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BLOQUE III: PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO DE OBLIGACIONES Y CONTRATOS (I)

Introducción al Derecho

BLOQUE III: PRINCIPIOS GENERALES DE


DERECHO DE OBLIGACIONES (I)

PRINCIPIOS GENERALES DE LAS


OBLIGACIONES (1ª parte)

I. CONCEPTO DE OBLIGACIÓN

I.1. Concepto

La OBLIGACION es un tipo de relación jurídica entre dos partes, en la


que una de ellas, denominada acreedor, se encuentra facultada para
exigir de la otra, denominada deudor, un determinado comportamiento
consistente en dar, hacer o abstenerse de hacer una cosa y de cuyo
cumplimiento responderá el referido deudor con su patrimonio.

En definitiva, entendemos que la obligación es una relación jurídica


completa, formada entre acreedor y deudor. En la obligación se distinguen tres
elementos:
a. Derecho de crédito del acreedor: El derecho de crédito otorga al
acreedor una situación de poder. Dicho poder consiste en la facultad de
exigir del deudor la realización de la prestación debida. En caso de
incumplimiento, el acreedor podrá proceder contra el patrimonio del
deudor.
b. La deuda: El deber principal del deudor es el consistente en la
realización de una determinada prestación a favor del acreedor.
c. Responsabilidad del deudor. Es el elemento más característico de la
relación obligatoria. Si el deudor no lleva a cabo la conducta debida,

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surgen una serie de consecuencias encaminadas a satisfacer al acreedor.


La más importante es la afección del patrimonio del deudor, que
responderá con todos sus bienes presentes y futuros del cumplimiento de
su obligación (art. 1911 CC, responsabilidad patrimonial universal 1).

I.2. Elementos

I.2.1. Sujetos de la relación obligatoria

Los sujetos o partes de la relación obligacional son las personas entre las
que se establece el vínculo constitutivo de la relación. Toda relación obligatoria
se establece necesariamente entre dos partes: la parte activa, titular del
derecho subjetivo de crédito, llamado acreedor; y la parte pasiva, titular del
deber jurídico, denominado deudor.
En ningún caso ha de confundirse sujetos o partes con personas, pues es
perfectamente posible que en cada parte de la relación obligatoria figure más
de una persona. Esta afirmación da lugar a un criterio de clasificación de las
obligaciones por razón de los sujetos, y así, si cada una de las partes o sujetos
de la relación obligatoria está integrada por una sola persona se habla de
obligación unipersonal (ej. un solo acreedor frente a un solo deudor). Si, por el
contrario, existe una pluralidad de personas en una o las dos partes se hablará
de obligación pluripersonal (ej. varios acreedores frente a un solo deudor; un acreedor
frente a varios deudores; o varios acreedores frente a varios deudores).

Los sujetos de la obligación deben de estar identificados al constituirse


la relación, o ser susceptibles de individualización posterior.

I.2.2. Objeto de la relación obligatoria

1Art. 1911 Cc: “Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes,
presentes y futuros”.

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El objeto de la obligación es la prestación, es decir, la conducta que el


deudor debe realizar y que el acreedor está facultado para reclamar. Esta
conducta puede consistir en dar, hacer o no hacer alguna cosa (art. 1.088 Cc 2).

La prestación debida ha de cumplir con los requisitos que se enumeran a


continuación (véanse los arts. 1271-1277 Cc sobre el objeto y la causa de los
contratos):

- Que sea posible, esto es, posibilidad. No pueden ser objeto de la


obligación las cosas o servicios imposibles (véase el art. 1272 Cc).
La imposibilidad puede ser física, motivada en razones
naturales, o jurídica, determinada por el Derecho.
La imposibilidad puede ser total o parcial, en función de si la
prestación es irrealizable por entero o puede realizarse en parte.
La imposibilidad puede ser originaria o derivativa. Es originaria
cuando se produce desde el origen de la obligación y es
derivativa cuando surge con posterioridad a su constitución.

- Que sea lícita, es decir, licitud. Es ilícita la prestación contraria a la


ley, la moral o las buenas costumbres o al orden público.

