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De esta manera hace alusión a algunos argumentos, que hacen comprender el por
qué la educación ha sido olvidada y que se debe hacer para retomar su verdadero
sentido.
• Los hijos ahora son unos consentidos, y por esto se les suple todos los caprichos
y antojos que tengan, (influenciado por los medios de consumo). Teniendo en
cuenta que no están presentes dejan a sus hijos pasar gran parte del tiempo frente
a un televisor que en vez de educar, los maleducan, perdiendo con ello el norte de
la educación, ya que no solo los padres no están acompañando el proceso, sino que
además lo entorpecen con sus actos de culpabilidad por no poder estar con sus
hijos todo el tiempo. En este sentido la libertad gana terreno como valor
fundamental. Si algo habia que enseñar era a ser libre, no a vivir dominado*. Por
esto es necesario "modernizar la educación, adaptarla a nuestro tiempo y conseguir
que recupere su significado originario*. 2
• Hay una unión inexistente entre la familia y la escuela, motivo por el cual se
hace evidente la falta de armonía y de complicidad, presentándose falta de
acompañamiento de la familia en el proceso educativo, y en algunos casos hasta se
desvaloriza la labor docente, ya que los hijos se sobreprotegen y dado el caso que
estén bajando el nivel académico se culpabiliza el rol docente. 6
•El hecho de que en la actualidad uno de los valores mas olvidado sea el
respeto, ha conllevado con a la pérdida de autoridad y con ello, se ha olvidado
enseñar y cultivar los valores necesarios para convivir en sociedad. 9
• "nadie nace educado y toda persona acaba siendo educada, bien o mal, por las
influencias del entorno, que está lleno de normas y convenciones, sutiles y
ocultas, pero presentes." Pero sin normas no se educa, ni se inculca nada, por esta
razón la importancia de formar a los sujetos desde la moral y desde los
sentimientos. 10
• Es necesario "repartir mejor el trabajo y tratar de esclarecer qué puede o tiene que
hacer la escuela que no tenga o no pueda hacer, en primer lugar, la familia [...]
cuando faltan motivos para educar, cuando se echa de menos un relato que oriente
la educación y marque sus finalidades, es imposible saber que corresponde a la
escuela y qué a la familia". 6
• Para lograr que la escuela logre recuperar el prestigio "la primera medida que hay
que poner en marcha para recuperar el prestigio de los maestros es recabar el
apoyo de los padres. Los padres, en condiciones normales, siempre deberían
estar del lado profesor y no dejarse acobardar por las exigencias de los hijos. 6
• No se busca educar en libertad, sino para la libertad, que quiere decir, enseñar a
ser libre, autónomo, a pensar y decidir por uno mismo con buen criterio. 7
• Para educar a los estudiantes, se requiere educar para ser libres, por tanto se
debe "enseñar a decidir y a escoger bien. Mejor dicho, enseñar a tener criterios
para escoger, porque el bien y el mal no siempre están claramente diferenciados.
Hemos visto cómo, en nuestro mundo, los menores pueden adquirir conocimientos
de todo tipo, adecuados e inadecuados a su capacidad de entender, gracias en
especial a las telecomunicaciones [...] han sustituido el verbo «estudiar» por el de
«buscar información». [...] Ahora bien, por poco que los adultos hayamos utilizado
los nuevos artilugios informáticos, sabemos que la información que allí se
encuentra es desmesurada y abundante, pero no selectiva [...] En relación a la
infancia, que vive con el anhelo constante de satisfacer inmediatamente cualquier
deseo, para educar es inevitable saber decir que no y poner limites. Es el modo de
hacer caracteres convencidos de que saber escoger y escoger bien no es sencillo ni
fácil. Caracteres o personas capaces de autodeterminarse, de responder
individualmente a la pregunta «¿Qué debo hacer?» en lugar de dejarse arrastrar por
lo que los demás hacen°. 8
• Se podría pensar en una educación donde "los más ricos contribuyan más y en
compensación reciban menos para que los que están peor vean ascender sus
capacidades.", pues si la escuela fue construida y concebida para hacer
realidad el principio de equidad. Una misma escuela para todos tenía que
contribuir a igualar a todas las personas* 10
• "Hay que proponerse educar y que nos lo propongamos todos, cada uno desde
sus posibilidades y desde el lugar en el que está. Ahora bien, este actuar
contracorriente no puede ser una tarea heroica e imposible: todos tenemos que
