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Psicofarmacología psicodinámica: Reflexiones teórico y clínicas

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Fernando Dualde Beltrán


Consulta de psiquiatría de niños y adolescentes Dr. Fernando Dualde
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Psicofarmacología psicodinámica:
reflexiones teórico y clínicas
FERNANDO DUALDE BELTRÁN*

RESUMEN
Este trabajo reflexiona, desde una perspectiva psicodinámica, sobre los aspectos del funcionamiento mental del niño
que pueden resultar de utilidad para la prescripción de psicofármacos, su ajuste y modificación en el contexto de un abor-
daje psicoterapéutico que incluye necesariamente el trabajo conjunto con psicoterapeutas. Se propone que las angustias
movilizadas, en primer lugar, así como los mecanismos de defensa empleados, secundariamente, son criterios que ofrecen
una guía útil para la selección de la medicación. PALABRAS CLAVE: psicofarmacología psicodinámica; trastorno mental
grave; infancia; adolescencia.

ABSTRACT
PSYCHODYNAMIC PSYCHOPHARMACOLOGY: CLINICAL AND THEORICAL REFLEXIONS. This paper reflects, from a psychodynamic pers-
pective, on those aspects of the child’s mental functioning which may be useful for prescribing psychotropic drugs in the context
of a psychotherapeutic approach that necessarily includes working with psychotherapists. It is proposed that the initial anxieties
mobilized and the subsequent defence mechanisms employed are criteria that can provide a useful guide for the selection of me-
dication. KEY WORDS: psychodynamic psychopharmacology, severe mental disorder, childhood, adolescence.

RESUM
PSICOFARMACOLOGIA PSICODINÀMICA: REFLEXIONS TEÒRICOCLÍNIQUES. Aquest treball reflexiona, des d’una perspectiva psi-
codinàmica, sobre els aspectes del funcionament mental del nen que poden resultar d’utilitat per a la prescripció de psi-
cofàrmacs, l’ajustament i la modificació en el context d’un tractament psicoterapèutic que inclou necessàriament el treball
conjunt amb psicoterapeutes. Es proposa que les angúnies mobilitzades, en primer lloc, així com els mecanismes de defensa
emprats, secundàriament, són criteris que ofereixen una guia útil per a la selecció de la medicació. PARAULES CLAU:
psicofarmacologia psicodinàmica, trastorn mental greu, infància, adolescència.

Este trabajo es el resultado de la reflexión acerca de (Lebovici, 1995) llamarían prepsicóticos, –caracteriza-
mi trabajo clínico diario con niños y adolescentes, ex- dos por el establecimiento de relaciones objetales extre-
clusivamente, a lo largo de los últimos ocho años. Se madamente primitivas a pesar de la presencia eventual
trata de una población mayoritariamente masculina de síntomas neuróticos, con fallos en la capacidad de
distribuida a partes casi iguales entre niños en edad de simbolización, y con irrupción del proceso primario so-
latencia y adolescentes. Casi todos ellos se caracterizan bre el proceso secundario–, así como psicóticos en el
por encontrarse gravemente afectados, en el sentido de inicio de su enfermedad y unos pocos pacientes límites.
una falta de organización, una organización deficiente, En ese contexto, mi función es la de acompañar a
o bien una desorganización que acontece con la crisis los chicos –así como a sus padres–, en un proceso que
de la adolescencia. Desorganización que afectaría, entre intenta ayudarlos a alcanzar una organización para que
otras, a los logros alcanzados en el desarrollo libidinal, esa ruptura no se produzca o, cuando ésta se ha ini-
la elaboración angustias o el establecimiento de las re- ciado, para que no desgarre su personalidad. También
laciones objetales Es decir, lo que los autores franceses me corresponde decidir, una vez valorada la situación

* Psiquiatra, psicoterapeuta de niños y adolescentes


Correspondencia: fe.dualdeb@comv.es

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Psicofarmacología psicodinámica: reflexiones teórico y clínicas

conforme a determinados enunciados de la teoría psi- la cantidad de agua –emociones, impulsos, tensiones–
coanalítica, si procede o no administrar medicación, existente es importante, tanto como que “anega” al in-
qué tipo de medicación, cómo ajustarla a medida que dividuo. Es entonces cuando la función para-excitación
progresa el tratamiento y decidir en qué momento re- que ejercen las figuras parentales, a modo de vías auxi-
tirarla. liares de contención y descarga, cumple su cometido.
Aunque de entrada, como presupuesto básico de tra- Poco a poco, a medida que transcurre el desarrollo del
bajo, una cosa es segura: será necesaria la psicoterapia. individuo, la presa crecería tanto en altura como en gro-
Y es que, tal y como ponen de manifiesto numerosos sor, de manera que sería capaz de hacer frente a canti-
estudios, el empleo de psicoterapia, independientemen- dades progresivamente mayores de agua.
te de la orientación teórica de la misma, mejora la evo- Aunque el principal motor para el desarrollo de la
lución de la enfermedad mental y reduce la prescripción presa es la fuerza que tiene la propia “empresa cons-
de psicofármacos (Frank et al, 2005) –mi impresión clí- tructora”, hay que tener presente que los aportes que
nica es que el tratamiento combinado durante el episo- proporcionan los cuidados parentales, la educación, la
dio agudo favorece el empleo de dosis más bajas que el cultura, etc. actuarían a modo de vectores que favorece-
tratamiento psicofarmacológico a solas–. Psicoterapia rían o contrarrestarían el potencial innato de desarrollo,
que será bien individual, bien vincular, y que en nume- estableciéndose entre ambas series de fenómenos –se-
rosas ocasiones necesitará acompañarse de un trabajo ries complementarias– un diálogo continuo cuyo resul-
con la pareja parental y/o con una psicoterapia de algu- tado es el individuo completo, del mismo modo que la
no de los progenitores. estampa del “valle” es más que la suma del río, la presa
El objetivo del artículo es compartir una serie de y la población que estamos describiendo.
reflexiones que impregnan, condicionan y, en última En condiciones normales, una crecida correría el
instancia, determinan las decisiones terapéuticas que riesgo de desbordar la presa y, caso de ser muy grande
afectan a cada paciente. –o de persistir en el tiempo aún sin ser tan grande–,
existiría la amenaza de ruptura. La adolescencia, aun-
Un modelo “hidrológico” del psiquismo que fisiológica, sería una de esas situaciones, al igual
que los traumas, los acontecimientos vitales significa-
Una imagen que resulta de utilidad para explicar el tivos... De un modo similar, la existencia de fallos du-
funcionamiento del aparato psíquico a los padres de los rante el proceso de construcción de la presa provocaría
pacientes conforme a la segunda tópica es equiparar la que la misma tuviera una estructura más frágil –menor
mente con una presa que tiene que contener el agua altura o menor grosor de lo esperado–, de forma que
(Freud, 1905). O lo que es lo mismo, una estructura cantidades de agua que en condiciones “normales” no
que se construye progresivamente con la finalidad de la superarían, podrían provocar el desbordamiento y,
dominar, por contención, a una fuerza de la naturaleza posteriormente, la ruptura.
que busca desaguar al mar, para ponerla al servicio de Conforme a este modelo, la medicación cumpliría la
las necesidades de la población a la que abastece. El función de disminuir la cantidad de agua que llegara a la
agua representaría los impulsos, los deseos, las tensio- presa, evitando no sólo su desbordamiento, sino redu-
nes que buscan su descarga y satisfacción –y, por tanto, ciendo la tensión. De este modo podrían tener lugar las
al ello–, mientras que la presa sería el aparato psíquico necesarias labores de reparación, reconstrucción y cre-
encargado de tramitar con los mismos, conteniéndolos cimiento de la presa dañada y amenazada de ruptura.
para darles salida de una forma ordenada –yo–, con la La psicoterapia, más específicamente la psicodinámica,
premisa de ponerla al servicio de las poblaciones en sería la encargada de tales labores de reconstrucción.
el curso bajo del río, evitando una riada que las afecte Podría entonces plantearse la hipótesis de que la me-
–las exigencias del superyó–, en el sentido freudiano dicación actuaría a nivel del ello, sobre el componente
del concepto–. biológico de la pulsión, reduciendo la intensidad de la
Siguiendo con este modelo, en el inicio de la vida misma, mientas que la psicoterapia lo haría a nivel de
apenas existiría “presa”, de manera que el individuo se yo. Y que con las psicoterapias de orientación cogniti-
vería constantemente anegado por las mínimas cantida- vo-conductual se obtendría un efecto similar al de los
des de “agua” que pudieran llegar. Desde el nacimiento medicamentos, en el sentido de actuar sobre el síntoma