- Que aparezca determinada o, por lo menos, resulte determinable. El


objeto de la obligación debe hallarse determinado, pues el deudor
debe conocer a qué se obliga. No ha de ser necesariamente una
determinación absoluta, siendo suficiente que deudor conozca los
criterios que servirán para la concreción de su prestación.
La prestación determinada es la perfectamente señalada e
identificada al tiempo de constituirse la obligación.
Determinable es la que, no estando determinada en ese
momento, puede determinarse después sin necesidad de un
nuevo convenio o acuerdo de voluntades entre las partes.

2 Art. 1088 Cc: “Toda obligación consiste en dar, hacer o no hacer alguna cosa”.

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Este requisito se recoge en el art. 1273 Cc: “El objeto de todo contrato
debe ser una cosa determinada en cuanto a su especie. La
indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia del
contrato, siempre que sea posible determinarla sin necesidad de nuevo
convenio entre los contratantes”.

III. LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

El Código Civil, en su art. 1089, enumera las fuentes de las obligaciones:


“Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi contratos, y de los
actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia”.

- La ley. En nuestro ordenamiento jurídico hay normas que imponen


a las personas que se encuentran en una determinada situación el
deber jurídico de observar un concreto comportamiento. Las
obligaciones derivadas de la ley no se presumen, siendo solamente
exigibles las expresamente determinadas en el Cc o en leyes
especiales y rigiéndose tan sólo por los preceptos de la ley que las
haya establecido; y, en lo que ésta no hubiere previsto, por las
disposiciones contenidas en el Libro IV, sobre las obligaciones y
contratos, del Cc (art. 1090 Cc).

- El contrato. Las obligaciones surgen de los contratos cuando


existe un acuerdo de voluntades dirigido precisamente a la creación
de un vínculo obligatorio. Las partes contratantes, en virtud del
principio de autonomía de la voluntad, podrán establecer los pactos,
cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que
no sean contrarios a las leyes, a la moral, ni al orden público (art.
1255 Cc). Las obligaciones que nacen de los contratos tienen
fuerza de ley entre las partes contratantes y deben cumplirse al
tenor de los mismos (art. 1091 Cc).

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- El cuasi contrato. Los cuasi contratos son definidos como aquellos


hechos lícitos y voluntarios de los que resulta obligado su autor
para con un tercero y, a veces, una obligación recíproca entre los
interesados (art. 1887 Cc). Entre los mismos establece el legislador
la denominada gestión de negocios, cuando alguien se encarga
voluntariamente de la agencia o administración de los negocios de
otro sin mandato de éste (arts. 1888 Cc) y la obligación de restituir
que tiene quien ha cobrado algo que no se le debía (arts. 1895 Cc).

- El delito. Además de la responsabilidad penal correspondiente, de


los delitos puede derivar una responsabilidad civil, que se
concretará habitualmente en la indemnización de los daños y
perjuicios causados. Estas obligaciones civiles se rigen por las
disposiciones del Código Penal (art. 1092 Cc).

- El cuasi delito. Esta categoría del cuasi delito hace referencia a las
acciones u omisiones en los que intervenga culpa o negligencia, sin
ser constitutivas de delito, que causan daño a un tercero. De tales
actos u omisiones surge la obligación indemnizar a quien se le ha
causado el daño.
En este sentido, el art. 1902 Cc, dispone que “El que por acción u
omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está
obligado a reparar el daño causado”, definiendo así el principio
general básico de la responsabilidad extracontractual: quien, con
culpa o negligencia, causa un daño a otro, queda obligado a reparar
el daño.
La responsabilidad extracontractual consagrada en el art. 1902 Cc
es exigible, no sólo por actos u omisiones propios, sino por todos
los de aquellas personas de quienes se debe responder. Así,
conforme al art. 1903 Cc:
“Los padres son responsables de los daños causados por los hijos
que se encuentren bajo su guarda.

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Los tutores lo son de los perjuicios causados por los menores que
están bajo su autoridad y habitan en su compañía.
Los curadores con facultades de representación plena lo son de los
perjuicios causados por la persona a quien presten apoyo, siempre
que convivan con ella.
Lo son igualmente los dueños o directores de un establecimiento o
empresa respecto de los perjuicios causados por sus dependientes
en el servicio de los ramos en que los tuvieran empleados, o con
ocasión de sus funciones.
Las personas o entidades que sean titulares de un Centro docente
de enseñanza no superior responderán por los daños y perjuicios
que causen sus alumnos menores de edad durante los períodos de
tiempo en que los mismos se hallen bajo el control o vigilancia del
profesorado del Centro, desarrollando actividades escolares o
extraescolares y complementarias.
La responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las
personas en él mencionadas prueben que emplearon toda la
diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño”.

