selección debía efectuarse mediante licitación pública
y los funcionarios que intervinieron no tenían competencia para disponer
una contratación directa. Las quejas se referían a la omisión de formas
esenciales para la celebración del contrato.
Corte: la normativa exigía que las contrataciones se hicieran por licitación
pública, sólo en situaciones de emergencia se puede contratar bajo
modalidades distintas teniendo que acreditar esas circunstancias de
emergencia.
¿Qué sucede cuando un contrato administrativo se celebra sin forma y
procedimiento previo?
Establece que, cuando un contrato administrativo es celebrado sin la
forma previa, sin el procedimiento que prevé el ordenamiento jurídico, ese
contrato no va a ser nulo de nulidad absoluta, como dice el art. 14 y ss de la
ley de procedimiento administrativo sino que lo que dice la corte, el contrato
es inexistente. Y cita las categorías del código civil, del acto inexistente
cuando no se celebra con la forma solemne que establece la ley. En
conciencia, si la Corte dice que el contrato es nulo absoluto e insanable, tiene
efectos retroactivos, entonces tiene que restablecerse al estado anterior,
ahora si dice que el contrato es inexistente, quiere decir que nunca existió,
nunca se celebró. 
¿Qué pasa cuando ese contrato estaba en la etapa de ejecución o se realiza
las prestaciones recíprocamente?
En este caso, la Corte lo toma por inexistente, el contratista no tiene
derecho a reclamar el valor de las prestaciones que ya fueron ejecutadas, no
procedería incluso tampoco un reclamo de enriquecimiento sin causa. 

** Reclamos administrativos: son hechos del Administración


RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
Recursos: actos de la administración**

Fallo Motor Once


En este fallo se dijo que la indemnización por responsabilidad por actividad
de administración no incluye lucro cesante. Aquí la revocación de un acto
administrativo (habilitación para expedir combustible) había generado un
perjuicio. La Corte considero que al no haber leyes sobre el tema se debían
aplicar leyes análogas, como la de ley de expropiaciones que establece que la
indemnización no abarca e lucro cesante.
Caso: que “limita la responsabilidad”
Edificio que abajo construyen estación de servicios, que arriba tenía el
resto de los edificios. Se otorgó autorización para esto, pero luego se
consideró que era un riesgo, el código lo modifico y resolvió que no podía
haber estaciones de servicio abajo de un edificio donde hay viviendas.
Como hubo esta modificación, se retiró autorización para actuar como
estación de servicio. En principio Motor Once pide nulidad del acto. Pero la
corte dice que es un acto legítimo porque puede producir daños en
particulares por razones de seguridad. O, sea es legítimo. Pero esta supresión
de derecho no puede hacerse sin compensación económica para quien sufre
agravio.
Primera instancia rechazó la demanda, la segunda confirmó la primera.
Establecieron que el agravio relativo a la indemnización del lucro cesante,
generado por la prohibición de continuar con la comercialización de
combustibles, era admisible, aun cuando no se había acreditado su monto, ya
que el daño se encontraba legalmente comprobado y que debería calcularse
durante el lapso transcurrido entre la efectivizarían del impedimento para
comercialización de combustibles hasta el momento del pronunciamiento
definitivo al efecto.
Contra esto la Municipalidad: se agravió e interpuso recurso de queja por
entenderse que no fue probado el lucro cesante y que el Acto Administrativo
legítimo no produce daño jurídico alguno y también que la actividad lícita del
estado excluye del resarcimiento el rubro de lucro cesante.
Procuradora: la revocación de un acto administrativo regular resulta
legítima “indemnizando los perjuicios que causare a los administrados”, sin
precisar más. Ante la ausencia recurre a principios de leyes análogas de “La
ley de Expropiaciones” 21.499, porque la norma legal típica que autoriza
intromisiones del Estado en la propiedad de los administrados, cada vez que
el interés público las exija y que la materia no podía disciplinarse por las
normas del derecho privado, “porque ante el Estado, actuando conforme a
derecho, fallan todos los preceptos sobre actos ilícitos”, es decir que la
solución sólo puede dilucidarse por principios del derecho público, este caso
y el de la expropiación son “intromisiones estatales autorizadas” y persiguen
una finalidad de interés público.
La corte estableció que el Estado debería indemnizar. Pero no trato lucro
cesante. Entonces va a la Cámara, pero vuelve a la Corte por el alcance del
resarcimiento. La procurada fiscal establece que en el caso no hay norma lo
que se hace es ir en forma análoga a la ley de expropiación que es la más
parecida. Y la aplica al caso. Que dice que si bien se repara la ley emergente
pero no pagara el lucro cesante. La corte tomo esto, se repara daño
emergente NO lucro cesante.