colaborar. Hacerlo significa tomarse en serio la educación, una idea que todos
repiten pero que es evidente que nadie practica. Tenemos que respetar el esfuerzo
por aprender y hacer aprender [...]La tarea de educar es una responsabilidad
compartida pero diferenciada*°. Es una tarea compartida porque tanto la familia,
como la escuela y los medios de comunicación, se encargan de educar, bien o mal,
no todos de la misma manera, pero deben poner de su parte para que la educación
mejore, porque de no ser así, "la tarea de educar se vuelve tan imposible como lo
era la de Penélope, que destejía de noche lo que tejía de dia" sería lo que pasa si
los medios de comunicación, en especial la televisión, no se comprometen con esta
labor. 2, 5 y 6
• La educación para saber a dónde va, "ha de recuperar el sentido originario del
concepto: educar es extraer de la persona lo mejor que lleva dentro. Para poder
hacerla -y me repito- hacen falta dos cosas: la primera, saber qué es lo mejor y
qué lo peor. La segunda, complicidad y cooperación entre todas las fuerzas que,
de una manera u otra, pueden influir en el proceso educativo* por esta razón la
autora de este escrito señala que la educación es demasiado importante para
dejarla exclusivamente en manos de los educadores" 5 y 6
• "La escuela debe enseñar a las personas a ser ciudadanos y no súbditos, a ser
autónomas y no subordinadas. Y a las familias les corresponde apoyar estos
objetivos, ofreciendo todo su soporte a la escuela y procura" que lo que se enseña
en las aulas no se malogre en cuanto se abandona el recinto escolar 8
• La escuela tiene el deber "educar para la libertad, que quiere decir enseñar a
ser libre, autónomo, a pensar y decidir por uno mismo y con buen criterio" y
así, poder tener conciencia sobre lo que se hace. Razonar como debe ser mi actuar
cuando estoy conviviendo en sociedad con una heterogeneidad de pensamientos,
creencias y que de esto debo tomar para mi crecimiento personal, y que desechar. 7
• Debe haber un adulto que regule y dirija el comportamiento de los niños para
sancionar la transgresión de la norma y de esta manera aprendan a "comportarse
de acuerdo con las convenciones sociales y morales" 4 y 5
• Es pertinente educar mostrando lo que merece ser imitado, con que ideales o
personas se pueden identificar, que sean verdaderos modelos que se puedan
seguir, mas no porque se tiene una imagen de "belleza" que se maneje en la
actualidad, se tiene que seguir el ejemplo. De esta manera podría hacerse frente a
la situación actual, donde los medios de comunicación son los que le enseñan a
los estudiantes que es lo que deben hacer y seguir. Perdiendo con ello autonomía y
capacidad de discernimiento para decidir qué hacer y qué es lo mejor para su vida.
Esto se piensa porque como la autora menciona que el niño necesita el referente
de quien posee la autoridad, para poder tener criterio y poder escoger modelos
adecuados. 8 y 10
• [en este sentido la escuela] sería el lugar idóneo para mostrar el valor de la
igualdad moralmente válida, la que equipara a todos los individuos sólo por ser
personas, sin tener en cuenta ningún otro tipo de distinción. En este sentido, la
escuela seria el primer instrumento de igualación social y la base de la
igualdad de oportunidades."* 4
• "La mejor manera de predicar es la que va acompañada del ejemplo* por tal razón
el docente debe ser ese ejemplo, ya que de nada vale que le enseñe valores,
normas o moral solo con argumento y conceptos, porque para aprenderlo se
necesita también de ejemplos. 5
• Si bien se debe educar en valores, los que deben primar son los de la libertad, la
igualdad y el respeto* por esto es *Por eso se ha hecho urgente educar para ser
buenos ciudadanos o educar en valores cívicos, porque habíamos confundido la
libertad con el «sálvese quien pueda» o «cada cual a lo suyo» [...] confundiamos la
libertad con el libertinaje [...] Hasta que la persona no tiene capacidad de
autocontrol y autodominio necesita que la ayuden a adquirir tal capacidad. Esa
es la tarea de la educación." 7
Postura
Victoria Camps, menciona que en la educación más que enseñarse la moral (que
es indispensable y necesario), se debe educar desde lo que me genera el
sentimiento, pensándose desde la sensibilidad que me pueda despertar estar al
frente a dicha situación, ya que es mas educativo cuando se piensa y se pone en el
lugar del otro, reconociendo la necesidad de dialogo entre maestros y
estudiantes. Con este cambio se generarían conversación de situaciones que
enriquezcan el proceso educativo.