IV. CLASES DE OBLIGACIONES

III.1. Obligaciones mancomunadas y solidarias

De forma previa a abordar la clasificación entre obligaciones


mancomunadas y solidarias, conviene distinguir entre obligaciones
unipersonales y pluripersonales.

- Obligaciones unipersonales. Aquellas en las que cada una de las


partes o sujetos está integrada por una sola persona (ej. un solo acreedor
frente a un solo deudor).

- Obligaciones pluripersonales. Aquellas en las que en una u otra o las


dos partes existen varias personas (ej. varios acreedores frente a un solo

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deudor; un acreedor frente a varios deudores; o varios acreedores frente a varios


deudores).

Dentro de las obligaciones pluripersonales, en función de cómo esté


organizada la relación entre los deudores o los acreedores, podemos distinguir
entre obligaciones mancomunadas o solidarias (arts. 1137 y ss Cc).

- Obligaciones mancomunadas.
En las obligaciones mancomunadas, el cumplimiento es exigible a
dos o más deudores, o por dos o más acreedores, cada uno en su
parte correspondiente. El derecho de cada acreedor y la obligación
de cada deudor se desarrolla con independencia de los demás, de
manera que cada acreedor sólo puede exigir la parte del crédito
que a prorrata le corresponda, y cada deudor sólo se encuentra
obligado a cumplir su parte del total de la deuda.
En decir, son aquellas en las que cada deudor sólo debe una parte
de la obligación y cada acreedor sólo tiene derecho a una parte de
la obligación.

- Obligaciones solidarias
Las obligaciones solidarias son aquellas en las que cada deudor
deberá cumplir totalmente su prestación frente a la reclamación
del acreedor; o bien, el acreedor podrá reclamarle la totalidad de
la prestación a cualquiera de los deudores. Sin perjuicio de que
posteriormente deudores o acreedores solucionen la obligación en
el ámbito de sus relaciones internas, siempre bajo el principio de
mancomunidad.

En nuestro ordenamiento las obligaciones mancomunadas son la regla


general, y las solidarias la excepción, pues, de concurrir una pluralidad de
sujetos, se presupone que el crédito o la deuda no subsisten como un todo
inseparable, sino que se encuentran divididos en partes iguales entre cada uno
de ellos. Así, el art. 1137 Cc dispone que: "la concurrencia de dos o más
acreedores o de dos o más deudores en una sola obligación no implica que

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cada uno de aquellos tenga derecho a pedir, ni cada uno de éstos deba prestar
íntegramente las cosas objeto de la misma. Sólo habrá lugar a esto cuando la
obligación expresamente lo determine, constituyéndose con el carácter de
solidaria".

III.2. Obligaciones positivas y negativas: Obligaciones de dar, de


hacer y de no hacer

- Obligaciones positivas (u obligaciones de dar o hacer algo) son


aquellas que consisten, por parte del deudor, en la realización de una
determinada actividad (dar o hacer algo).
1. Las obligaciones de dar: Tienen por objeto la entrega de una
cosa por parte del deudor al acreedor.
Las obligaciones de dar conllevan como anejo:
- La obligación del deudor de cuidar la cosa hasta su
entrega (art. 1094 Cc).
- El derecho del acreedor a los frutos de la cosa, desde el
momento de constitución de la obligación hasta la
entrega (art. 1095 Cc).
- La obligación del deudor de entregar la cosa con todos
sus accesorios (art. 1097 Cc).
Si el deudor no cumple voluntariamente la obligación de
entregar la cosa, el acreedor puede exigir la entrega de la cosa
debida (tratándose de cosa específica) o reclamar la entrega
de una cantidad equivalente (tratándose de cosa genérica)
(art. 1096 Cc)
2. Las obligaciones de hacer: Son aquellas que imponen al
acreedor el desarrollo de una actividad, corporal o intelectual,
distinta de la de entregar una cosa.
La doctrina distingue, en relación con las obligaciones de
hacer, las obligaciones de medios y las obligaciones de
resultados.

