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Universidad Santa Paula

Escuela de Terapia Ocupacional

Escuela de Terapia Física

Patología médica II

Investigación: Fiebre Reumática

Valor 20%

Fecha de entrega: Semana 14

Profesora: Dra. Marjorie Solano Nuñez

Estudiante: Fátima Gloriana Calderón Salas

Esteban Fernandez Restrepo

Nicolle Morales Porras

Nazareth Serrano Espinoza

Valeria Aguilar Fernández

I Cuatrimestre del 2023


Introducción

La fiebre reumática o también conocido como reumatismo articular agudo,


es una enfermedad que puede llegar a enfermar el corazón, las articulaciones
grandes (rodillas, muñecas, codos), la piel y hasta puede llegar a tener
complicaciones con el cerebro. Se puede llegar a presentar cuando las infecciones
de garganta no llegan a tener un apropiado tratamiento o recuperación de la zona,
como son el caso de las enfermedades del estreptococo y escarlatina. Ya que esta
se puede llegar a introducir en el cuerpo y generar complicaciones por todos
lados. Ya que es una enfermedad autoinmune, y que afecta más allá que solo un
par de las articulaciones en las que presenta el dolor, ya que si no es tratada a
tiempo o adecuadamente puede seguir extendiéndose. Comenzando a afectar
cada vez más adentro hasta que llegue a afectar por completo el cerebro hasta el
corazón, volviendo al paciente dependiente a un tutor las 24 hrs del día las 7dias.

La fiebre reumática es muchas veces confundida por la artritis reumática,


que aunque tienen signos y síntomas parecidos, la diferencia es que la artritis solo
va a llegar a afectar articulaciones de todo el cuerpo, articulaciones pequeñas,
medianas y hasta grandes incluyendo el esqueleto axial. A diferencia de la fiebre
reumática, la artritis reumática se da por un incremento del ácido úrico en el
sistema creando alteraciones en las articulaciones y comenzando a deformar las
articulaciones, cosa que no pasa en el reumatismo articular.

En este trabajo se realizará una evaluación de los pacientes que presenten


fiebre reumática, que viendo la prevalencia dice que es en un rango de 10 años,
de los 5 a los 15 años es más frecuente los casos de una reumatismo articular
agudo, ya que en bebés ni en adultos es común. Esta no es una enfermedad que
deforma las articulaciones sino que afecta en la vida diaria de la persona,
involucrándose con el corazón, cerebro y piel sintiendo dolor. A partir de este
diagnóstico se le dará un tratamiento interdisciplinario no solo al niño sino también
a los padres o tutores legales que tenga el pequeño ya que esta enfermedad se
pudo prevenir con una buena higiene desde la primera infección. Entonces
partiendo del punto del dolor del paciente se comenzará ayudando a bajar los
dolores, con ejercicios de TF y con los consejos para estar en la casa de TO.
Siguiendo un plan bien hecho que abarque desde el ejercicio, sus actividades
diarias, medicamentos y la higiene en la casa, se logra nivelar y controlar la fiebre
reumática.

Justificación

El mundo se encuentra en constantes cambios y padecimientos como la influenza


cada año suelen ser distintos, gracias a los múltiples avances de la ciencia han
permitido controlar muchas de esta enfermedad, dentro de esta categoría nos
encontramos con la Fiebre Reumática, la cual ha disminuido debido a la profilaxis
antibiótica, sin embargo, persisten factores de riesgo que todavía condicionan su
desarrollo.

La fiebre reumática continúa siendo uno de los problemas más frecuentes en el


área de salud, caracterizada por un evento inflamatorio secundario a un proceso
infeccioso causado por el Estreptococo betahemolítico del grupo A. Tiene cierta
importancia como enfermedad crónica, debida a la capacidad de desencadenar
daño cardíaco por fibrosis de las válvulas cardíacas; el cual constituye una de las
causas de muerte por patología cardíaca.