Fallo Mosca:
Caso de actividad ilegitimidad por omisión del Estado (esto planteaba el
particular “omisión del accionar”) un chofer del diario clarín, llevo a
periodistas a un partido de futbol entre Lanús e Independiente. El chofer no
entro, y durante el partido hubo problemas entre barras y esto termino en
actos violentos. Una barra tiro algo para fuera de la cancha, que le dio en el
ojo al chofer que estaba afuera del establecimiento y le produjo una
disminución de la vista. El damnificado MOSCA acciona contra el club, la AFA
y además, contra la provincia de Bs As por omisión de accionar de la policía
bonaerense que no pudo contener la violencia. La corte trata tanto la
provincia, la AFA y el club.
Responsabilidad de la provincia de Bs As: lo que Mosca (chofer) dijo que la
provincia debía responder por omisión de la seguridad. O, sea “omisión en un
servicio”. Lo primero que dice la corte es establecer que la responsabilidad
del Estado en este caso era directa y objetiva.
*Directa: por actuación de los policías.
*Objetiva: no se analiza el dolo ni negligencia de cada policía, sino la falta de
servicio. O, sea debía brindarse servicio que no se brindó.

1) Pero lo que dice la corte después es que no se evalúa de la misma forma


accionar u omisión cuando hay normas específicas. O, sea una cosa es
OMISION: que no realice función, y otra cuando el deber del estado es
genérico e indeterminado. Y este caso lo toma como genérico. Por lo
cual, no debe ser responsable por todos los casos de inseguridad.
Porque si no el Estado debería responder por TODOS los robos que
hubo, es muy genérico. Es decir, se debe ponderar bien jurídico con la
consecuencia.
2) Lo segundo que analiza, si los medios que dispuso el Estado fueron
razonables. O, sea si era el partido y solo había dos policías para
controlar todo sería irrazonable: Pero en este caso era razonable la
cantidad de policías y su distribución.
3) Luego el lazo que une a la víctima con el servicio brindado, de aquí su
generalidad. O, sea no tenía que cuidar a la víctima particularmente.
Sino a la “sociedad”.
4) Y último, previsibilidad del daño: tiene que haber capacidad de prever el
daño que iba a ocurrir en el curso normal y ordinario de las cosas pero
se excede el curso normal y ordinario, o, sea si el daño se hubiera
previsto, el Estado es responsable. Pero en este caso no, o, sea la policía
no podía prever el daño para que no ocurra.
Por todo esto la corte decidió que NO era responsable el Estado.

Cabe destacar que el hecho dañoso había sido previamente resarcido


mediante el régimen laboral especial, por ello la acción de derecho común
presentó un carácter complementario. Los autores materiales del hecho
ilícito nunca fueron identificados.
El máximo tribunal enmarcó la cuestión dentro de las normas del derecho
del consumidor, teniendo a la presente como una relación de consumo, en la
que considera exigible el deber de seguridad previsto en el art. 42 de la
Constitución Nacional. No hay dudas respecto del incumplimiento de las
medidas de seguridad que cabe exigir al organizador de un espectáculo
deportivo, toda vez que el accionar de un grupo de espectadores escapó a
todo control y causó daños a terceros.
Con respecto a la responsabilidad del estado si bien hay un deber de
seguridad, esta no es una garantía absoluta de que los ciudadanos no sufran
ningún perjuicio derivado de la acción de terceros, porque requeriría
previsión extrema y costo extremo para la comunidad. Para que haya
responsabilidad debe: analizarse el grado de previsibilidad del daño; ver la
naturaleza de la actividad y si se dispusieron de los medios para el
cumplimiento del servicio. Conclusión: que no se advierte falta imputable a la
Provincia de Buenos Aires como para comprometer su responsabilidad.

LA CORTE:
Hace lugar a la demanda contra: Club Lanús Y A.F.A y los Condena al pago de
una indemnización. Rechaza la demanda contra Policía Bonaerense por
considerar que en el lugar había suficiente cantidad de efectivos cubriendo el
evento (esto basado en las pruebas, además fue la misma policía quien
auxilió al actor).