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Obligaciones de medios o de actividad. Aquellas en


las que el deudor cumple desplegando diligentemente
la actividad, aunque no se consiga el resultado
esperado.
Obligaciones de resultado. Aquellas en las que el
deudor únicamente cumple con su obligación si
obtiene el resultado pactado.
El deudor debe de realizar la conducta debida, en caso de
incumplimiento, el acreedor podrá pedir que se haga a su
costa. Asimismo, si el deudor realiza la prestación, pero
contraviniendo al tenor de la obligación, el acreedor podrá
exigir que se deshaga lo mal hecho a expensas del deudor y
que se vuelva a hacer bien, también a costa del deudor (art.
1098 Cc). Si se tratase de obligaciones personalísimas, el
deudor no podrá ser sustituido, por lo que solo cabría
reclamar una indemnización por daños y perjuicios (1101 Cc).

- Obligaciones negativas (obligaciones de no hacer). Aquellas que


consisten en una omisión, es decir, aquellas en que el deudor debe
abstenerse de una actividad que, sin la existencia del vínculo
obligatorio, le sería permitida. En caso de incumplimiento, el acreedor
podrá pedir que se deshaga lo indebidamente hecho a costa del
deudor; si no es posible restaurar la situación anterior, el deudor
deberá indemnizar al acreedor por los daños y perjuicios causados
(art. 1099 Cc).

III. 3. Obligaciones divisibles e indivisibles

- Obligaciones divisibles: Son divisibles aquellas obligaciones en que la


prestación puede fragmentarse de forma que las partes resultantes
conservan su valor económico.

- Obligaciones indivisibles: Son aquellas que no se pueden fragmentar


como las divisibles. La indivisibilidad puede ser natural o jurídica. La

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indivisibilidad jurídica puede venir determinada por la voluntad de las


partes, la ley o los usos negociales.

Conviene aclarar que la divisibilidad natural de la prestación en sí


misma considerada no autoriza el cumplimiento parcial de la
obligación.

III. 4. Obligaciones específicas y genéricas

- Obligaciones específicas: Son aquellas en las que la cosa objeto de la


prestación se halla individualmente determinada.
En las obligaciones específicas el deudor deberá cumplir con su
obligación cuidando la cosa y entregándola con todos sus accesorios,
sin poder sustituirla por otra.
En este tipo de obligaciones, el acreedor soporta el riesgo de
perecimiento o deterioro fortuito de la cosa (art. 1182 Cc).

- Obligaciones genéricas: Son aquellas en las que la cosa objeto de la


prestación es designada únicamente por el género o clase a que
pertenece.
En caso de incumplimiento voluntario, el acreedor podrá exigir la
entrega de una cantidad equivalente del género, a expensas del
patrimonio del deudor (art. 1096.2 Cc).
En las obligaciones genéricas rige el principio “genus nunquam perit”:
el género nunca perece. Por lo tanto, la pérdida o destrucción de las
cosas genéricas, no suponen la imposibilidad objetiva de la prestación.
A diferencia de las obligaciones específicas, es el deudor quien
soportará el riesgo de perecimiento o deterioro fortuito de las cosas, en
tanto no se haya individualizado.

Obligaciones genéricas delimitadas: Se trata de obligaciones en las


que el género se delimita atendiendo al origen o fuente de producción.
La delimitación restringe el juego de la regla del “género nunca perece”
a la fuente de procedencia del género limitado.

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III. 5. Obligaciones pecuniarias

Las obligaciones pecuniarias son aquellas en las que la prestación


consiste en la entrega de una suma de dinero.

Clases:
- Deuda de suma (obligación genérica): son prestaciones genéricas
donde el deudor debe entregar la suma establecida. El pago se
hace en moneda de curso legal.
En este supuesto, si el deudor se constituye en mora, la
indemnización de daños y perjuicios consistirá, salvo pacto en
contra, en el pago de los intereses convenidos o en su defecto en
el pago del interés legal.

- Deuda de moneda individual (obligación específica): El deudor


debe entregar al acreedor las monedas concretas señaladas.