Debido a lo anterior es importante el diagnóstico y tratamiento temprano y


adecuado de esta patología en sus inicios, acompañada de las medidas de
prevención necesarias a largo plazo, para disminuir el riesgo de secuelas
cardíacas.1

Es importante resaltar que como estudiantes y futuros profesionales de salud,


estemos informados de lo que es la fiebre reumática, los factores de riesgo,
signos, síntomas y su etiología,las cuales nos brinde insumos para ofrecer un
diagnóstico temprano que permita evitar en nuestros pacientes y sus familias
complicaciones graves en el paciente.1
Objetivos

Objetivo general:

- Evaluar la reacción de la fiebre reumática en la población promedio en la


que se presenta y plantear un adecuado abordaje interdisciplinario.

Objetivos específicos:

- Analizar cuáles son los factores de riesgo más comunes que llegan a
generar una fiebre reumática.
- Definir la fiebre reumática, para que así puedan ver las diferencias entre
esta fiebre y la artritis reumática.
- Sugerir un plan o consejos que pueda utilizar un paciente con fiebre
reumática para obtener un tratamiento ideal.

Desarrollo:

- Definición:
“La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria que se puede presentar
después de una infección con las bacterias estreptococos del grupo A (como la
faringitis estreptocócica o la escarlatina). Puede causar una enfermedad grave en
el corazón, las articulaciones, la piel y el cerebro.”2

- Etiología

Basado en la definición brindada por López Antón J3 en su artículo, la fiebre se


asocia con infección faríngea causada por una bacteria llamada estreptococo del
grupo A. Esta bacteria engaña al sistema inmunitario para que ataque los tejidos
sanos del cuerpo. Las infecciones por estreptococos del grupo A de la piel u otras
partes del cuerpo rara vez desencadenan fiebre reumática.
Fisiología: Mas Romero C.4 describe en su artículo lo siguiente como
características de la fisiología de la fiebre reumática:
La Fiebre reumática es una respuesta inmune retardada a una faringitis por
el EBHGA (estreptococo beta hemolítico del grupo A). Las manifestaciones
clínicas y su severidad dependen de la susceptibilidad genética de cada individuo,
de la virulencia del organismo infectante y del medio ambiente.
Se han realizado avances en el conocimiento de la fiebre reumática como una
enfermedad autoinmune, pero por el momento no se ha definido el mecanismo
patogénico preciso.
La infección faríngea se caracteriza por iniciar con la invasión del tracto
respiratorio superior por el EBHGA (estreptococo beta hemolítico del grupo A). Se
transmite por medio de secreciones orales o respiratorias de individuos infectados
o colonizados. Posterior al periodo de incubación el cual tiene una duración de 2 a
4 días, inicia con una respuesta inflamatoria aguda caracterizada por 3 a 5 días de
dolor de garganta, fiebre, malestar general y cefalea. Sólo un pequeño porcentaje
de los pacientes que no han sido tratados apropiadamente, desarrollarán fiebre
reumática dos o tres semanas después de que ha pasado la faringitis aguda.
La EBHGA (estreptococo beta hemolítico del grupo A) genera dos toxinas,
las estreptomicinas S y O. La estreptomicina O genera una elevación persistente
en los títulos de anticuerpos circulantes constituyendo un marcador fiel de
infección por faringoamigdalitis. La proteína M (proteína de superficie en la pared
bacteriana de estreptococos del grupo A con serotipo M) es el factor virulento más
importante en los humanos. Hay cepas de estreptococos fuertemente
encapsuladas que forman colonias grandes y mucoides ricas en proteína M.Las
características de la bacteria aumentan su capacidad para adherirse a los tejidos y
resistir la fagocitosis del paciente, adquiriendo potencial para desencadenar una
respuesta inmunológica, celular y humoral. Los anticuerpos anti-M pueden tener
reacción cruzada con componentes tisulares cardíacos como la membrana del
sarcolema, la miosina o glicoproteínas valvulares. Estas reacciones las podemos
ver en :piel, articulaciones, cerebro, riñón, músculo estriado y liso. Este reacción la
encontramos como inflamación y daño tisular.
Los síntomas de la fiebre reumática, los cuales cabe destacar que varían mucho,
dependiendo de la parte del cuerpo afectada. Blanco C et al5 describe en su texto
dicha sintomatología, dentro de la cual se encuentran los siguientes síntomas: la
fiebre reumática aparece después de dos a cuatro semanas después de una
infección de garganta por estreptococos.