SOSTIENE QUE:
● Los daños ocurridos han sido, indudablemente, “En Ocasión del Evento”.
● Se estaba jugando un partido de fútbol y se produjeron desmanes que
ocasionaron el daño.
● El espectáculo fue la ocasión para lanzar los objetos que dañaron al actor.
● Se cumple con el requisito de causalidad.
● El organizador del evento responde por los daños, vinculados al hecho
previsible al momento de organizar el espectáculo. (la violencia en el fútbol
no es un hecho desconocido)

FUNDAMENTOS:
La Corte basa su decisión en la letra del art 42 de la CN, el cual prevé el
Derecho a La Seguridad referido a la Relación de Consumo y abarca tanto a
los contratos como a todos los actos unilaterales de Oferta a sujetos
indeterminados.
● La Seguridad debe ser garantizada desde la etapa Precontractual.
● La Seguridad es un propósito que debe constituir la máxima preocupación
por parte de quienes organizan eventos o espectáculos públicos de cualquier
índole.
● El Deber de Indemnidad abarca a toda Relación de Consumo.
Fallo Jacaranda
RESUMEN: Corte Suprema admitió la indemnización por lucro cesante en una
actividad administrativa legítima. Se estableció que sólo sería posible con una
prueba acabada de su ocurrencia, que sería examinada con criterio
especialmente estricto.

Fallo “JACARANDA c/ ESTADO NACIONAL Hechos: Una sociedad resultó


adjudicataria de una licencia para la explotación de una estación de
radiodifusión sonora por un plazo de 15 años y solicitó la entrega de la
posesión de la emisora, que no se concretó, nunca sucedió. Ante ello, la
adjudicataria obtuvo en sede judicial una condena a establecer la fecha de
entrega, la cual no fue cumplida. Posteriormente en el año 94, el Estado
(P.E), a través de un decreto dejó sin efecto la adjudicación de la emisora y
ordenó fijar la reparación por daño emergente que correspondería a la
adjudicataria de acuerdo al art. 18 de la ley 19.549. Ante ello, la sociedad
promovió demanda de nulidad del acto administrativo que dejó sin efecto la
adjudicación.
En primera instancia se considera nulo el decreto. En segunda instancia se
considera legítimo porque considera que fue por el Estado a través de
oportunidad mérito y conveniencia pero debe indemnizar pero solo daño
emergente, con exclusión del lucro cesante en el caso, se rechaza el reclamo
por falta de prueba del daño, esto es, de las ventajas económicas esperadas
de acuerdo a probabilidades objetivas estrictamente comprobadas
La corte dice que no solo es daño emergente y dejar afuera lucro cesante
sino que debe ser INTEGRAL, el todo. Pero en este caso no se pruebe lucro
cesante por eso considera que siempre que se pruebe puede haber lucro
cesante pero en este caso particular no se pudo probar.
SERVICIO PÚBLICO

Fallo CEPIS
La Cámara Federal de La Plata declaró nulas las resoluciones del Ministerio
de Energía que dispusieron el aumento. A raíz de una demanda presentada
por el Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad
(CEPIS) contra las resoluciones del Ministerio de Energía y Minería de la
Nación, el tribunal resolvió “declarar la nulidad de las Resoluciones 28 y 31”.
En su apelación, el CEPIS y la ONG Consumidores Argentinos plantearon la
inconstitucionalidad del aumento aduciendo que el Estado no realizó la
audiencia pública que contempla la ley antes de la aplicación del nuevo
cuadro tarifario y consideraron que “se violó el derecho constitucional a la
participación ciudadana”. Por su parte, el Estado advirtió que la suspensión
del aumento “en caso de aplicarse, causaría un gravamen irreparable” a las
empresas que brindan el servicio, y defendieron la legalidad del ajuste
aunque no se haya realizado la audiencia pública previa.
Sin embargo, los jueces César Álvarez, Olga Calitri y Leopoldo Schiffrin,
consideraron “que la Audiencia Pública es un mecanismo de participación
ciudadana, que refuerza los principios de acceso a la información y a la
transparencia de las actuaciones estatales”. Asimismo, precisaron que “no es
el Poder Judicial el encargado de definir la política estatal, ni los parámetros
tarifarios de la prestación de servicios públicos, pero tampoco puede
aceptarse que el reconocimiento normativo de derechos por órganos
representativos de la voluntad popular, queden sin tutela efectiva, allí donde
se constata. Por todo ello, los jueces de la Sala II de la Cámara Federal de La
Plata declararon “la nulidad de las Resoluciones 28 y 31 del Ministerio de
Energía y Minería de la Nación, retrotrayéndose la situación tarifaria a la
existente previamente al dictado de ambas” y remitieron una copia al fuero
Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal porteño.
La igualdad del servicio público se juega en la cuestión tarifaria, por lo
cual esta debe ser según la condición social de la persona. De allí que pueda
existir una tarifa social, la cual, esta justificada por el principio de igualdad en
los servicios públicos.
La Corte considera ilegitimas a las resoluciones que disponen el aumento
tarifario por vicio en el procedimiento al no haberse realizado las audiencias
públicas exigidas por el marco regulatorio previo a adoptar la resolución.
Asimismo, considera que la audiencia pública no es un requisito
constitucional, pero si lo es la participación del usuario, que se puede dar a
través de una audiencia pública, no siendo esta el único mecanismo o forma
para garantizar su participación