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Fernando Dualde Beltrán

o conducta observable, pero no sobre el conflicto sub- de poner de manifiesto que, a pesar de la intervención
yacente, si bien es cierto que podemos pensarlas como llevada a cabo, los fallos en la organización del psiquis-
enriquecedoras del yo, en la medida que le proporcio- mo que en su momento determinaron la aparición de
nan instrumentos para hacer frente a los síntomas. psicopatología, en algunos casos sólo han podido ser
Una intervención que sólo consistiera en reducir el subsanados parcialmente y son susceptibles, en situa-
caudal de agua, sobre ser útil, apenas aportaría progre- ciones de estrés, de provocar la reaparición de los sín-
so en la construcción de la presa, que quedaría a ex- tomas previos o la aparición de otros nuevos. Llegados
pensas de lo que se pudiera reparar con el “personal a este punto, merecería la pena intentar ligar lo que ha
habitual de mantenimiento”. Al retirar la medicación, quedado expuesto hasta el momento con algunas teo-
más pronto o más tarde llegaría un nuevo caudal de rías neurobiológicas, en concreto aquellas que versan
agua que pondría a prueba la capacidad de contención sobre el neurodesarrollo, la excitotoxicidad y la neuro-
y solidez de la estructura, con el riesgo de un nuevo degeneración.
desbordamiento y una eventual ruptura. Simplificando en exceso (Stahl, 2008), el cerebro del
Ahora bien, es necesario que siempre exista un apor- bebé estaría expuesto, desde el momento mismo de la
te de agua, puesto que la presa es una estructura pen- organogénesis y hasta completar su desarrollo, a la ac-
sada para contener un empuje. Si este no existe, en- ción de una serie de noxas pre, peri y postnatales que
tonces puede haber un riesgo de colapso hacia el lado podrían interferir en los procesos de síntesis de neuro-
contrario, hacia el lado desde donde tiene que venir el transmisores, en la maquinaria de plasticidad sináptica y
agua. De un modo similar, es como la tensión requerida en la migración neuronal, alterando de este modo tanto
para templar la cuerda de un instrumento, de forma la estructura como el funcionamiento del cerebro –pro-
que resulta tan inapropiado un exceso como una falta blemas en la cimentación de la presa, en el movimiento
de tensión, dando lugar a fenómenos distintos entre sí de las compuertas, en la disposición de los bloques que
pero anómalos al fín y al cabo. Clínicamente, más que la componen–. Tales alteraciones en el neurodesarrollo
una regresión, aparecería un empobrecimiento en las serían las responsables del funcionamiento anómalo de
funciones del yo con la eventualidad de una depresión. los circuitos cerebrales afectados, dando lugar a erro-
La función del psiquiatra que prescribe medicación res en el procesamiento de la información que podrían
estaría, por tanto, al servicio de las tareas de reparación provocar, en determinadas circunstancias, la aparición
y reconstrucción, y su objetivo sería modular conve- de síntomas y, en última instancia, el debut de una even-
nientemente la cantidad de agua que genera tensión en tual enfermedad mental.
la presa. En la medida en que progresara la psicotera- Por otro lado, el establecimiento de conexiones entre
pia, debería retirarse parte de la medicación con el ob- las distintas neuronas depende, entre otros factores, del
jeto de comprobar la solidez de la estructura reparada estado de actividad/reposo de la neurona. Cuando se
y reconstruida, y cómo logra ésta hacer frente a una percibe una excitación mantenida a lo largo del tiempo,
tensión progresivamente creciente. se ponen en marcha los mecanismos necesarios para
Puesto que hablamos de una estructura dañada en rebajar la tensión en la misma, entre ellos la pérdida de
algún momento de su desarrollo, bien por la riada so- conexiones con otras neuronas con el fin de reducir el
brevenida, bien por los fallos arrastrados a lo largo de aporte excitatorio. Si a pesar de ello la excitación per-
su construcción, una vez reparada siempre hay que siste, la neurona llega a un estado de crisis que acaba
tener presente el riesgo de un nuevo desbordamiento, provocando la muerte celular. La pérdida de conexio-
con el peligro aparejado de la ruptura, de modo que nes primero, y la de neuronas, después, desembocaría
puede ser preciso mantener cierta dosis de medicación en un empobrecimiento de la función del cerebro así
en la medida en que la presa pueda no ser capaz de afectado. Clínicamente, la excitación previa implicaría
contener la cantidad “normal” de agua para la que se la aparición de los síntomas productivos de la psicosis
supone que está construida. O bien hay que advertir a –delirios, alucinaciones–, mientras que la pérdida neu-
los “encargados” de la misma que avisen cuando, en un ronal sería responsable tanto de la resistencia al trata-
futuro, en relación con crecidas de caudal –estresores miento como del defecto establecido posteriormente.
vitales, adolescencia–, aparezcan signos que anuncien De ahí surgiría la necesidad de instaurar precozmente
un nuevo desbordamiento. En otros términos, se trata un tratamiento (McGorry et al, 2002).