dentro de los síntomas más frecuentes se encuentran:


● Fiebre.
● Dolor en las articulaciones, con el movimiento y la palpación, con
mayor frecuencia en las rodillas, los tobillos, los codos y las
muñecas.
● Fatiga.
● Dolor en el tórax o palpitaciones causadas por la inflamación del
corazón (carditis).
● Articulaciones enrojecidas, calientes al tacto o hinchadas.
● Pequeños nódulos bajo la piel.
● Erupción rosada en todo el cuerpo.
● Pérdida de peso .
● Soplo cardíaco (son sonidos que se producen cuando la sangre
circula a través del corazón).

Dentro de los factores de riesgo Blanco C et al5 destaca los siguientes:

Tipo de bacteria estreptocócica. Ciertas cepas de bacterias estreptocócicas son


más propensas a contribuir a la fiebre reumática que otras cepas.

Factores ambientales. El hacinamiento, la falta de higiene y otras condiciones


que pueden hacer que las bacterias estreptocócicas se transmitan fácilmente entre
varias personas se asocian a un mayor riesgo de fiebre reumática.

Genes. Algunas personas pueden tener uno o más genes que pueden hacerlas
más propensas a contraer fiebre reumática.
Edad: entre los 5 y 15 años existe una elevada incidencia de infecciones
estreptocócicas, la ausencia de inmunidad y el frecuente contacto con otros niños
en el hogar y en la escuela explican la susceptibilidad que tienen estas infecciones
en este grupo de edad.

Consanguinidad: los parientes consanguíneos de los pacientes con fiebre


reumática tienen más probabilidad de contraer la enfermedad que la población en
general.

Complicaciones:
Es importante destacar que asociado a la patología de la fiebre reumática se
pueden presentar algunas complicaciones dentro de las cuales MayoClinic6 resalta
las siguientes:

La inflamación que se debe a la fiebre reumática puede durar desde unas pocas
semanas hasta varios meses. En algunas personas, la inflamación causa
complicaciones a largo plazo.

Una complicación de la fiebre reumática es el daño permanente al corazón


(enfermedad cardíaca reumática). La enfermedad cardíaca reumática suele ocurrir
años y hasta décadas después de la enfermedad original.

Sin embargo, la fiebre reumática grave puede empezar a dañar las válvulas
cardíacas mientras tu hijo todavía tiene síntomas de la infección. Es más común
que el daño se produzca en la válvula que está entre las dos cámaras izquierdas
del corazón (válvula mitral), pero las otras válvulas pueden verse afectadas.

La fiebre reumática puede causar los siguientes tipos de daños al corazón:

● Estrechamiento de una válvula cardíaca (estenosis valvular): Esto


disminuye el flujo sanguíneo.
● Filtración a través de la válvula cardíaca (regurgitación valvular): La
sangre fluye en el sentido contrario a través de la válvula.
● Daño en el músculo cardíaco: La inflamación asociada con la fiebre
reumática puede debilitar el músculo cardíaco y afectar su capacidad
para bombear.

El daño en las válvulas cardíacas u otros tejidos del corazón puede provocar
latidos cardíacos irregulares y erráticos (fibrilación auricular) o insuficiencia
cardíaca en el futuro.

Diagnóstico: En términos de diagnóstico, en el presente trabajo se tomará en


cuenta los parámetros propuestos por Weinberg GA7 los cuales son:
1. Criterios clínicos establecidos
2. Cultivos de muestras de secreciones de la garganta
3. Análisis de sangre
4. Electrocardiografía y, a menudo, ecocardiografía

El médico establece el diagnóstico de fiebre reumática basándose en una


combinación de síntomas y resultados de los análisis denominada Criterios de
Jones modificados.