Resumen: En el fallo Cepis, la CSJN dice que cambia el enfoque, sino que
desde el usuario, tarifa justa y razonable (la consecuencia de aumentos
tarifarios muy abruptos 500%). Uno de los requisitos para que sea razonable,
la posición debe ser en forma gradual.
Congelamiento de tarifas, subsidios, en el 2016.

DIFERENCIAS ENTRE FALLOS.


Fallo Maluba es diferente al fallo Cepis.
En el fallo Maluba: la Corte establece que el alcance de la tarifa justa y razonable, lo hace de
cara al interés del concesionario o licenciatario (no lo aborda, desde el usuario). Amortizar la
inversión y asegurarle una rentabilidad razonable, cabe desatacar que no define que es una
ganancia razonable. Esto lo estipula el fallo.

En el fallo Cepis, la CSJN cambia el enfoque, define la tarifa en relación al interés del usuario,
teniendo en cuenta el contexto. Es decir, la Corte analiza lo sucedido en el momento y
establece que para que la tarifa sea razonable debe ser de interposición gradual. Por lo cual,
el PE no puede establecer un aumento abrupto. Si bien puede aumentarlo, debe hacerlo de
manera racional.
 ¿Quién puede crear un servicio público? El Congreso por ley formal. Ya que no solo
hay reglamentación de derecho sino también una cuestión presupuestaria que es
competencia del Congreso.
DENUNCIA DE ILEGITIMIDAD