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Psicofarmacología psicodinámica: reflexiones teórico y clínicas

De acuerdo con dicho modelo, la acción de la medi- ofreciendo una mayor oportunidad para comprender
cación tendría lugar a nivel evidentemente molecular, de manera más atenta y efectiva todo el proceso tera-
con la intención de corregir el funcionamiento alterado péutico que aplique la farmacoterapia para el tratamien-
de las neuronas que dan lugar a la aparición de circuitos to de los trastornos mentales. Al tomar en cuenta las
disfuncionales. En el símil hidrológico, la medicación características únicas de cada paciente derivadas de su
no sólo reduciría el aporte de agua que llega, sino que biografía, de sus patrones de vida repetitivos, de las ne-
también ejercería su acción a nivel de la presa, estabili- cesidades en su desarrollo actual y de su subjetividad, le
zándola –evitando, por ejemplo, que los bloques que la indica al prescriptor “cómo” recetar en lugar de “qué”
forman se desplacen, o que las compuertas funcionen debe recetar. Una de las premisas básicas de la psicofar-
conforme al flujo que tienen que regular– impidiendo macología psicodinámica es que los aspectos simbóli-
que el desbordamiento y la ruptura tuviera lugar. Es cos de la medicación son, al menos, tan potentes como
decir, también ejercería su acción a nivel del yo, lo cual los ingredientes “biológicamente activos” de la misma
no es incompatible en la medida que el yo, desde el (Murawiec, 2009; Mintz y Belnap, 2006).
punto de vista genético del psicoanálisis, surge como La mayoría de trabajos que abordan la psicofarma-
una especialización del ello. cología desde una perspectiva psicodinámica intentan
Aunque el sencillo símil hidrológico propuesto pare- esclarecer los movimientos que el fármaco provoca en
ce servir para ilustrar ambas teorías, no parece posible el paciente en términos de la dinámica del funciona-
establecer un puente que permita la integración entre miento mental, así como las modificaciones que dicha
ninguna teoría biológica y el psicoanálisis. Y es que por dinámica provoca en la acción biológica estándar del
muy sugestivo que resulte vincular el asiento del ello, tratamiento. Salvo excepciones (Rickles, 2006), apenas
de las pulsiones, o de cualquier otra instancia psíqui- parece haber trabajos que orienten sobre cómo mane-
ca en alguno de los circuitos que los neurocientíficos jar concretamente cada uno de los grupos terapéuticos
están acostumbrados a manejar, dicha vinculación no tradicionales de la psicofarmacología. Se trataría, pues,
deja de ser una falacia científica (Swoiskin, 2001; García de ir un paso más allá o, mejor dicho, de descender al
de Frutos, 2011). terreno de la clínica para perfilar cuáles, de entre los
diferentes elementos que componen el edificio teórico
Psicofarmacología psicodinámica del psicoanálisis, pueden ser de utilidad de cara al ma-
nejo clínico diario de la medicación.
Aunque seguramente buena parte de las críticas ver- Aunque se pueda inferir implícitamente a lo largo del
tidas sobre la industria farmacéutica son ciertas, ello no texto, es necesario hacer un apunte: las medidas psico-
invalida un hecho que tenemos ocasión de comprobar farmacológicas únicamente tienen sentido en un con-
con bastante asiduidad desde el inicio de la psicofarma- texto amplio que valore todos aquellos aspectos que
cología moderna (Castilla del Pino, 1957), en especial influyen en la aparición de la psicopatología. Y esto in-
en pacientes psiquiátricos graves –psicóticos y melan- cluye ineludiblemente a los padres, de quienes niños y
cólicos–: el alivio y hasta la resolución que logra la me- adolescentes dependen inevitablemente. Aunque en el
dicación sobre los síntomas más prominentes de tales texto apenas se incluye referencia al trabajo con padres
afecciones. Sin embargo, también desde el principio se en cualquiera de sus variantes, en ocasiones es absolu-
intuyó que el mecanismo por el cual la medicación ejer- tamente imprescindible para asegurar una buena evolu-
cía su acción obedecía a factores que iban más allá de la ción del menor.
mera acción química de la molécula empleada. De he- No está de menos recordar que los psiquiatras que
cho, han sido numerosos los intentos de comprensión trabajamos con niños y adolescentes manejamos, bási-
psicodinámica de la acción de los psicofármacos, como camente, cuatro grupos farmacológicos: los tranquili-
recogen algunos autores (Murawiec, 2009). zantes menores o benzodiacepinas, los tranquilizantes
Es en dicho contexto donde surge la psicofarmacolo- mayores o antipsicóticos, los antidepresivos, de acción
gía psicodinámica, es decir, aquella disciplina que toma polivalente, y los estabilizadores del humor. A ellos ha-
en cuenta el conocimiento tanto farmacológico como bría que añadir un quinto grupo, los psicoestimulantes,
psicodinámico en su aproximación a la práctica clínica y con acción predominantemente antidepresiva. Podría-
en la toma de decisiones en relación con el tratamiento, mos pensar que la finalidad de la medicación es lograr