Es necesario que el maestro como educador, sea ejemplo para sus alumnos,
ya que no solo se aprende por la transmisión de conceptos, sino también desde la
identificación y el ejemplo. Por tal motivo es relevante que el maestro en todo
momento, sea ese ejemplo en valores, en normas y leyes morales para que los
alumnos, tengan un referente cercano de cómo debe ser tal comportamiento.
Este discurso es alentador, cuando no se tiene en cuenta las diferentes necesidades
que tienen los estudiantes, ya que si bien la educación es un derecho universal, y
desde este punto busque la equidad, ¿cómo generar un espacio equitativo al
interior de la escuela, cuando la sociedad por naturaleza es inequitativa?, pero la
autora responde al interrogante que me surge con relación a este tema: "si hay que
considerar el derecho a la educación como universal, todos tenemos que
tener el mismo acceso a ella. Pero, ¡cuidado!, aquí «mismo» no quiere decir
«idéntico». De entrada, hay que reconocer que la desigualdad es un hecho, que
partimos de una desigualdad de base y que el estatus social, económico y
cultural de las personas es muy diverso. La sociedad está repleta de
desequilibrios e injusticias. Si, a través de la educación, se pretende ofrecer las
mismas oportunidades a todos, sólo hay una manera equitativa de hacerlo, que
es favorecer más, es decir, dar más oportunidades, a los menos favorecidos.
Una especie de discriminación positiva. La equidad no equivale a un tratamiento
igualitario, sino que, paradójicamente, una distribución equitativa tendría que ser
desigual si, efectivamente tiene en cuenta las desigualdades reales que existen.
Dicho de otro modo, si queremos distribuir adecuadamente el bien básico que es la
educación, será necesario que los hijos procedentes de situaciones sociales,
económicas y culturales más deprimidas reciban más que los hijos procedentes de
las clases superiores**?. Pero para que esto se pueda llevar a cabo, el Estado debe
suplir las necesidades primerias que requiera el estudiante, para desempeñarse
adecuadamente en el ámbito educativo.
Temario de la asignatura:
Els valors són conjunts organitzats de principis o creences que regulen la vida de la
persona i l'adrecen a realitzar el seu ideal d'existència. S''adquireixen i construeixen
al llarg de la vida i tenen caràcter prescriptiu. Són els que ens fan humans
(Aranguren). Com que sempre han d'anar referits a quelcom en concret, sigui
material o immaterial, a l'igual que les actituds, són adjectius (ex. és més adient
parlar de com és de maco un quadre determinat, que de la bellesa d'aquest quadre).
Les actituds i les normes són vies per a concretar els valors.
Els valors són individuals i socials i hi ha diferents tipus o classes de valors: ètics,
morals o socials (p.e., ser una persona respectuosa...); religiosos (amb el codi moral
de cada religió); estètics (p.e., el que és maco, el que no ho és...); econòmics (p.e.,
ser una persona estalviadora o, pel contrari, malbaratadora...); afectius (p.e., ser una
persona càlida/esquerpa...); vitals (p.e., el que és sa/perjudicial...); etc.
Competències ètiques
•Autoconeixement
•Autonomia i autoregulació
•Capacitat de diàleg
•Capacitat per a transformar l’entorn
•Comprensió crítica
•Empatia i perspectiva social
•Habilitats socials i per a la convivència
•Raonament moral
● Actituds de l’educador/a.
● Metodologies i tècniques actives de treball dins el grup.
● Activitats específiques i sistemàtiques i Activitats transversals.
● P.E.C.: reflexió i debat sobre els valors a construir i el model de ciutadania.
● Participació democràtica a la vida col·lectiva del centre.
● Inclusió de les famílies i de l’entorn.
● Implicació en projectes d’aprenentatge servei i projectes cívics.
Autoconeixement i Valors
Conèixer els propis valors per a
Àmbits de l’autoconeixement
Àmbits d’aplicació:
Autoregulació com autocontrol de la conducta.
Autoregulació com a formació d’hàbits.
Autoregulació com a presa de consciència del seu valor i sentit: caminant envers
l’autonomia.
● Aplicar-ho.