Fallo GORORDO
Se analiza qué pasa con una denuncia de ilegitimidad (recurso presentado
fuera de plazo) en el ámbito judicial. La administración tiene el deber de
resolver el recurso aunque sea fuera de plazo pero luego de esto, no se podrá
ir a sede judicial ya que no se agotó la vía administrativa y por lo tanto no se
cumplen los presupuestos de admisibilidad.
En este fallo también queda claro (antes se hacía pero no estaba
determinado) que el juez deberá controlar los presupuestos de admisibilidad
de oficio.
Otra cuestión que trató “Gorordo” está referida a la de una resolución de
la Administración que ya se avocó al asunto de fondo. Al respecto dijo:
“No”, esto lo mantengo tal cual está. “Esto es imposible de revisión judicial
posterior, porque nos basamos en el artículo 1º de la Ley 19.549, nos
basamos en la perentoriedad de los plazos”
La corte dijo que el rechazo en sede administrativa de una denuncia de
ilegitimidad no puede ser objeto de impugnación judicial y concluyó diciendo
que sería claramente irrazonable otorgar el mismo efecto a la denuncia de
ilegitimidad que a un recurso deducido en término.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación da explicaciones de por qué no
puede la Justicia revertir este criterio y dice: “Si se estableciera que la
cuestión de fondo puede ser revisada por un Juez, estaríamos en
contradicción o estaríamos poniendo en un pie de desigualdad a aquél
contribuyente que respetó los plazos procesales para hacer valer sus
derechos con aquél otro que no respetó los plazos procesales. No se debe
afectar el artículo 18 de la constitución nacional en cuanto al debido
proceso.”
Se estableció que la decisión de la administración que desestima en cuanto
al fondo un recursos extemporáneo, a través de la denuncia por ilegitimidad,
no es susceptible de ser impugnado en sede judicial porque al haber dejado
vencer el interesado el termino para deducir los recursos administrativos,
quedo clausurada la vía recursiva y en consecuencia la posibilidad de agotar
la vía administrativa, teniendo en cuenta que la misma es un requisito
esencial para la habilitar la instancia judicial. La no revisibilidad judicial del
acto que rechaza en cuenta al fondo una denuncia de ilegitimidad se deriva
de la condición de remedio extraordinario a fin de asegurar un control de
legalidad y eficacia de la actividad administrativa y en consecuencia respetar
el derecho de los administrados. Por lo cual la parte actora no sufre ninguna
lesión, por el contrario, tuvo oportunidad para ejercer el derecho de defensa.
Teniendo en cuenta que la garantía de la defensa no ampara la negligencia
de la partes.
Precisiones de “Gorordo” CSJN, 1.999. “Se trata de un Remedio
Extraordinario, con el fin de asegurar el control de legalidad de los actos de la
Administración”. Sienta el criterio de no revisión judicial en el tema de fondo.
La Administración puede otorgar el nombre de Denuncia de Ilegitimidad a la
presentación tardía “. “La Administración debe dar razones de por qué lo
toma y por qué lo rechaza”. Los excesos temporales en la presentación de la
Denuncia de Ilegitimidad “.
La Procuración se ha expedido en numerosos Dictámenes, donde ha
sostenido que “por estar excedidas razonables pautas temporales, medió
abandono voluntario del derecho”. Algunos podrán preguntarse ¿Qué es un
exceso? ¿Qué tiempo tengo? Son vacíos de la ley que pueden generar
injusticias, porque ¿A qué excesos se refiere? Esto en la práctica se evalúa
sobre el caso concreto y ahí se decide si están excedidos esos plazos. La
desestimación es definitiva e irrecurrible. El Interés del Estado es velar por la
legitimidad de sus actos.

Doctrina del fallo:


“Que para que el órgano jurisdiccional pueda examinar en cuanto al
fondo la pretensión que ante él se deduce es preciso que concurran ciertas
circunstancias establecidas por el derecho procesal conocidas como
requisitos o presupuestos procesales. El examen de estos recaudos, que
condicionan la admisibilidad de la pretensión, puede ser efectuado no sólo a
requerimiento de la demandada, sino también, dada su naturaleza, en una
etapa preliminar en la cual el juez puede desestimar oficiosamente la
demanda (art. 337 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación), sin que
por ello se convierta en el intérprete de la voluntad implícita de una de las
partes ni se altere el equilibrio procesal de los litigantes en desmedro de la
parte contraria.
“Que en lo que respecta al proceso contencioso administrativo el actor,
además de las condiciones de admisibilidad establecidas en el Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, debe cumplir con aquellos requisitos
específicos de este tipo de proceso previstos en el título IV de la ley 19.549,
cuyo cumplimiento en cada caso concreto el juez está facultado a verificar.

Fallo “GYPOBRAS”
Trata de la constitucionalidad del plazo de caducidad de 90 días para
demandar a la Administración. Se plantea que va en contra del debido
proceso. La CSJN establece que el plazo de caducidad es una reglamentación
razonable del derecho de defensa en juicio, por lo que no lo suprime o
desnaturaliza. Es decir, que no impide que el particular llegue a la instancia
judicial, sino que simplemente acota el término en que lo puede hacer. Esto
se fundamenta, en que lo que se busca a través del plazo, es dar una
seguridad jurídica y estabilidad a los actos administrativos para evitar la
incertidumbre en el desenvolvimiento en la actividad administrativa hasta
que el acto quede firme.
En este fallo “Gypobras” la Corte dio su postura de que se establece la
aplicación supletoria del cuerpo normativo de la ley 19.549 a los
procedimientos atinentes al régimen de contrataciones del Estado, por lo
tanto es indudable la aplicación del art. 25 de la ley a los pleitos de la relación
jurídica originadas en contratos celebrados por la Administración. Entonces,
el alcance de la ley 19.549 se extiende a los contratos administrativos.