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Fernando Dualde Beltrán

que los síntomas –alteraciones del comportamiento, los dibujos que había hecho–, los padres relatan que
ideas paranoides, suspicacia, rupturas en la coherencia sufrió una crisis regresiva intensa de un par de horas
del discurso, etc.– desaparezcan. de duración, que incluía desorganización del lenguaje
De hecho, los psicotropos en la infancia son esen- y movimientos semejantes a aleteos, ante la incerti-
cialmente prescritos por “no psiquiatras”, es decir, pe- dumbre que sintió cuando le preguntó a su madre si le
diatras y médicos generales. A los tres meses de edad, habían gustado los dibujos que le había mostrado.
el 7% de los bebés reciben sedantes y a los 9 meses Se comentó a los padres la necesidad de llevar a cabo
esta tasa sube hasta el 12%. Las principales causas que un abordaje intensivo que incluyera psicoterpia vincu-
lo motivan son la agitación y los trastornos del sueño lar madre-hijo, psicoterapia individual a la madre así
del lactante. Los productos prescritos son benzodiace- como psictoerapia de la pareja parental, con la conve-
pinas y neurolépticos enmascarados, creando a largo niencia de iniciar tratamiento con medicación antipsi-
plazo un riesgo de prescripción no controlada y una cótica. Medicación que se inició al cabo de un par de
canalización de la toma de psicotropos con la posterior semanas cuando se repitió una desorganización, menos
automedicación. En la adolescencia ocurre algo similar intensa, alrededor de las sesiones de valoración de la
(Marcos Méndez et al, 2006). psicoterapeuta”.
Sin embargo, un texto freudiano dilucida la relación Por su parte, las angustias propias de una edad poste-
entre la angustia y la formación del síntoma (Freud, rior –de la latencia en adelante– remitirán a un yo cada
1926). Los tipos de angustia que clásicamente conside- vez más capaz, que se verá confrontado con la posibi-
ra el psicoanálisis son la de desvalimiento, la de pérdida lidad de la pérdida de amor –bien del objeto, bien del
de objeto, la de castración, la de pérdida del amor del superyó–, lo que nos remitirá a la conflictiva depresiva,
objeto, y la de pérdida de amor del superyó. Dichas an- de ahí que surja la necesidad de un tratamiento antide-
gustias, ontogenéticamente, habría que referirlas a los presivo.
correspondientes estadios evolutivos. De este modo,
las angustias de los primeros años de vida –hasta la en- Viñeta clínica 2
trada en la latencia– son más desestructurantes porque “Sara, de casi 9 años, acudió a consulta para valora-
operan sobre un yo menos desarrollado, con menos re- ción de problemas que habían sido etiquetados como
cursos de afrontamiento, con mecanismos de defensa posible Trastorno por déficit de atención. Los padres
menos elaborados. Por lo tanto, el manejo farmacoló- contaban cómo habían consultado con diferentes es-
gico de las mismas requerirá una medicación calmante, pecialistas en otros momentos del desarrollo de Sara
que en la mayoría de los casos será un antipsicótico. debido a las diversas dificultades que había presentado:
falta de autonomía en el autocuidado, cierta inmadu-
Viñeta clínica 1 rez en relación con la edad cronológica, dificultad para
“Pep tiene apenas 4 años. Es el mediano de tres her- conciliar el sueño de forma autónoma, presencia de
manos, un chica y dos varones. Los padres consultan miedos focalizados y, en general, problemas para fun-
porque, “desde que nació el hermano”, muestra una cionar de manera calmada cuando se separaba de las
descarga verdaderamente agresiva ante distintas situa- figuras parentales, con tendencia a la descarga a través
ciones que le provocan la más leve frustración. La ma- del lenguaje y de la motricidad como forma de evacua-
dre comenta que supone un esfuerzo importante cose- ción de la angustia. También hablaban de su particular
guir que haga muchas de las tareas cotidianas como el forma de relación con el adulto, frente al que establecía
comer, el vestirse, hacer los deberes. “Es un negociante relaciones de dependencia. Y la dificultad para conte-
nato”, apunta el padre. Desde las primeras semanas de ner las angustias propias de la interacción con los igua-
nacimiento ha tenido dificultades para conciliar el sueño les. La hermana mayor también fue diagnosticada de
que aún persisten en la actualidad. Aparentemente, no TDAH.
presenta retrasos significativos en el entorno escolar. La sesión individual puso de manifiesto un contraste
Camino a casa tras la primera sesión individual, en importante entre la descripción realizada por los padres
la cual Pep se mostró relativamente contenido –aun- y la observada en consulta. Sara era una niña de aspecto
que en tres ocasiones tuvo la necesidad de salir a la levemente triste pero ávida por agradar, cálida y amable.
sala de espera con la excusa de mostrarle a su madre Su juego fue significativamente tranquilo y organizado,

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Psicofarmacología psicodinámica: reflexiones teórico y clínicas

