Professional Documents
Culture Documents
Sócrates
Sócrates
)
El nombre de Sócrates divide en dos a toda la filosofía griega.
Como se sabe, Sócrates nunca ha escrito nada. Por lo tanto, todo lo que conocemos de él
nos ha sido transmitido a través de testimonios de Platón, principalmente, de Jenofonte,
Aristófanes y Aristóteles. Los dos que tuvieron mas contacto con él fueron Jenofonte y
Platón.
Desarrollaba su actividad cotidiana en las plazas de Atenas. Allí dialogaba con todo aquel
que quisiera saber sobre si mismo. No pretendía establecer ningún tipo de relación
pedagógica con quienes dialogaba y, por lo tanto, no admitía recibir honorarios por su
enseñanza.
En el año 399 a. C., tras un proceso iniciado por tres de sus conciudadanos, es condenado
a beber un veneno llamado cicuta y de esa forma darse muerte. Se habían formulado
cargos en su contra por corrupción de la juventud, por impiedad y por querer introducir
nuevos dioses.
Se interesa de una manera general por el problema del hombre. Pero este interés por lo
humano se muestra desde una perspectiva diferente a los pensadores jónicos, ya que no
busca elaborar una cosmología, y diferente también a los sofistas, ya que no le interesaba
debatir sobre la amplia variedad de las cuestiones humanas.
Con Sócrates cambia también la forma que adquiere el filosofar. Si los presocráticos
planteaban afirmaciones seguras e inconmovibles, Sócrates no puede buscar la verdad sin
la ayuda de otros hombres. De aquí surge la forma del dialogo. En ellos desempeña el
papel del que todo lo ignora a excepción de su propio no saber, y al mismo tiempo es el
que conduce hábilmente el dialogo convencido de la fuerza de los fundamentos racionales
en la búsqueda de la verdad.
Su interés principal tiene que ver con el autoconocimiento. Sócrates se descubre, ante el
famoso Oráculo de Delfos, como el mas sabio de todos los hombres, precisamente porque
es el único que sabe que no sabe nada. Sócrates descubre que el único saber fundamental
es el que se sigue de la afirmación “Conócete a ti mismo”. Esta vuelta de la reflexión del
hombre hacia si mismo es la que permite afirmar este único saber acerca de su ignorancia
sobre todo lo demás.
Los oráculos eran lugares en los que un dios respondía a los hombres sobre diversas
preguntas. El más importante fue el del dios Apolo en Delfos. Allí las pitonisas respondían
a las preguntas de los hombres. Para ello entraban en éxtasis inspiradas por el dios Apolo.
Luego unos sacerdotes interpretaban y ponían en versos las respuestas.
Eran famosas las frases que se encontraban escritas en las paredes de los templos. En el
de Delfos se leía “Conocete a ti mismo”.