Doctrina del fallo:


“…Que la existencia de términos para demandar a la administración se
justifica por la necesidad de dar seguridad jurídica y estabilidad a los actos
administrativos (causa S.182.XXIV "Serra", antes citada). Se trata de evitar
una incertidumbre continua en el desenvolvimiento de la actividad de la
administración, pues de lo contrario se afectaría el principio constitucional de
la seguridad jurídica (Fallos: 252:134), que constituye una de las bases
principales de sustentación de nuestro ordenamiento, cuya tutela innegable
compete a los jueces”.
“Que, en suma, la limitación temporal al ejercicio de la acción procesal
administrativa prevista en el art. 25 de la ley 19.549 no es susceptible de
impugnación constitucional, toda vez que constituye una reglamentación
razonable del derecho de defensa en juicio, en tanto, no lo suprime,
desnaturaliza o allana”.

RECLAMO ADMINISTRATIVO

Fallo BIOSYSTEMS
La empresa presenta un reclamo administrativo previo para que se abonen
sumas impagas que debía el Ministerio de Salud por un contrato de
prestación de insumos en el Hospital Posadas.
En primera instancia no se habilitó la instancia judicial porque se consideró
que la demanda se interpuso vencido el plazo de caducidad de 90 días (El
pronunciamiento acerca del reclamo deberá efectuarse dentro de los 90 días
de formulado. Vencido ese plazo, el interesado requerirá pronto despacho y si
transcurrieren otros 45 días, podrá iniciar la demanda, la que deberá ser
interpuesta en los plazos perentorios y bajos los efectos previstos para los
recursos (se agota la vía administrativa cuando hay un rechazo expreso e
inicia el plazo de caducidad de 90 días hábiles judiciales para interponer
demanda judicial, pero si hay silencio de la administración rige el plazo de
prescripción y no inicia el plazo de caducidad, haya o no impuesto el pronto
despacho. El Poder Ejecutivo, a requerimiento del organismo interviniente,
por razones de complejidad o emergencia pública, podrá ampliar
fundadamente los plazos indicados, se encuentren o no en curso, hasta un
máximo de 120 y 60 días respectivamente) en el caso de un reclamo
administrativo previo en el que hubo silencio administrativo una vez
impuesto pronto despacho. El juez consideró que corría este plazo aunque se
hubiera configurado el silencio de la administración.
La Cámara revoca este pronunciamiento de primera instancia, y considera
que está habilitada la sede judicial, pero no fundamenta por qué y declara la
inconstitucionalidad del agregado del art. 31 LPA. Alega que la posibilidad de
ir a sede judicial a partir del silencio de la administración es una garantía del
administrado.
La CSJN confirma la resolución de la Cámara, que es que estableció el
alcance de la norma, pero no declara la inconstitucionalidad de la norma ART
31, sino que hay que interpretarlo de la manera más beneficiosa para el
ciudadano, es decir hacer una interpretación armónica: la remisión al plazo
de caducidad sólo se da cuando hay un rechazo expreso del reclamo
administrativo previo. En los casos donde hay silencio no corre ese plazo
debido a que el habilitado tiene la opción de ir a sede judicial o de esperar a
que la Administración resuelva. Aquí corre el plazo de prescripción.
Este fallo cambia la interpretación que hacía la doctrina de éste artículo.

Doctrina del fallo:


“Desde esa perspectiva, en el supuesto de la vía impugnatoria el silencio con
carácter denegatorio es una opción del particular y, por ende, no rige el plazo
de caducidad del art. 25 de la LNPA para impugnar ante la mora
administrativa. Cabe recordar que el art. 26 de la LNPA – el cual continúa
vigente sin modificaciones-, establece que la demanda podrá iniciarse en
cualquier momento, sin perjuicio de lo que corresponda en materia de
prescripción, cuando se verifique el silencio negativo previsto en el art. 10 de
la LNPA.”
“Según la condición que impone el art. 31 de la LNPA para plantear la
demanda en cuanto a "que deberá ser interpuesta en los plazos perentorios y
bajo los efectos previstos en el art. 25 (caducidad la instancia)" debe
interpretarse que sólo rige cuando el reclamo sea resuelto expresamente en
contra del interesado, es decir, cuando haya una resolución denegatoria, mas
no cuando se hubiera producido el silencio de la Administración y no existiera
un acto.

Fallo PIETRANERA:
Resumen: Este fallo trata un caso de ocupación temporaria. Se condena en
la sentencia al Estado a devolver el bien y no lo hacen. Pero si el juez no le
obliga al estado a devolver el bien en tiempo y forma, sería una expropiación.
Es un antecedente de la ejecución de sentencias. A esto se lo ve como un
límite al estado.