muy productivo y variado en cuanto a contenido, inte- de una mayoría de autores, quienes consideran que no
grando elementos diferentes en una escena compleja es posible diagnosticar la depresión en el niño hasta al-
en la que también ponía de relieve su habilidad manual. rededor de los 8 años de edad, básicamente hasta que el
Ello se combinó con un nivel de expresión verbal bue- yo dispone de estructura suficiente para elaborar la vi-
no, relatando los diferentes conflictos en los que se veía vencia de pérdida. Significativamente, el diagnóstico de
inmersa en el entorno escolar y familiar. TDAH no puede establecerse hasta la edad de 6 años,
En la segunda sesión de valoración, en formato vin- es decir, la de entrada en la latencia.
cular, Sara mostró a través del juego la continuidad de Los dos fármacos empleados en el tratamiento del
acción con la sesión individual que había tenido la se- TDAH son el metilfenidato y la atomoxetina. Este últi-
mana anterior. Además, introducía al tercero, con in- mo es claramente un antidepresivo de acción noradre-
tentos muy adecuados de elaborar la rivalidad. Igual- nérgica, mientras que el primero posee un mecanismo
mente destacables fueron sus esfuerzos repetidos para de acción doble: un efecto inmediato, tipo anfetamíni-
organizarse con las tareas escolares. Sin embargo, dicha co, que es responsable de facilitar los procesos de aten-
sesión vincular también reveló un conflicto importante ción y filtro de estímulos; y otro a medio plazo, que es
entre Sara y su madre: ésta tendía a interpretar de ma- antidepresivo, por las mismas vías que la primera. Si
nera equívoca las necesidades emocionales de su hija, entendemos que la acción del fármaco es básicamente
de modo que se le atribuía una intención que no guar- antidepresiva, o que la mejora del rendimiento acadé-
daba relación con el contexto de la sesión, sino con la mico ejerce un efecto tampón de las quejas del colegio
historia previa de desbordamiento por las dificultades al tiempo que refuerza la autoestima, comprenderemos
de la niña. Frente a los sentimientos hostiles que esa que lo que la medicación resuelve es, posiblemente, la
dinámica provocaba en Sara, ésta optaba por al evita- conflictividad depresiva subyacente.
ción en lugar de la confrontación. De este modo, la Sin embargo, la respuesta al tratamiento es variable,
presencia del adulto no sólo no resultó contenedora, y la experiencia clínica nos enseña que un porcentaje
sino que favoreció la aparición de una ligera inquietud de pacientes no presenta respuesta, mientras que otros
una vez finalizada la entrevista. Y aunque Sara la in- empeoran. De hecho, algunos chavales, al tomar me-
tentó canalizar a través de la curiosidad, la madre no la dicación psicoestimulante, refieren un sentimiento in-
supo recoger. Por dicho motivo se les propuso iniciar terno de tensión que, si bien es contenida, es sentida
una terapia vincular madre-hija y una psicoterapia a la como desagradable. Otros, paradójicamente, lo relatan
pareja parental”. como un ánimo depresivo con apagamiento, que sigue
En un contexto como el descrito es inevitable la apa- característicamente el patrón farmacocinético del me-
rición de sentimientos de baja autoestima que, inevita- dicamento, de modo que desaparece hacia el final de la
blemente, interferirán con los procesos de maduración tarde, cuando la medicación ha dejado de hacer efecto.
y desarrollo y comprometerán la adquisición de cono- Aquellos que empeoran serían, posiblemente, niños
cimientos, con la consiguiente repercusión en el ren- con una estructura más frágil en los cuales la medica-
dimiento académico. Esto llevaría a que un cuadro así ción activadora –puesto que los antidepresivos nora-
pueda ser etiquetado superficialmente como un trastor- drenérgicos son particularmente activadores y su indi-
no por déficit de atención. Y es más que probable que cación clásica ha sido el tratamiento de la anergia y el
esa niña, como tantos otros, acabe medicada como tal. enlentecimiento psicomotriz– activaría o potenciaría
En su lugar, una medicación antidepresiva lograría el las angustias más desorganizadoras. Es entonces cuan-
mismo efecto –evitando, de paso, alguno de los incon- do algunos profesionales añaden “de oficio” un antipsi-
venientes habituales del metilfenidato–, con la ventaja cótico, no sé si conscientes del alcance de lo que hacen,
de reubicar el foco de las dificultades en un contexto pero evidentemente inciden sobre la clínica central de
relacional que resulta insuficientemente estructurante ese grupo de niños: la desorganización.
para el niño, en lugar de hacerlo en un supuesto cir- Y es que quienes se formaron tiempo atrás recorda-
cuito disfuncional que deposite en él buena parte de la rán conceptos como el de niño agitado, niño inquieto y
responsabilidad de su funcionamiento. otros términos similares –coloquialmente se trataba de
Profundizando un poco más en esta línea de pensa- “un niño movido”, pero no se le patologizaba–, que la
miento, podríamos ver la concordancia con la opinión psicopatología recogía de forma tangencial y subsumida

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en otros cuadros, pero en la que ya describía claramente La última es la suya. El tiene que saber por qué le es-
la estructura psicótica subyacente o el funcionamiento tán haciendo algo o explicar lo que ha hecho él.
omnipotente (Diatkine y Denis, 1995; Janín et al, 2004; En la primera sesión diagnóstica se coloca próximo
Lasa Zulueta, 2008). Más recientemente, la escuela sui- a mí físicamente. Se dedica a dibujar, obsesivamente,
za ha sistematizado la patología estructural en función una escena de un videojuego clásico, que transforma
de la elaboración de dicha conflictividad depresiva (Pa- y llena de elementos agresivos, con puntuaciones inve-
lacio Espasa y Dufour, 2003). rosímiles, en un intento fracasado de control. Cuando
A la vista de todo lo anterior, podemos plantear, por lo termina, dibuja el mando de la consola, con reminis-
tanto que a las angustias más primitivas correspondería la cencias fálicas evidentes -y, nuevamente, una necesidad
medicación con acción más profundo, mientras que a las de control omnipotente-.
más elaboradas los de acción más “superficial”: los an- En la segunda sesión aparecen de nuevo los intentos
tipsicóticos calmarían angustias psicóticas, de fragmenta- de control obsesivo: la tabla de multiplicar, la cuadrí-
ción, paranoides, mientas que los antidepresivos tendrían cula que hace ayudándose de la regla. Temiendo que
sentido para el manejo de las angustias de pérdida. entre en el bucle de la primera sesión, le propongo que
Ahora bien, puesto que el yo se organiza conforme dibuje:
una serie de mecanismos de defensa cuya caracteriza- - Me gustaría que dibujaras “una familia”.
ción da lugar a las diferentes organizaciones –psicótica, - ¿De cuántos miembros?
neurótica...–, que pueden ser sintomáticas, y el desa- - De los que quieras.
rrollo individual evoluciona de lo menos organizado - De 8.
a lo más organizado, existe una tercera opción que se Pero es al terminar, tras proponerle que dibuje a una
añade a las anteriores: es aquella en la cual un yo insu- familia que él se imagine –“Vale, la familia de Don
ficientemente estructurado tiene que vérselas frente a Pedo”–, cuando se desorganiza. En ese momento
las angustias propias de su edad cronológica; o bien, irrumpe el proceso primario de manera que ya no hay
cuando a pesar de haber logrado una estructuración su- miembros ordenados, sino que están cada uno por un
ficiente, el yo tiene que enfrentarse a angustias intensi- lugar, uno de ellos gordinflón, otro invisible, un tercero
ficadas que amenazan su estabilidad. En ambos casos la elástico de género cambiante –Don Eslasticaaaa–, y el
situación será equiparable a la que arriba describíamos cuarto, de pocas luces, en un intento de representar a la
como propia de los primeros años de crecimiento. La familia de Mr. Increíble o a los 4 fantásticos. Después,
presencia de angustias primitivas en tales situaciones los rodea a todos en una acción que bien representaría
nos indicará una falla en la personalidad del individuo la fragmentación. Y el monstruo del videojuego apa-
por donde puede irrumpir nuevamente el proceso pri- rece en una esquina. Al acabar, gira el papel y dibuja la
mario y, por tanto, el riesgo de desorganización. portería, recurriendo a la regla e intentando encontrar
un marco contenedor.
Viñeta clínica 3 En la visita de devolución, mientras le voy explican-
«Roberto, de 8 años, es el mayor de una fratría de 2 do a solas mi impresión clínica así como la necesidad
hijos varones –su hermano tiene 3 años–. Sus padres que considero que tiene de iniciar una psicoterapia y de
solicitan consulta porque es muy nervioso, siempre se tomar medicación, se pone espontáneamente a dibujar.
está moviendo: “Me preocupa la situación, por si sufre Solicito a los padres que entren para terminar la expli-
el rechazo de sus compañeros”, comentan al pedir la cación. Continúa dibujando. El último de sus dibujos
cita por teléfono. En la entrevista, los padres describen refleja la fragmentación y el extrañamiento del yo me-
alguna de conductas que les preocupan: diante dos personajes, uno de ellos todo troceado, el
Padre: Tiene su esquema hecho y si lo sacas de ahí se otro preguntándose a sí mismo: ¿Quién soy?».
pone un poco nervioso... En consecuencia, el manejo de las angustias movili-
Madre: La norma es la norma. Cumple a rajatabla el zadas en tales situaciones se hará recurriendo al empleo
‘por favor’, el ‘gracias’. de medicación antipsicótica, ante la incapacidad del yo
P: Es metódico. para contenerlas. En otras palabras: aunque cada tipo
M: Y los tics... tiene muchas manías. de angustia corresponde a un desarrollo yoico, la irrup-
P: Si alguna vez le das un cachete, él también te toca. ción de la misma fuera del periodo “normal” en el cual