5. Dimensió Cognitiva
Estratègies per al desenvolupament de la comprensió crítica, el judici moral i
la presa de decisions
Les teories cognitives defensen que l’educació moral, com la intel·lectual, té les
seves bases en l’estimulació del pensament actiu sobre qüestions morals. El
terme evolutiu permet entendre els fins de l’educació moral com un moviment a
través d’estadis. Cada estadi forma un tot estructurat que implica diferències
qualitatives en la forma de pensar, és a dir, un canvi d’estadi suposa una
reestructuració de com pensa la persona sobre una sèrie de temes morals.
Tema 3. Perspectives teòriques i estratègies en educació en valors
El punto de partida de esta autora será un lugar común: la opinión según la cual “no
creemos” en la posibilidad de educar en todo el sentido de la palabra, ya que
existen miles de obstáculos que lo impiden y, a razón de ello, se considera inútil
e incluso innecesario. Dicha apreciación, en muchos casos, ha truncado nuevos
emprendimientos en el arte de educar. De acuerdo a Camps, el ejercicio educativo
se ve afectado por distintos elementos que hacen de su práctica realmente un
problema. Por ejemplo, el hecho de no estar de acuerdo sobre cuáles son los fines,
los objetivos que debe plantearse la formación integral. Lo anterior se da por una
simple razón: no existe debate, no hay argumentos, no hay interesados. La
responsabilidad es delegada a las distintas instituciones que intervienen en la
educación de cualquier niño, la familia, la escuela, los medios de
comunicación, en términos generales, el medio social que le rodea; sin
embargo, ninguno asume su papel realmente y, más allá de una queja, no existen
propuestas y muy pocos interesados. La pregunta por la educación sigue siendo
obviada por todos sus actores.
En el marco de estas reflexiones se mueve el trabajo que nos trae Camps en este
libro. Cuando nos preguntamos por la relación entre ética y educación, la
respuesta que ofrece Camps es la siguiente: “La educación está estrechamente
vinculada a la ética entendida ésta como la formación del carácter de una
persona” . Propone además que la educación cívica es una responsabilidad de
varios agentes: familia, escuela, medio social y político. Sin embargo, entre
estos la cooperación no ha funcionado del todo bien. Por ello, las acciones no
han sido del todo efectivas.
Victoria Camps nos presenta un libro lleno de nostalgias por una educación que no
existe y que cada vez se distancia más de lo que, a su juicio, debiera ser, pero
también lleno de esperanzas. Un análisis real de la situación, comprometida con el
asunto, con una propuesta educativa que se viene fortaleciendo desde sus trabajos
anteriores y que hoy se ve con mayor claridad, esto es, una educación ética y
política –cívica si se quiere– para ciudadanos con el fin de que estos se
constituyan como seres humanos realmente comprometidos con el curso de
la vida en sociedad.
La tesis que va a defender Camps a lo largo del libro podría resumirse más o menos
como sigue: los procesos educativos que se llevan a cabo hoy en día tienen serias
dificultades y carencias, lo cual se ve claramente reflejado en hechos como la
incivilidad, la corrupción política, la apatía social, entre otros. Las causas de esta
situación son muchas: sin embargo, lo primero que hay que comprender es que a
pesar de lo difícil que parezca, la tarea de educar no es una tarea inútil y hay que
tenerle fe (en el buen sentido de la palabra), hay que creer en ella, en su
posibilidad, en las metas que se ha de proponer y en los procesos que deben
desarrollar.
2. El ser humano debe ser educado para la libertad. Dado que vivimos en una
lógica de mercado y esto es una situación que no tiene mayor alternativa, es
necesario formar ciudadanos con juicios de valor, con criterios sólidos que les
permitan discernir entre intereses netamente egoístas y la vida en sociedad. El
buen sentido del ciudadano debe ser formado si la pretensión es que sea una
sociedad justa y la convivencia sea posible.
Siguiendo un poco la línea del capítulo anterior, el tercer capítulo “Ir a la contra”
nos muestra que existe un sentimiento generalizado de pesimismo y
desconfianza hacia todo proceso educativo. Es una sensación en la cual
cualquier intento por formar al ser humano pasa por ser inútil e ineficiente porque
existen múltiples factores que le invalidan. Camps defiende la tesis según la cual
aquello que verdaderamente educa es el medio social donde se encuentra el ser
humano, dando por sentado que no hay teoría que valga y sobrevenga cuando la
costumbre social promueve ideas contrarias. Concluye que la educación es
efectivamente social y que hoy en día experimentamos un círculo vicioso en el que
caso todo avance que se logra en materia educativa, la sociedad de consumo, el
afán de acumular capital y la necesidad de competir lo confronta y frustra.