(1966): En este caso, el particular solicita que se cumpla con la sentencia


condenatoria contra el Estado y que se lo desaloje de un inmueble. El Estado
plantea que no se le puede pedir un plazo para desalojar porque el art. 7 de
la Ley 3952 indica que la sentencia es meramente declarativa, y nadie lo
puede obligar a que cumpla con ella.
La CSJN establece que hay que hacer una interpretación de este artículo, y
lo que se busca con que la sentencia sea declarativa es no obligar al Estado a
cumplir cuando en el momento no lo puede hacer por falta de presupuesto.
Sin embargo, esto no quiere decir que se autoriza al no cumplimiento de la
sentencia. Cuando la sentencia es condenatoria la norma no permite que no
cumpla. Se le da al Estado una deferencia para no perturbar su marcha
normal y que pueda cumplir con la sentencia en el tiempo que considere
oportuno. Entonces, la decisión del juzgado de pedirle al Estado que
establezca un plazo para el desalojo es totalmente razonable y cumple con
los parámetros del art. 7°.

Doctrina del fallo:


“Que la regla del art. 7 de la Ley 3952 ha de entenderse en su significación
cabal. Su propósito no es otro que evitar que la Administración Pública pueda
verse colocada, por efecto de un mandato judicial perentorio, en situación de
no poder favorecer el requerimiento por no tener fondos previstos en el
presupuesto para tal fin o en la de perturbar la marcha normal de la
Administración Pública. Pero en modo alguno significa una suerte de
autorización al Estado para no cumplir las sentencias judiciales”.
Fallo ASTORGA
(2004) la CSJN redefinió el concepto clásico de debido proceso como tutela
administrativa efectiva.

El Alto Tribunal aludió por primera vez a la “tutela administrativa efectiva”


en la causa “Astorga Bracht Sergio , sostuvo allí que la disposición impugnada
era violatoria del artículo 18 de la Constitución Nacional y de diversas normas
contenidas en tratados internacionales de derechos humanos con jerarquía
constitucional, “en cuanto resguardan el derecho a la tutela administrativa y
judicial efectiva”.
El actor, en las distintas instancias judiciales, había solicitado que se
declarara la inconstitucionalidad de la Resolución N° 16/1999 del COMFER,
por la cual se aprobara el pliego de bases y condiciones para la adjudicación
de algunas estaciones de radiodifusión de frecuencia modulada. Contenía
dicho pliego un artículo por el que imponía a los solicitantes que
acompañaran a su presentación un escrito de desistimiento expreso, de
manera total e incondicional, de todos los recursos administrativos y
judiciales que se hubieran interpuesto contra las disposiciones legales y
reglamentarias para el servicio en cuestión, como así también contra
cualquier acto administrativo emitidos por el propio COMFER o por la
Comisión Nacional de Comunicaciones.
Es decir, consiste en (art.1 inc f) los tres momentos del derecho de defensa:
derecho a audiencia (hay muchas subdivisiones, ej: dd antes de dictarse el
acto administrativo debe ser oído, de defensa cuando nos crea un agravio, en
el marco de procedimiento cuando se discuten hechos controvertidos) o ser
odio, ofrecer y producir prueba (es un derecho del particular) y derecho de
una resolución fundada (relacionado con la motivación, cuando se
exterioriza las razones de la decisión que toma). La CSJN ha extendido esta
tutela en dos casos: Fallo Losicer y Fallo Bonder Aaron, que la resolución que
adopte la ad en el marco de procedimiento debe ser resuelta en un plazo
razonable, toma el art. 8 de la declaración americana de ddhh; se extiende al
ámbito administrativo, ya que el plazo razonable es una garantía. La vista,
notificación, etc.  El debido proceso adjetivo se integra, finalmente, con el
derecho a una decisión fundada, el que permite al administrado exigir que la
decisión (de mero trámite o definitiva) haga mérito de los principales
argumentos y de las cuestiones propuestas, en la medida en que fueran
conducentes a la solución del caso. Este principio, concebido con mayor
amplitud se vincula con el derecho a una tutela judicial efectiva y requiere
que la notificación sea autosuficiente, no bastando una revisión genérica a la
causa del acto que, muchas veces, el particular desconoce por no haber
tenido acceso pleno al expediente administrativo.
La CSJN, en cuanto resguardan el derecho a la tutela administrativa y
judicial efectiva. Con tal base, declaró que la garantía mencionada en el
considerando anterior, que supone la posibilidad de ocurrir ante los
tribunales de justicia a lo que cabe agregar, ante las autoridades
administrativas competentes y obtener de ellos sentencia o decisión útil
relativa a los derechos de los particulares o litigantes y que requiere, por
sobre todas las cosas, “que no se prive a nadie arbitrariamente de la
adecuada y oportuna tutela de los derechos que pudieren eventualmente
asistirle sino por medio de un proceso o procedimiento conducido en legal
forma y que concluya con el dictado de una sentencia o decisión fundada”.