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Psicofarmacología psicodinámica: reflexiones teórico y clínicas

se supone que debería aparecer justificaría el empleo de podemos hablar, pero como también le había ofrecido
medicación. la posibilidad de que se exprese a través del dibujo, opta
Esta forma de expresarlo hace pensar que, de algún espontáneamente por esta última opción. Vamos ha-
modo, la acción del fármaco no sólo va dirigida a aliviar blando mientras dibuja, y prefiero no tomar notas para
la tensión –apaciguar al ello–, sino que también pare- facilitarle la comunicación, en un intento de aliviarle las
ce reforzar algunos mecanismos del yo, como señalan ansiedades paranoides. Poco a poco va contando las
diversos autores (Rickles, 2006). Pero no nos autoriza diferentes agresiones y vejaciones que ha sufrido por
a localizar cada una de tales angustias en los hipotéti- parte de algunos compañeros del instituto, resultando
cos circuitos disfuncionales sobre los que actúa la me- en alguna fractura ósea. Pero también me relata cómo
dicación con el fin de hallar el santo grial en que se ha se siente relegado frente a los abusos de su prima, cinco
convertido la frase freudiana respecto a lo biológico de años menor que él, quien logra que los abuelos se pon-
la pulsión: “Así, ‘pulsión’ es uno de los conceptos del gan de parte de ella cada vez que hace alguna travesura,
deslinde de lo anímico respecto de lo corporal” (Freud, de la que indefectiblemente Ricardo acaba siendo res-
1905). ponsable. El dibujo que va haciendo expresan bien su
De lo anterior se desprende el primer presupuesto bá- sensación de fragilidad –soft, suave en ingleś, ocupa el
sico de este trabajo: las angustias movilizadas son el criterio centro de la hoja– frente a los ataques que le proporcio-
inicial para indicar la medicación. Ahora bien, tropezamos nan los otros. Sin embargo, el dibujo anterior que realiza
entonces con una cuestión capital, que es causa de no es algo diferente, porque en lugar de aparecer la agre-
pocas diferencias de criterio entre los profesionales que sión de los demás, aparece el grafiti “humanizado” con
recurren a la psicopatología fenomenológica y aquellos una cara abiertamente hostil. Son esas fantasías hostiles
que trabajan desde una orientación psicodinámica a la hacia los demás las que pesan a la hora de pautarle la
hora de diagnosticar y tratar a los pacientes: cómo jerar- medicación, porque la tristeza, la labilidad emocional,
quizar las angustias y, por ende, qué importancia conce- el retraimiento en casa, la sensación de cansancio y el
der a los síntomas a los que estas dan lugar. poco interés por los estudios no evitan una vivencia
Entra en juego el segundo presupuesto del trabajo: paranoide del entorno y una descarga casi compulsiva a
la valoración de los mecanismos de defensa empleados por el niño través de juegos bélicos de ordenador”.
a la hora de afrontar las angustias. Cuando los padres nos Cabe preguntarse hasta que punto las agresiones su-
relatan las dificultades del paciente, los síntomas que fridas no son más que la actuación, por parte del objeto,
han observado o los que el entorno escolar les dice que de las proyecciones masivas que hace el sujeto quien, al
ha detectado, no están haciendo otra cosa que relatar mismo tiempo, retiene la actuación de la agresividad
las áreas de conflicto en las que se mueve el niño y las porque la siente destructora. Queda como víctima en
defensas movilizadas. En la medida que la agresividad un mecanismo de indefensión aprendida que ofrece el
proviene de la desmezcla pulsional –o la no integración aspecto de una depresión. Y hasta qué punto lo depre-
de aspectos libidinales y agresivos–, lo que está en jue- sivo no es más que una coraza que recubre lo psicóti-
go es una emoción intensa que requerirá, si elegimos la co, reflejo de la vivencia de pérdida del objeto que se
vía farmacológica, de una medicación antipsicótica. destruye, del empobrecimiento de la personalidad en
construcción.
Viñeta clínica 4 En casos como el descrito el tratamiento no debe ser
La siguiente es una viñeta clínica que refiere un caso un antidepresivo, sino un antipsicótico que, calmando
donde existía cierto grado de bullying. las angustias paranoides, ponga fin al mecanismo pro-
Los padres de Ricardo consultan porque su hijo aca- yectivo, rebaje la tensión del entorno y deje al yo libre
ba de pasar un test para ir al colegio. También me infor- para establecer –o restablecer– una relación más grati-
man que de pequeño lo diagnosticaron de hiperactivo. ficante con la realidad: a las pocas semanas de iniciar
Es hijo único y vive en un pueblo de la provincia. Como el tratamiento combinado –psicoterapia individual más
es adolescente, le indico a los padres que no me den más medicación–, relataba tranquilo cómo había logrado
información porque prefiero ver primero a su hijo. mostrarse asertivo con un chaval del casal a propósito
Cuando entra en consulta ofrece un aspecto calmado, de la distribución de tareas para un pasacalle. Se sentía
cuidado, retraído y con aire apenado. Le planteo que orgulloso de no haberse quedado callado, pero también