En el capítulo quinto “El valor del esfuerzo” se defiende la tesis según la cual
educar consiste también, entre otras cosas, en enseñar a esforzarse. Los nuevos
paradigmas educativos propugnan que los procesos educativos sean más ligeros, y
se defiende la libertad en los menores, cuando éstos aún no tienen una completa
idea de lo que ello significa. Desde esta perspectiva se considera casi un absurdo
plantear como objetivo que los estudiantes se esfuercen en conseguir lo propio.
Antes bien, parten del hecho indiscutible, eso sí, de que a los niños y a los jóvenes
no les apasiona por defecto el estudio, y en virtud de ello, promueven la atención
en la motivación para el estudio antes que el hecho de inculcar ciertas
actitudes o disposiciones en los menores para hacer las cosas. De este modo,
Camps concluye que “la educación de los últimos años no ha sabido trasmitir el
valor del esfuerzo”3 , siendo ésta la causa de los fracasos educativos que podemos
ver hoy en día.
El capítulo sexto nos habla de los responsables del proceso educativo. Con el
título “La educación subrogada” Camps pone de precedente que aunque la
escuela es la institución por excelencia destinada para la educación de los niños y
jóvenes, el medio social, la familia, los medios de comunicación, son
instancias igualmente importantes para la formación de los futuros
ciudadanos. La autora enfatiza en que las responsabilidades de la escuela y de la
familia deben ser claramente diferenciadas ya que uno y otro lugar debe promover
objetivos muy distintos entre sí.
En el capítulo octavo la autora presenta “El valor del respeto”. Cuando hablamos
de respeto, hacemos alusión a un elemento de mayor envergadura que la simple
tolerancia. Es un valor que se encuentra en estrecha relación con la autoridad,
aunque no es equidistante al afecto. Resulta ser un complemento para el
aprendizaje a ser libre. Éste último significa “aprender a armonizar la propia
libertad con la de los demás” . El respeto es una categoría que permite
comprender cuál debe ser el trato que merece todo ser humano, por el simple
hecho de serlo, y se encuentra en estrecha relación con la dignidad de la que toda
persona goza.
El noveno capítulo se titula “El ascensor social”. ¿Qué significa que la educación
funcione como ascensor social? Pues, si la escuela es el lugar por excelencia
donde la igualdad debe ser promovida en aras de posibilitar una ciudadanía
que tenga igualdad de oportunidades, que sea una ascensor social significa que
cualquier persona, sin importar su procedencia, credo, gusto, etnia, nacionalidad,
debe verse promovido equitativamente respecto de los demás en la
consecución y desarrollo de sus planes de vida buena. Si creemos
efectivamente que la educación tiene como finalidad última la de constituir
moralmente ciudadanos con disposiciones que contribuyan al interés público, hemos
de creer también que la educación es la herramienta que mejor contribuye a
promover los valores que son socialmente aceptados y por los cuales una sociedad
justa se constituye: a saber, libertad e igualdad.
El capítulo diez se titula “Controlar las emociones” y nos habla de la importancia
que tiene para la vida en sociedad, que nosotros los seres humanos controlemos
nuestras emociones de acuerdo a cada circunstancia. Esta idea parte de la tesis ya
aceptada por Camps, según la cual, la perspectiva de mundo que conciba una
persona parte tanto de la racionalización que haga de éste, como la manera
particular en cada caso, de cómo lo sentimos. La realidad nos afecta
emocionalmente, por eso es importante que sepamos reaccionar ante ella. Y es
porque nos afecta y nos emociona que nos vemos movidos, motivados a
actuar respecto a ello con diferentes maneras de reaccionar.
De acuerdo con Camps, el mejor maestro para enseñar una buena costumbre
es la práctica misma, el ejemplo que se dé de ella. En el capítulo once “El valor
del ejemplo” se destaca que el papel de padres y maestros, y de todo contexto
social que nos rodea, es significativamente importante en la formación de los
menores ya que éstos observan todo lo que les rodean y aprenden de los
demás, tanto las buenas como las malas costumbres. Es por tal motivo que Camps
recalca la importancia que debe tener la coherencia entre lo dicho y los hechos.
Para tal efecto el trabajo entre las distintas instancias educativas será
completamente necesario para que la educación sea tomada en serio.
Vemos pues que desde una perspectiva aristotélica, Camps procura recordar la
importancia de la educación cívica, con la cual sea posible constituir una ciudadanía
comprometida con los intereses colectivos. Una educación para ciudadanos
promovida por la ciudad misma.