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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO

FACULTAD DE MEDICINA

Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”

Artículo: Botulinum Toxin- A current place in the treatment of chronic


migraine and other primary headaches.

Titular: Dra. Canseco Aguilar Cecilia Patricia


Alumna:
Meneses Iniestra Renata

GRUPO: 4955
Botulinum Toxin- A current place in the treatment of
chronic migraine and other primary headaches

Análisis

El artículo titulado “Toxina botulínica: Un lugar actual en el tratamiento de la migraña


crónica y otros dolores de cabeza primarios” nos presenta una recopilación de
diversas investigaciones que se han realizado utilizando a la toxina botulínica,
específicamente los tipos A y B, en el control de las cefales primarias (tensional, en
racimos y migrañosa).
Como introducción aborda un poco acerca de la historia de la toxina botulínica, lo
que a mi parecer es muy importante ya que de aquí parte la justificación para
utilizarla como tratamiento para la migraña crónica, que es, del tipo de cefaleas, la
primera en ser tratada de esta manera y tener buenos resultados.
No es sorpresivo pensar que la primera cefalea en ser tratada con la toxina
botulínica haya sido la migraña crónica puesto que esta es una cefalea que dura
igual o mayor a 15 días al mes durante 3 meses, teniendo síntomas migrañosos en
más de 8 días al mes, resultando ser discapacitante hasta para el 5% de la
población. Teniendo como base esta información y observando que el tratamiento
farmacológico no siempre suele ser funcional, generando efectos secundarios,
cefaleas de rebote e intensificando la frecuencia del dolor, se optó por utilizar las
inyecciones de toxina botulínica, que ya eran utilizadas en neurología para el
tratamiento de distonía y blefaroespasmo.
La toxina botulínica es una neurotoxina proveniente de la bacteria Clostridium
botulinum, esta neurotoxina inhibe la liberación del neurotransmisor de acetilcolina
de las terminaciones axónicas en la unión neuromuscular, provocando parálisis. El
uso clínico de esta neurotoxina fue, en primera instancia, en el estrabismo,
posteriormente se utilizó para el tratamiento del blefaroespasmo (1989) y después
inicia su uso para fines cosméticos, en donde un cirujano plástico observó que en
los pacientes en los que usaba la toxina botulínica referían una disminución en la
presencia de cefaleas, de aquí se inició una serie de estudios observacionales que
dieron constancia de la seguridad para utilizar a la toxina botulínica como
tratamiento profiláctico de la migraña crónica. Fue de 2010 a 2012 que se aprobó
su uso por la FDA y por NICE.
Todo lo antes mencionado lo hace ver como un grandioso panorama para el
tratamiento de las cefaleas, sin embargo, en la cefalea tensional se han dividido
opiniones, ya que hay estudios que si demuestran una disminución del número de
días y de dolor presentado, pero, hay otros que no apoyan esta afirmación,
mencionando que los pacientes que habían sido beneficiados por la toxina habían
sido mal diagnosticados por cefalea tensional cuando en realidad presentaban
migraña crónica.
Con respecto a la cefalea en racimos se carecen de estudios que establezcan como
tratamiento potencial a la toxina botulínica, se ha administrado en el ganglio
esfenopalatino encontrando una reducción en el número de ataques, este
procedimiento es más complejo que el que se usa en las migrañas crónicas, por ello
y falta de investigaciones sigue quedándose pendiente.
Para el uso de migraña crónica nos explican, de manera escrita y visual, que se
administran 31 inyecciones en 7 músculos de la cabeza y el cuello, utilizando de
155 a 195 unidades, haciendo este tratamiento en intervalos de 12 semanas y
repitiéndolo cada año al menos 3 veces, incluso mencionan que se pueden
administrar inyecciones adicionales en la zona donde el paciente refiera el dolor.
Este artículo no menciona explícitamente porqué la toxina botulínica fue eficaz en
el tratamiento de la migraña crónica, pero, al saber en donde actúa lo podemos
deducir puesto que, esta toxina se une a los receptores de la terminal nerviosa de
la fibra C, y si recordamos la fisiología del dolor, estas fibras están relacionadas con
el dolor crónico, entonces, la toxina botulínica desactiva la proteína sinaptosomal
SNAP-25, con esta inactivación impide la liberación de acetilcolina, además, inhibe
la liberación de glutamato y la sustancia P, y con ello, disminuye el dolor.
Partiendo de la forma en la que actúa la toxina botulínica considero que podrá ser
utilizada en un futuro como tratamiento para todo tipo de cefaleas, siempre que
estas sean de tipo crónico. En México esta toxina ya ha sido utilizada como
tratamiento para la migraña crónica, esto en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Esperemos que los estudios de investigación referente a la toxina botulínica y las
cefaleas sigan aumentando ya que se le observa mucho potencial para tratamiento
de estas.
Referencia:
Kępczyńska, K., Y Domitrz, I. (2022). Botulinum Toxin-A Current Place in the
Treatment of Chronic Migraine and Other Primary Headaches. Toxins, 14(9), 619.
https://doi-org.pbidi.unam.mx:2443/10.3390/toxins14090619

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