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reconocía que el impulso agresivo que en otros mo- la medicación, aunque intente calmar el mismo tipo
mentos hubiera sentido no le apareció. de angustias en diferentes momentos del desarrollo,
Algo similar podemos decir acerca de la descarga a tendría una función diferente en virtud del momento
través de la motricidad, con los pasos al acto, pero tam- evolutivo del individuo. Y también que no ejercería la
bién con los tics, los rituales, los síntomas obsesivos... misma acción, ni tendría el mismo valor interno para
Respecto a los últimos me gustaría destacar lo siguien- todos los pacientes, sino que estaría en función de la
te: la intensidad de los síntomas obsesivos que aparecen estructura de cada uno. Por lo tanto, la discusión no
durante la latencia y la adolescencia muestra una idea de debería centrarse en torno a la medicación, sino en tor-
la intensidad de la angustia ante la inminencia de la rup- no a si para ese determinado paciente, en ese determi-
tura yoica. Más aún. Siguiendo el argumento del apar- nado momento, la medicación cumpliría una función
tado anterior, y en contradicción con la recomendación favorecedora o entorpecedora del proceso terapéutico
que haría la psicofarmacología basada en la psicopato- general. Únicamente apuntar que el factor decisivo re-
logía fenomenológica que nos llevaría a indicar un anti- side en la urgencia que tengamos a la hora de frenar
depresivo, tendríamos que plantearnos hasta qué punto la inminencia de la crisis psicótica. Y es ahí donde el
dicha decisión sería inadecuada, puesto que la retirada fármaco, inicialmente, parece tener preeminencia sobre
de las defensas obsesivas dejaría al yo inerme frente al la psicoterapia.
embiste pulsional, abriendo paso a la desorganización
psicótica. En su lugar, la indicación sería, nuevamente, Cuando la medicación empobrece al yo
la de pautar un antipsicótico, como en la viñeta clínica
de Roberto. En la evolución de algunos pacientes, se hace un
Obviamente, otros aspectos como la integridad del cambio de medicación antipsicótica por antidepresiva.
yo, la coherencia del discurso... son también importan- Como se indica más arriba, es necesaria una tensión en
tes, pero los criterios básicos son los dos señalados an- el aparato psíquico para evitar el colapso de la “presa”
teriormente (Trímboli y Farr, 2000). hacia el otro lado. Sirva para ilustrarlo la reproducción
del siguiente texto, elaborado por la psicoterapeuta con
Las edades del fármaco quien compartía el caso (Renés Calfat, 2009): “Fue por
entonces cuando ya habían pasado unos seis meses de
Pero... ¿tiene la misma finalidad el empleo de un fár- trabajo y ya habían cesado las crisis, por lo menos no
maco según la edad? En los niños en el periodo edípico eran diarias, que las mismas alucinaciones que refería
la irrupción de las angustias amenaza con destruir los pasaron a transformarse en pesadillas terroríficas, esto
logros alcanzados. Así, la descarga motriz, la falta de parecería un avance pero contrariamente el contenido
sueño, la impulsividad, hacen pensar en la falta de la de las sesiones y mi contratransferencia me hacían estar
constancia de objeto. Pero para lograr esa constancia es más preocupada, aunque ahora los delirios no eran ac-
necesario un nivel tolerable de angustia. En los niños tuados sino soñados.
latentes, la irrupción de fantasías agresivas y de otras Ella se mostraba conmigo cada vez más ausente, in-
emociones amenazan con interferir con los procesos cluso desconfiada y totalmente pasiva, también tenía
de maduración y desarrollo en curso. Pasada la latencia, ansiedades paranoides. Entonces apareció un conte-
la pubertad y la adolescencia representan la amenaza de nido que afectaba mi capacidad para pensar, más que
la ruptura con la realidad, la desestructuración. Una vez lo anterior. Decía entre lágrimas y ahogos: “todos me
más, hay que procurar que la “presa” no se desborde, odian porque soy tonta, soy fea, soy invisible…”, “me
no se rompa. Todo ello sin olvidar que, en el caso de he dado cuenta que nunca he sido feliz, sé que esto no
niños y adolescentes, no estamos procediendo única- va a cambiar, rezo para que mi abuelo me lleve con
mente a la “reparación” de una estructura dañada, sino él”…“esto no es vida, quiero morirme”, “todos se me-
que colaboramos en la construcción de la misma. ten conmigo”, “soy inútil, ya no aguanto más”, “soy
Lo anterior invita a una reflexión en un área dife- tonta, no sirvo”, “quiero morirme”, “estar así es como
rente, que no es privativa del fármaco: ¿Cuál es el estar muerta”…“estoy vacía” e incluso en alguna oca-
efecto general que cabe esperar de la intervención que sión coincidiendo con días de puente o fines de semana
se esté llevando a cabo? Podríamos hipotetizar que llegó a expresarse como un bebé y balbuceaba (antes

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Psicofarmacología psicodinámica: reflexiones teórico y clínicas