El principal problema que plantean las obligaciones pecuniarias (deudas


de suma) es el de la pérdida del valor adquisitivo del dinero como
consecuencia de la inflación. Problema que se plantea en los contratos de
tracto sucesivo o de larga duración 3.

Para solucionar este problema se alude a dos principios:

- El principio nominalista, en virtud del cual se debe la cantidad


señalada en la obligación (solución menos justa, pero que
proporciona más seguridad jurídica).
- El principio valorista, en virtud del cual se debe no la cantidad,
sino el valor en el momento del pago (solución más justa, pero

3 Este problema no se plantea en los contratos de tracto único o de ejecución instantánea.

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difícil de aplicar en la práctica y generadora de una mayor


inseguridad jurídica).
Nuestro ordenamiento jurídico parece decantarse por la solución
nominalista, pero adoptándose algunas medidas correctoras, como la
aplicación de la “cláusula rebus sic stantibus” 4 o de cláusulas de
estabilización 5.

Un tipo particular de deuda pecuniaria es la deuda de intereses. Se trata


de una obligación pecuniaria de carácter accesorio, en cuanto que depende de
la deuda de capital. Los intereses pueden ser:

- Intereses retributivos o moratorios:


Intereses retributivos: El precio en dinero que se paga por el
disfrute de un capital ajeno.
Intereses moratorios: La indemnización de daños y perjuicios
cuando el deudor incurre en mora en las obligaciones pecuniarias.
Según el art. 1108 Cc: “Si la obligación consistiere en el pago de
una cantidad de dinero, y el deudor incurriere en mora, la
indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto en
contrario, consistirá en el pago de los intereses convenidos, y a
falta de convenio, en el interés legal”.

- Intereses legales o convencionales:


Intereses legales: Cuando la obligación de pagarlos viene
impuesta por una norma jurídica.
Intereses convencionales: Cuando la obligación de pagarlos surge
del pacto entre las partes. Su cuantía es libre, en virtud de la
aplicación del principio de autonomía de la voluntad, con las
limitaciones de la Ley de 23 de julio de 1908 sobre nulidad de los
contratos de préstamos usurarios (Ley Azcárate).

4 Cláusula de aplicación judicial, en cuya virtud, una alteración extraordinaria de las


circunstancias tenidas en cuenta por las partes a la hora de contratar produce la resolución del
contrato o su revisión por vía judicial.
5 Las cláusulas de estabilización permiten el reajuste de la cantidad a pagar tomando por

referencia un índice objetivo. Las cláusulas más frecuentes son: Cláusula de valor oro o plata;
moneda extranjera; cláusulas de escala móvil: IPC, etc.

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III. 6. Obligaciones puras, condicionales y a plazo

- Obligaciones puras: Son aquellas que no están sujetas a circunstancia


alguna que limite o modifique sus efectos.

- Obligaciones condicionales: Son aquellas cuya eficacia depende de la


realización de una condición, entendiéndose por condición una causa
futura e incierta a la que se subordina o a la que se hace depender la
eficacia del contrato. La condición es, por lo tanto, un evento futuro,
lícito, posible e incierto. Podemos distinguir las siguientes clases de
condiciones:
Por su formulación distinguimos entre positivas y negativas.
Positivas: el evento es el acaecimiento de un hecho. Negativas:
Consisten en la no realización del hecho.
Por la naturaleza del evento: Potestativas: las que dependen de la
voluntad de una de las partes contratantes; causales:
dependientes de circunstancias extrañas a las mismas; mixtas:
aquellas que dependen, en parte, de la voluntad de una de las
partes y, en parte, de un hecho extraño.
Condiciones suspensivas y resolutorias: Suspensivas: aquellas de
las que depende el nacimiento de la obligación; y resolutorias:
aquellas de las que depende su extinción.

- Obligaciones a plazo: Son aquellas cuya eficacia depende del


señalamiento de una fecha a partir de la cual han de comenzar o
cesar sus efectos. El plazo o término puede ser:
Suspensivo o inicial, que es el que determina el momento en que
han de comenzar los efectos (dies a quo); Resolutorio o final: que
fija el momento en que han de cesar aquellos (dies ad quem).
Cierto y determinado, cuando se sabe que ha de llegar y cuando.
Cierto e indeterminado: cuando ha de llegar, pero no sabemos
cuándo.

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