• Conclusiones:
El Procedimiento administrativo debe ser el primer y más importante
peldaño en el control de constitucionalidad y convencionalidad. Cuando
sostenemos que el derecho administrativo concretiza la constitución,
estamos indicando la importancia que tiene en el ámbito del derecho público
el estándar analizado.
Si, además, nuestra Constitución desde su reforma de 1994 se ha
convencionalizado, tendremos que el derecho administrativo no sólo
concretiza la Constitución sino las convenciones internacionales.
El contralor que mencionamos es posible a través de los principios
generales del procedimiento administrativo. En su gran mayoría receptados
por las convenciones internacionales, que nos los regresan como estándares
con jerarquía de derechos fundamentales en una incesante búsqueda de su
efectividad.
Hemos seleccionado en este trabajo a la “tutela administrativa efectiva”
en un importante fallo de la Corte Suprema porque pensamos que, a través
de este principio, logramos la unicidad de muchos otros que aisladamente
pueden ser desvirtuados, pero que no sólo la integran sino que le dieron
origen, como el informalismo. Unicidad de gran utilidad especialmente en
nuestro sistema federal, con 24 Provincias, cada una con sus Municipios y un
derecho administrativo localista.
El juez es ahora un juez interamericano, más activo y plural que “mira” al
funcionario administrativo en su obrar, quien también debe devenir
interamericano. Creemos que este contralor irá modernizando la
Administración y sus institutos, atravesados por el principio, derecho y
garantía de la “tutela administrativa efectiva”.
DERECHO COLECTIVO

Fallo HALABI ERNESTO


El Máximo Tribunal instituyó la acción de clase, que permite que una
sentencia tenga efectos para todos los ciudadanos que padecen el mismo
problema, sin tener que iniciar un juicio. Fue en una causa por escuchas
telefónicas.
La causa se inició por la demanda de un particular, en la que pidió se
declare la inconstitucionalidad de la ley 25.873 y de su decreto reglamentario
(1563/04), porque consideró que, al disponer la intervención de las
comunicaciones sin determinar en qué casos y con qué justificativos, violan el
derecho a la privacidad, en su condición de consumidor, y el derecho a la
confidencialidad, en su condición de abogado.
La sentencia tiene dos aspectos relevantes: por un lado crea la acción de
clase, esto es una garantía de los derechos de dimensión colectiva, y por
otro protege la privacidad en el uso de Internet y telefonía personal frente a
posibles intromisiones de organismos del Estado.
a) Creación de la acción colectiva:
b) Protección de la privacidad:

Doctrina del fallo:


Derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos: 
 La petición debe tener por objeto la tutela de un bien colectivo, lo que
ocurre cuando éste pertenece a toda la comunidad, siendo indivisible y
no admitiendo exclusión alguna. 
 Estos bienes no pertenecen a la esfera individual sino social y no son
divisibles en modo alguno. 
 La pretensión debe ser focalizada en la  incidencia colectiva de
derecho. 
 Decisión cuyos efectos repercuten sobre el objeto de la causa
pretendida, pero hay beneficio directo para el individuo que ostenta la
legitimación. 
 Derechos de incidencia colectiva, referentes a intereses individuales
homogéneos. 
 No hay un bien colectivo, ya que se afectan derechos individuales,
enteramente divisibles; 
 Hay un hecho, único o continuado, que provoca la lesión a todos ellos y
por lo tanto es identificable una causa fáctica homogénea. 
 La demostración de los presupuestos de la pretensión es común a
todos estos intereses, excepto en lo que concierne al daño que
individualmente se sufre. 
 Constatación de que el ejercicio individual no aparece plenamente
justificado.  
 Límite: existencia de “caso”. 

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