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Imperio incaico
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Coordenadas: 13°31′00″S 71°58′00″O (mapa)
Pachacútec
Amaru Inca Yupanqui
Túpac Inca Yupanqui
Huayna Cápac
Huáscar
Atahualpa (no oficial)
Precedido por Sucedido por
Curacazgo del Cuzco ← (1438)
Chanca ← (1438)
Reino colla ← (c. 1450)
Cultura chincha ← (c. 1460)
Reino Chimú ← (1470)
Reinos aimaras ← (1477)
(1532) → Gobernación de Nueva Castilla
(1533) → Gobernación de Nueva Toledo
(1533) → Estado neoincaico
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Luego de este período de apogeo el imperio entró en declive por diversos problemas,
el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los
hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Entre los
incas la viruela acabó con el monarca Huayna Cápac, provocó la guerra civil previa
a la aparición hispana y causó un desastre demográfico en el Tahuantinsuyo.
Finalmente Atahualpa vencería en 1532. Sin embargo su ascenso al poder coincidió
con el arribo de las tropas españolas al mando de Francisco Pizarro, que capturaron
al inca y luego lo ejecutaron. Con la toma del Cuzco en 1533 culminó el Imperio
incaico. Sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de
Vilcabamba», se rebelaron contra los españoles hasta 1572, cuando fue capturado y
decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I.
Los incas consideraban a su rey, el Sapa Inca, como el «hijo del sol». Muchas
formas locales de adoración persistieron en el imperio, la mayoría de ellas
relacionadas con las sagradas Huacas locales, pero los líderes incas alentaron el
culto al sol de Inti - su dios del sol - e impusieron su soberanía por encima de
otros cultos como el de Pachamama.
La economía inca ha sido descrita de manera contradictoria por los eruditos: como
«feudal, esclavista, socialista». El imperio Inca funcionó en gran parte sin dinero
y sin mercados. En cambio, el intercambio de bienes y servicios se basó en la
reciprocidad entre individuos, grupos y gobernantes incas. 'Impuestos' consistía en
una obligación laboral de una persona para el Imperio. Los gobernantes incas (que
teóricamente poseían todos los medios de producción) correspondían otorgando acceso
a la tierra y los bienes y proporcionando alimentos y bebidas en las celebraciones
de sus súbditos.
Historia
La primera imagen del Inca en Europa. Pedro Cieza de León. Crónica del Perú, 1553.
Cuadro cusqueño del siglo xvii con los linajes incas mentados por las crónicas
coloniales y su relación con las reinas reales del Cusco, que esconden tras de sí
una compleja representación de la organización social incaica.
Fuentes históricas
Las crónicas europeas sobre el imperio incaico
Los primeros vestigios escritos sobre el imperio incaico lo constituyen las
crónicas registradas por varios autores europeos (posteriormente existieron
cronistas mestizos e indígenas que también recopilaron la historia de los incas);
estos autores recopilaron la «historia incaica» basándose en relatos recogidos por
todo el imperio.3 Los primeros cronistas tuvieron que enfrentar varias dificultades
para poder traducir la historia incaica ya que, además de existir una barrera
idiomática, se enfrentaron al problema de interpretar una manera de ver el mundo
totalmente distinta a la que estaban acostumbrados.3 Esto condujo a que existan
varias contradicciones entre los textos coloniales y un ejemplo de ello lo
representan las cronologías sobre los gobernantes incas; así, en muchas crónicas se
atribuyen las mismas hazañas, hechos y episodios a distintos gobernantes.3
Sobre las crónicas del imperio incaico, es importante acotar que sus diversos
autores tuvieron ciertos intereses al escribirlas. En el caso de los cronistas
españoles, su interés fue «legitimar la conquista a través de la historia», para
esto en muchas crónicas se señala que los incas conquistaron usando enteramente la
violencia y por lo tanto no tenían derechos sobre los territorios conquistados. En
otro caso los cronistas ligados a la Iglesia católica buscaron legitimar la
evangelización describiendo a la religión incaica como obra del demonio, a los
incas como hijos de Noé y tratando de identificar a las deidades incaicas con las
creencias bíblicas o el folklore europeo.3 Igualmente existieron otros cronistas
mestizos e indígenas que también tuvieron un interés de ensalzar el imperio o
alguna de las panacas con las cuales se emparentaban, como el caso del Inca
Garcilaso de la Vega, en su obra "Comentarios reales de los incas" quien mostraba
un imperio incaico idealizado donde no existía la pobreza, se repartía la riqueza y
los recursos se explotaban racionalmente.4
Otro recurso utilizado para registrar la historia fueron unos mantos y tablas que
contenían pinturas representando pasajes heroicos. Estos documentos fueron
guardados en un lugar denominado Poquen Cancha. Se sabe que el virrey Francisco de
Toledo envió al rey Felipe II cuatro paños que ilustraban la vida de los incas
añadiendo con sus propias palabras que «los yndios pintores no tenían la curiosidad
de los de allá».3
Además, algunos hechos pasados fueron almacenados en los quipus, aunque no se sabe
cómo pudieron utilizar estos sistemas de cordeles y nudos para almacenar hechos
históricos existen varias crónicas que describen que los quipus servían para evocar
las hazañas de los gobernantes.3
La reinvención de tradiciones
Luego del encuentro de la cultura hispana y la andina, se estableció la escritura
como medio de transmisión y registro de información; además se inició un proceso de
mestizaje y sincretismo que dieron lugar a la recreación de tradiciones y la
invención de otras.3
El aporte para esta recreación e invención de tradiciones fue tanto hispano como
andino; esto se evidencia en las crónicas del siglo xvi en donde se describen
personajes como el caso de Tunupa y Huiracocha con los apóstoles Tomás y Bartolomé,
describiéndolos como hombres blancos y barbados que impartieron enseñanzas.
Igualmente el imaginario europeo buscó, e incluso creyeron encontrar, «el dorado» y
el «país de las amazonas» en el nuevo mundo. En otros casos, afirmaban que el Cuzco
tenía el perfil de un león americano (puma), poniendo similitudes con algunas
ciudades del renacimiento europeo que tenían perfil aleonado.3 Más recientemente,
en el siglo xx, aparecen otros elementos de esta reinvención de tradiciones, como
son los casos de la bandera del imperio incaico y la ceremonia cuzqueña del Inti
Raymi.5 Cabe indicar que todas estas reinvenciones, son parte de un proceso natural
en todas las culturas, pero para entender la historia incaica es necesario
diferenciar cuales son los aspectos sincréticos o inventados y cuales no lo son.3