de empezar el tratamiento también tuvo una regresión desaparecer de forma bastante rápida en ocasiones.
muy intensa y en alguna ocasión se llegó a chupar el El desarrollo de la estructura psíquica, el empleo de
dedo y balbuceaba). mecanismos de defensa más elaborados, la calidad de
Fue en ese momento, en septiembre, que decidí re- las relaciones objetales, el paso de la rivalidad a la co-
unirme con el psiquiatra para hablarle de la transfero- operación, pero también la capacidad de identificar el
contratransferencia que se había instalado. Sentía que conflicto en juego y la posibilidad de expresarlo, son los
tenía que hacer algo para reanimarla, lo que ella ex- criterios que determinarán la tentativa, siempre arries-
presaba, cuando no se desorganizaba su cuerpo, eran gada, siempre necesaria, de retirar el fármaco.
verdaderas expresiones de vacío, con sentimientos de Así como una situación ideal de trabajo para el psi-
inferioridad, inhibición y una depresión a nivel muy coanalista es la de trabajar sin memoria ni deseo (Bion,
profundo. Parecía que ir hacia delante conectando con 1967), no podemos perder de vista que, en ocasiones,
sus conflictos, también la hacia conectar con lo más la actitud del psiquiatra que medica puede ser un acting
regresivo (lo pulsional) mostrando todas las fallas a ni- desencadenado por la angustia que suscita el contacto
vel narcisista. También empecé a pensar que las aluci- con un niño enfermo, y su deseo de “hacer algo”. Aun-
naciones habían sido como una cortina de humo para que también es cierto que ese deseo de ver en la acción
todos y que estas nos habían preocupado mucho, quizá de la medicación un vector más que intenta confluir
el psiquiatra y yo estábamos ambos identificados como en el desarrollo del niño puede llevar, en ocasiones, a
sus padres angustiados, pero que era importante ver lo mantener un tratamiento más allá de lo recomendable.
defensivo de estas alucinaciones y de esa parte psicó- Frente a ello, la “pasividad”, el no hacer de algunos psi-
tica, e ir más allá, ya que detrás de todo este cuadro coanalistas puede llamar poderosamente la atención.
estaba presente una depresión más orgánica (¿depre- Esta distinción sirve para hacer manifiesta una idea
sión primaria? O ¿depresión esencial? ) sólo sé que para implícita a lo largo de estas páginas y nombrada en la in-
seguir trabajando con la parte más sana de Elia, la que troducción: la necesaria confluencia de dos profesionales
me hacía sentir la demanda de auxilio, es decir la parte trabajando con un mismo paciente, la transformación de
más ligada a la vida, la que no quería quedarse atrapada la diada terapéutica en triada, el split-treatment (Kalman y
en ese bebé muerto, tenía que haber un cambio, ¿había Avena, 2010; Kay et al, 2001). No olvidemos que split es
un impasse? ¿Sería la medicación? el término anglosajón para escisión y, este es, significati-
Entonces asocié que incluso en los peores momen- vamente, uno de los riesgos de dicha división del traba-
tos se podía trabajar, con dificultad, pero era un trabajo jo, no sólo por parte de los profesionales, sino también
analítico (al principio del análisis) cosa que ahora era por parte del paciente, con las fantasías asociadas en las
difícil por la tristeza, el vacío, la fragilidad y esa parte cuales los aspectos buenos y malos quedan separados en
tan regresiva que yo sentía que le tiraba desde dentro y psicoterapeuta/psiquiatra, con la complejidad aún ma-
parecía dominarle. yor de la fantasía madre/padre si la “pareja terapéutica”
He tenido la sensación de que psíquicamente se mori- la conforman una psicoterapeuta y un psiquiatra.
ría sino le quitaban la medicación y le sugerí al psiquia- Junto a ello, debemos poder pensar el modo en que
tra que probáramos en sacarle por completo los antip- la medicación afecta al consciente e inconsciente del
sicóticos e ir sustituyéndolos por un antidepresivo. paciente –a su capacidad de integración, a su relación
Después de pensarlo conjuntamente y hablar mucho con la realidad, a la elaboración de los conflictos bási-
del porqué y los riesgos, incluso con sus padres, ambos cos del psiquismo–, y cómo ello modifica el trabajo del
tomamos la decisión de un cambio en su medicación y psicoanalista. Y a la inversa, como la psicoterapia indu-
dos decisiones más; el hacer una terapia con los padres ce una serie de cambios que obligan a una revisión de
como condición sine qua non y cambiarla al colegio en la medicación con el objeto de hacer un tratamiento “a
el que trabajaba su madre para que la niña se sintiera medida” del paciente, en lugar de querer encajarlo den-
más contenida y desde allí poder crear un espacio que le tro de un todo común que es la medicación. Aunque se
diera la seguridad para ir recuperando una relación más trata de tomar en consideración muchos elementos que
libidinizada, también con una madre más presente”. interfieren con el curso del tratamiento, quedan para su
Esta viñeta nos muestra cómo la resolución de consideración en otro trabajo (Swoiskin, 2001a,b; Ca-
los síntomas no es suficiente, porque estos pueden baniss, 2001; Purcell, 2008).

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Reflexiones finales ese contexto donde pienso que el psicoanálisis puede con-
tribuir de modo significativo. Queda abierto el debate.
No quisiera terminar sin mostrar mi desacuerdo
con el punto de vista de la escuela francesa (Diatki- Agradecimientos
ne y Denis, 1995), de quien me siento deudor, cuando
expresamente manifiesta que: “La administración de A Eduardo Orozco, cuyas supervisiones semanales
neurolépticos no modifica nada la evolución de niños que mantenemos desde hace varios años son el germen
psicóticos, sea cual sea su forma de psicosis. No obs- de buena parte del contenido de este texto. A todos
tante, en ciertas situaciones en las que el niño se en- aquellos compañeros con quienes tengo la ocasión de
cuentra muy agitado, la indicación de un tratamiento compartir pacientes, porque han enriquecido mi labor
medicamentos o puede ser concebible. Por supuesto clínica con un intercambio fructífero de impresiones. Y
que tan sólo constituye una ayuda para superar un mo- a Juana Martínez, cuyo trabajo analítico me ha permiti-
mento difícil. Una prescripción capaz de modificar un do afrontar los numerosos retos del ejercicio profesio-
comportamiento molesto corre siempre el riesgo de nal y de la vida diaria.
suspender la actividad de las «partes sanas» del aparato
psíquico y acelerar la evolución hacia un proceso defici- Notas
tario. Sin embargo, es posible que, en un lapso bastante
corto, una disminución de la agitación maníaca produz- 1. Me parece importante recordar que la calidad y tipo
ca un efecto favorable en la actividad psíquica general, de trabajo terapéutico está inevitablemente ligada al con-
pero se trata de equilibrios difíciles de alcanzar y sobre texto –social, económico, cultural... – en el que se desa-
todo de conservar. La prescripción de medicamentos rrolla, de manera que mi ejercicio profesional se plantea
debe discutirse en función del medio en el que vive el en unas condiciones en las que no hay sobrecarga labo-
niño y de la capacidad del terapeuta para actuar sobre ral, con tiempo para la atención y la reflexión, sin que mis
este entorno. Si se trata de una institución debe estu- decisiones se vean condicionadas por la necesidad de ser
diarse la oposición del equipo terapéutico hacia la me- expeditivo, y sin que el empleo del fármaco tenga por
dicación (rechazo del niño cuando se exige tal solución qué ser el recurso terapéutico contenedor de elección.
-o por el contrario, rechazo de cualquier medicación,
que significaría para todos una insoportable agresión-). Bibliografía
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implique un cambio en la actitud inconsciente de cada BION, W. R (1967). Notes on Memory and Desire; The
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mostrar que el estado del niño se encuentra determina- CASTILLA DEL PINO, C (1957). Sobre el proceso de de-
do por disfuncionamientos que nada tienen que ver con gradación de las estructuras delirantes en el curso de la
ellos. Las consecuencias de este hecho no son sencillas; terapéutica, Actas Luso-Españolas de Neurología y Psiquia-
2. La prescripción corre a cargo, a veces, del médico de tría, 16(1), 28-44.
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la carencia de recursos asistenciales. Pienso que el debate terpersonal and Social Rhythm Therapy in Individuals
de hoy debe situarse, más que en encontrar el lugar ade- With Bipolar I Disorder, Archives of General Psychiatry,
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