Los médicos establecen el diagnóstico de fiebre reumática si el usuario ha sufrido


una infección estreptocócica y 2 criterios mayores o 1 criterio mayor y 2 criterios
menores:

Criterios mayores para la fiebre Criterios menores para la fiebre


reumática reumática

● Inflamación del corazón ● Dolor en varias articulaciones


(carditis) (sin enrojecimiento o hinchazón)
● Movimientos bruscos ● Velocidad de sedimentación
incontrolables (corea de globular (VSG) elevada o
Sydenham) niveles elevados de proteína
● Erupción (eritema marginado) C-reactiva
● Enrojecimiento, dolor e ● Fiebre
hinchazón (artritis) en varias ● Arritmias cardíacas
articulaciones
● Bultos bajo la piel (nódulos
subcuáneos)

Aunque no hay pruebas de laboratorio que diagnostiquen específicamente la


fiebre reumática, los médicos solicitan análisis de sangre para detectar
concentraciones elevadas de anticuerpos contra los estreptococos. Los médicos
también buscan los estreptococos en muestras de secreciones de la garganta del
niño que son enviadas a un laboratorio para su análisis.

Otros análisis de sangre, como la velocidad de sedimentación globular (VSG) y las


pruebas para detectar la proteína C-reactiva, ayudan a los médicos a determinar la
presencia de una inflamación en el organismo y, en caso afirmativo, cuál es su
extensión. La VSG y la proteína C- reactiva aumentan cuando hay inflamación.

Se indica una electrocardiografía (ECG, registro de la actividad eléctrica del


corazón) para buscar arritmias cardíacas causadas por la inflamación del corazón.
El médico puede hacer una ecocardiografía (producción de una imagen de las
estructuras del corazón mediante ondas ultrasónicas) para diagnosticar anomalías
en las válvulas cardíacas e inflamación cardíaca.

Si no está seguro de si el enrojecimiento y la hinchazón de la articulación tienen su


origen en una infección articular y no en una fiebre reumática, puede emplear una
aguja para extraer líquido de la articulación (aspiración de la articulación o
artrocentesis ) y analizarlo.
Horacio G8 menciona los siguientes puntos como criterios para el diagnóstico
diferencial:

las patologías con las cuales se puede realizar diagnóstico diferencial son:

Artritis reumatoide

Enfermedad de Still

Lupus eritematoso diseminado

Hipersensibilidad a fármacos

Enfermedad del suero

Anemia de células falciformes

Leucemia aguda aleucémica

Sepsis

Enfermedad de Lyme

Endocarditis subaguda

Pericarditis idiopática subaguda

Intervención/tratamiento:
Weinberg GA7 describe en su manual las distintos tratamientos, medicamentos e
intervenciones que se aplican a la fiebre reumática, en su manual se cita lo
siguiente:

Los objetivos principales del tratamiento de la fiebre reumática son la erradicación


de la infección por el estreptococo grupo A, el alivio de los síntomas agudos, la
supresión de la inflamación y la profilaxis contra la infección futura a fin de prevenir
una cardiopatía recurrente.
Para el tratamiento general, los pacientes deben limitar sus actividades si
presentan síntomas de artritis, corea o insuficiencia cardíaca. En ausencia de
carditis, no se indican limitaciones físicas después de la remisión del episodio
inicial. En pacientes asintomáticos con cardiopatías, no se ha comprobado el valor
del reposo estricto en cama, a pesar de su uso tradicional

Tratamiento con antibióticos

Aunque la inflamación posestreptocócica está bien instalada en el momento en


que se detecta la FRA, se indica un curso de 10 días de penicilina o amoxicilina
por vía oral o una única inyección de penicilina benzatínica para erradicar
cualquier microorganismo persistente y prevenir la reinfección. Para los regímenes
específicos, véase tratamiento de la faringitis estreptocócica. La profilaxis
antibiotica se continúa tal como se describe a continuación:

Aspirina y otros antiinflamatorios

La aspirina controla la fiebre y el dolor y debe administrarse a todos los pacientes


con artritis y/o carditis. Aunque la aspirina se ha utilizado durante muchas
décadas, hay sorprendentemente pocos datos de ensayos controlados para definir
el esquema de dosificación óptima. La mayoría de los expertos le daría a los niños
y adolescentes de 15 a 25 mg/kg por vía oral cuatro veces al día (hasta una dosis
diaria máxima de 4 a 6 g) durante 2 a 4 semanas, para luego disminuir la dosis
durante otras 4 semanas. La IRA sintomática responde muy bien a la aspirina. Si
no se observa mejoría después de 24 a 48 h de tratamiento con aspirina en dosis
elevadas, el diagnóstico de IRA debe considerarse. La toxicidad por salicilato es
un factor limitante de la terapia con aspirina y se manifiesta con acúfenos, cefalea
o hiperpnea; puede no aparecer hasta después de 1 semana de tratamiento. Los
niveles de salicilato se miden únicamente para tratar la intoxicación. Las
presentaciones con cubierta entérica, amortiguadas o las moléculas complejas de
salicilato no ofrecen ninguna ventaja.
En los pacientes con carditis mínima o leve, no hay datos controlados que
sugieren que el agregado de prednisona a la aspirina acelera la resolución de la
enfermedad o previene la cardiopatía reumática.

Se informó la eficacia de otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos en


ensayos clínicos pequeños; el naproxeno (7,5 a 10 mg/kg 2 veces al día por vía
oral) es el más estudiado. Sin embargo, otros medicamentos antiinflamatorios no
esteroideos tienen algunas ventajas sobre la aspirina, especialmente en la primera
semana de terapia cuando el salicilismo es poco común. El paracetamol no es
eficaz para los síntomas de la fiebre reumática aguda.

Se recomienda 1 mg/kg de prednisona 2 veces al día (hasta 60 mg/día) en lugar


de aspirina en pacientes con carditis de moderada a grave (evaluada por una
combinación de hallazgos clínicos, la presencia de cardiomegalia y, posiblemente,
por los resultados muy anormales de la ecocardiografía). Si no se elimina la
inflamación después de 2 días o en presencia de insuficiencia cardíaca grave,
puede administrarse un pulso IV de succinato del corticosteroide metilprednisolona
(30 mg/kg IV 1 vez al día, máximo 1 g/día, durante 3 días consecutivos). Los
corticosteroides por vía oral se administran en forma típica durante 2 a 4 semanas
y luego se reduce la dosis en 2 a 3 semanas. Se debe iniciar la aspirina durante la
reducción de la dosis de corticosteroides y continuarla durante 2 a 4 semanas
después de la suspensión del corticosteroide. La dosis de aspirina es la misma
que la ya mencionada. Se pueden utilizar marcadores inflamatorios, como
velocidad de sedimentación globular y proteína C reactiva para controlar la
actividad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.

Las recurrencias de la inflamación cardíaca leve (indicadas por fiebre o dolor


torácico) pueden remitir en forma espontánea; se deben reanudar la aspirina o los
corticosteroides si los síntomas recurrentes persisten más de unos pocos días o si
el tratamiento convencional (p. ej., diuréticos, inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina, betabloqueantes, agentes inotrópicos) no controla la
insuficiencia cardíaca.

Profilaxis antibiótica: La profilaxis antiestreptocócica debe mantenerse


continuamente después del episodio inicial de fiebre reumática aguda para
prevenir recurrencias ( ver Profilaxis recomendada contra infección recurrente por
estreptococo grupo A). Los antibióticos por vía oral son un poco menos eficaces
que los administrados por inyección. Sin embargo, con la vía oral se evitan las
inyecciones dolorosas, y no son necesarias las consultas clínicas y la observación
para detectar reacciones post inyección.

No se ha establecido con certeza la duración óptima de la profilaxis


antiestreptocócica. Los niños sin carditis deben recibir profilaxis durante 5 años o
hasta los 21 años (lo que ocurra primero). La American Academy of Pediatrics
recomienda que los pacientes con carditis sin evidencia de lesión cardíaca
residual reciban profilaxis durante 10 años o hasta los 21 años (lo que ocurra
primero). Los niños con carditis y evidencia de lesión cardíaca residual deben
recibir profilaxis durante > 10 años; muchos expertos recomiendan que estos
pacientes continúen indefinidamente con la profilaxis o en forma alternativa hasta
los 40 años. La profilaxis debe realizarse durante toda la vida en todos los
pacientes con enfermedad valvular grave que tienen contacto cercano con niños
pequeños dado que estos presentan una alta tasa de portación de estreptococo
grupo A.
Prevención

Como lo menciona Camino Benavides et a9l, el control de las enfermedades


reumáticas debe sustentarse en las potencialidades de su prevención primaria,
secundaria y terciaria, como estrategias, la prevención está en función del
tratamiento adecuado de las infecciones respiratorias estreptocócicas producidas
por el estreptococo del grupo A. Para la fiebre reumática existen tres niveles de
prevención planteados como estrategias.
Camino Benavides et al9 explica las fases de la prevención de la siguiente
manera:

La prevención primaria es la prevención de los ataques iniciales de la fiebre


reumática aguda, esta es sumamente dependiente de un correcto diagnóstico y
tratamiento de las infecciones faringoamigdalares. Para esto se propone también
tomar medidas a nivel de atención primaria de salud lo cual implica la mejora de
las condiciones socioeconómicas de la población, desarrollo de programas de
detección mediante el diagnóstico precoz, aplicar un tratamiento precoz y correcto,
buscar la erradicación del estreptococo.

La prevención secundaria está enfocada en la prevención de las recaídas


tras una fiebre reumática aguda. Se utiliza un programa de continua aplicación de
quimioprofilaxis. Se administra penicilina benzatina por vía intramuscular, esto una
vez al mes o cada tres semanas lo cual se recomienda más. Se recomienda que la
prevención secundaria se mantenga por años, esto dependiendo de los siguientes
factores: edad del paciente, gravedad y número de episodios, tiempo transcurrido
sin nuevos episodios, presencia de valvulopatías. La prevención secundaria es
efectiva cuando sea llevada de la manera adecuada y se logre eliminar las
recaídas.

La prevención terciaria es la profilaxis de la endocarditis infecciosa en


pacientes con cardiopatía reumática, para prevenir las recurrencias de la fiebre
reumática y la cardiopatía reumática progresiva es la penicilina benzatínica
intramuscular cada 3-4 semanas durante 10 años después del episodio más
reciente.

Recomendaciones
Hernandez Cardoza et a10l en su investigación expone las siguientes
recomendaciones: Lograr el diagnóstico y tratamiento precoz, mejorar las
condiciones de vida de la población para la prevención de la fiebre reumática. Es
necesario el control adecuado de la enfermedad para lograr evitar secuelas
valvulares.

Conclusiones

En conclusión, la fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria que se


puede presentar después de una infección con las bacterias estreptococos del
grupo A. La fiebre se asocia con infección faríngea causada por una bacteria
llamada estreptococo del grupo A. Esta bacteria engaña al sistema inmunitario
para que ataque los tejidos sanos del cuerpo.

Es importante recalcar que las manifestaciones clínicas y su severidad


dependen de la susceptibilidad genética de cada individuo, de la virulencia del
organismo infectante y del medio ambiente. Es importante lograr identificar la
sintomatología de la fiebre reumática a tiempo para poder realizar un proceso de
intervención temprana, para esto se debe lograr también realizar de manera
correcto el diagnóstico diferencial para descartar sintomatología asociada a otras
enfermedades.

El tratamiento para la fiebre reumática es principalmente por medio de


antibióticos y antinflamatorios. Una complicación de la fiebre reumática es el daño
permanente al corazón (enfermedad cardíaca reumática). La enfermedad cardíaca
reumática suele ocurrir años y hasta décadas después de la enfermedad original,
en relación al daño cardíaco, este puede comenzar a inicios del desarrollo de la
patología, pero muchas veces se llega a identificar más tarde.
Existen tres fases de prevención en las cuales destaca la intervención
precoz, se motiva también a buscar mejorar las condiciones socioeconómicas de
las distintas poblaciones y mejorar el acceso a los servicios de salud.

Dos autores concuerdan en que es importante lograr el diagnóstico y


tratamiento precoz y buscar mejorar las condiciones de vida de la población para
la prevención de la fiebre reumática. Como personal de la salud es de gran
relevancia conocer los distintos aspectos que involucra esta patología para lograr
brindar la mejor atención y tratamiento a las personas afectadas.

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